18 febrero,2019 5:31 am

Llegan a Cdmx 400 desplazados por la violencia; buscan reunirse con López Obrador

Familias de la sierra de Chichihualco y de Zitlala demandan que se vayan todos los grupos armados, sean Policía Comunitaria o Ciudadana.
Chilpancingo y Paso Morelos, Huitzuco, 18 de febrero de 2019. Cerca de 400 desplazados por la violencia de la sierra de Leonardo Bravo (Chichihualco) y de Zitlala salieron de Guerrero en caravana y llegaron anoche a la Ciudad de México, para protestar en el Zócalo y exigir una mesa de trabajo con el presidente Andrés Manuel López Obrador ante la desatención del gobierno del estado.
A pocos días de cumplir cuatro meses de mantenerse hacinados y a la intemperie, familias completas dejaron sus últimas pertenencias en los refugios improvisados por los gobiernos municipales, para protestar frente a Palacio Nacional para que el gobierno federal les dé una solución definitiva.
La unión de estos dos grupos de desplazados por la violencia se da ante la falta de respuesta de los gobiernos municipales y el estatal, quienes los han mantenido en situaciones precarias y sin certeza en recuperar sus propiedades.
La caravana
Este domingo a las 11:35 de la mañana tres autobuses y seis carros particulares salieron de la gasolinera de Tierras Prietas rumbo a la Ciudad de México, en los vehículos rotulados con números viajaban 350 personas entre niños, mujeres, hombres y adultos mayores, algunos de ellos enfermos de catarro.
A la espera de la llegada de esta caravana estaba el director del Centro Morelos, Manuel Olivares Hernández quien en declaraciones a reporteros señaló que en Guerrero ese centro de derechos humanos está atendiendo a 3 mil desplazados por la violencia.
Agregó que antes en el estado los primeros desplazamientos registrados se daban por el control del territorio, por áreas de producción o rutas de trasiego, pero ahora se da por las concesiones mineras que hay y que próximamente se pondrán a trabajar.
Agregó que se le expondrá al presidente de la República que atienda el problema de raíz, que radica en el carácter rapaz de las empresas y la corrupción de las autoridades. “No es posible que se estén ocupando a los grupos de la delincuencia organizada para desalojarlos y que no haya ninguna resistencia para la exploración de las concesiones mineras”, dijo.
Del objetivo de la acción expuso que se busca establecer un plantón indefinido hasta que sean recibidos por el presidente Andrés Manuel López Obrador “aunque sea una hora o 20 minutos”.
Declaró que la presión se busca para que dé las indicaciones a quien las tenga que dar para que se resuelva y atiendan las peticiones de los desplazados, porque lo que quieren es una solución no más reuniones.
A la cabeza de los desplazados de Leonardo Bravo que llegaron el 11 de noviembre a la cabecera municipal Chichihualco, y cumplirán 4 meses de permanecer hacinados y durmiendo en colchonetas de Protección Civil en el auditorio municipal, venía Crescencio Pacheco González.
En declaraciones a reporteros señaló que el gobierno del estado no ha cumplido con dar una solución a la petición de darles seguridad para regresar a sus comunidades, ni para recuperar a sus animales y propiedades.
“Es un plantón definitivo hasta que tengamos una respuesta definitiva en una audiencia con el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, nos vamos a retirar hasta tener una respuesta favorable a nuestra situación”, advirtió.
La petición principal que plantearán es que quede libre el corredor de Casa Verde hasta Polixtepec, sin que ningún grupo armado opere en la zona para lograr un tránsito libre.
“De ningún grupo armado, incluyendo policías comunitarias o policías ciudadanas, no queremos ningún grupo armado, de ni uno o de otro, y que el gobierno federal retome la seguridad de ese camino”, demandó.
Mencionó que la situación de violencia en la región inició en 2013, por lo que buscan que se pueda vivir en tranquilidad para regresar a sus casas que tuvieron que abandonar por salvar sus vidas.
Señaló que ante la intempestiva huida dejaron sus cosas, sus animales y cosechas que fueron ocupadas por otras gentes que llegaron a sus comunidades, a quienes señalan de adueñarse de sus cosas.
En las declaraciones Pacheco González aseguró que contaban con la seguridad de la Policía Federal para ser resguardarlos en todo el tramo de la carretera federal hasta llegar a la Ciudad de México, porque se pidieron las medidas cautelares para el traslado de los desplazados.
A pesar de esto no se observó ningún operativo especial que resguardara la integridad de las familias víctimas de la violencia en la zona de la sierra del estado, quienes en algunos carros particulares llevaban casas de campaña y colchonetas.
En los medallones de los carros había letreros en los que se identificaban como familias de desplazados de la región de la sierra de Leonardo Bravo, y que exigían garantías para su seguridad.
La caravana tenía planeado pasar por la caseta de Paso Morelos donde recogerían a un grupo de 50 personas que pertenecen a la familia de desplazados de la comunidad de Tlaltempanapa municipio de Zitlala, quienes han permanecido desde el 5 de noviembre a la intemperie en una cancha de Copalillo.
Las familias de este grupo de desplazados caminaron por varios días entre los cerros que conducen desde el municipio de Zitlala hacia la región Norte del estado, para llegar a la cabecera de Copalillo donde han sido presionados por el gobierno municipal para dejar el municipio.
Durante la espera al arribo de la caravana el desplazado Severo Ojeda Hernández informó que decidieron unirse a esta protesta porque están cansados de que el gobierno del estado no le dé una solución a su petición.
Expuso que el planteamiento del gobierno del estado es que regresen a su comunidad, bajo la promesa de que no les pasará nada, pero sobre eso no hay ninguna certeza ya aseguran que siempre han estado en el olvido.
Señaló que la propuesta a presentar al presidente de la República es el apoyo para su reubicación en la cabecera municipal de Copalillo, así como un apoyo para la construcción de sus viviendas y parcelas de siembra ya que las familias indígenas desplazadas son campesinos que viven de lo que siembran.
Este segundo grupo es el que tenía más niños quienes cargaban sus botellas de coca cola rellenas con agua de beber, así como sus madres levaban costales con hoja de palma para tejer.
Cuando los dos grupos por fin se unieron en la caseta de Paso Morelos realizaron la última acción para recolectar dinero, que fue tomar la caseta durante una hora bajo la vigilancia de la Policía Federal y la Policía del Estado.
Los que iban a la cabeza de la toma eran las familias de Tlaltempanapa quienes fueron secundados por los de la sierra de Leonardo Bravo, y para permitir el paso de los vehículos pedían una cooperación de 50 pesos.
Texto: Anarsis Pacheco Pólito / Foto: Reforma