12 enero,2020 3:23 pm

Llama tras tiroteo el arzobispo de Monterrey a un pacto para acompañar a los más pequeños

Para que estas historias no se repitan se requiere que en las escuelas se contraten terapeutas y los profesores pongan atención al comportamiento de los niños, dice Rogelio Cabrera

Monterrey, Nuevo León, 12 de enero de 2020. Tras la tragedia del viernes en un colegio de Torreón urge que familias, escuelas, autoridades, empresas e iglesias construyan un pacto educativo y formativo en el que se redoblen esfuerzos en el acompañamiento a los más pequeños, dijo hoy el Arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López.

Para que estas historias no se repitan se requiere que en las escuelas se contraten terapeutas y los profesores pongan atención al comportamiento de los niños, pero que también fuera de los centros educativos se den las condiciones laborales, públicas y personales que permitan una mejor comunicación entre padres e hijos, expresó.

El también presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano tomó como ejemplo el transporte público como un aspecto responsabilidad del Estado que incide en la convivencia que urge en las familias.

“Si un papá y una mamá tienen buen transporte pueden llegar más pronto a su casa y poder retomar las actividades familiares. Todo confluye en este momento tan difícil”, expresó en rueda de prensa.

“Las escuelas de México, todas, privadas y públicas requieren de buenos terapeutas”, comentó, “ya no basta nada más tener a un prefecto de disciplina que castigue o corrija a los muchachos. Se requieren terapeutas y profesores y profesoras con los cuales puedan los jóvenes platicar sus problemáticas”.

Todo implica un gasto grandísimo, pero necesario, apuntó.

El viernes, José Ángel, de 11 años disparó nueve balas de dos pistolas para causar la muerte de una maestra, herir a cinco estudiantes, a un profesor, y acabar con su vida.

El arzobispo dijo que no se puede culpar a las tecnologías ni a los videojuegos. Lo que hace falta es un equilibrio y uso ordenado de los dispositivos, así como reglas.

“Existen situaciones en la vida en las que debemos tener prudencia al momento de emitir un juicio, especialmente si no conocemos cuáles son las causas que probablemente han llevado a nuestros semejantes a realizar tal acción”, dijo.

También es necesario revertir una cultura en la que se ha perdido el valor de hábitos tan básicos como el saludo y la sonrisa.

“Es cierto, los jóvenes de hoy crecieron en una cultura distinta en la que el saludo no es lo ordinario, en la que lo dan por supuesto o no lo consideran necesario, pero es importante generar en los salones el encuentro y el conocimiento entre los jóvenes”, comentó.

“Estamos a tiempo de restituir la buena comunicación, el sano afecto y la búsqueda conjunta de lo mejor para todos, especialmente para niñas y niños”.

Texto y foto: Agencia Reforma