10 noviembre,2023 4:21 am

Llegan visitantes a la playa Tlacopanocha a 16 días del impacto del huracán Otis

 

El agua se ve transparente, y en la arena no hay escombros ni basura. Los integrantes de la Cooperativa Turística el Malecón colocaron 10 sombrillas con su mesa y cuatro sillas que rentaron en 100 pesos

 

 

 

Acapulco, Guerrero, 10 de noviembre de 2023. A 16 días del impacto del huracán Otis en Acapulco, en playa Tlacopanocha los prestadores de servicios turísticos, vendedores ambulantes y los visitantes regresaron, es la primera playa de la bahía que abre al público.

La playa está a un costado del Malecón, donde aún hay trabajos para sacar del fondo del mar las embarcaciones que se hundieron durante el impacto de Otis, ahí se observó un gran barco con una grúa realizando maniobras.

La primera impresión de ver las sombrillas azules, mesas y sillas, fue que en el lugar había servicio y comida, dice el señor Rafael Chávez del municipio de Xochitepec, Morelos, que junto a su familia trajo víveres a unos amigos en el barrio de Tambuco, rumbo a Caleta.

Pese a la alerta de Mar de Fondo emitida por las autoridades, la tarde de este jueves la playa lució con un oleaje suave, niños y adultos entraban sin ninguna preocupación al mar, como los hijos de una mujer que llegó desde San Agustín, para despejarse un poco y olvidar que en casa no tiene electricidad.

El agua se ve transparente, y en la arena no hay escombros, ni basura. Los integrantes de la Cooperativa Turística el Malecón colocaron 10 sombrillas con su respectiva mesa, y cuatro sillas que ofrecen en 100 pesos, al menos siete fueron rentadas por familias acapulqueñas que llegaron a distraerse y por quienes llegaron a dejar víveres.

Por un momento daba la impresión de que era un día habitual como antes del desastre en la ciudad, sobre todo al mirar hacia la bahía y ver los hoteles a lo lejos, impecables, sin que se aprecien los daños provocados por el huracán.

El señor José Manuel Damián Gómez es pescador y el encargado de colocar el mobiliario de playa, comentó que la decisión de reactivar el servicio fue para que como trabajadores no se queden sin un sustento económico.

Dijo que en esa playa trabajan al menos 30 personas, cuyas familias dependen directamente de la venta de comida, antojitos, frituras, con el servicio de meseros. En el primer día de reinicio de las actividades se presentaron sólo cinco personas.

Antes de comenzar a dar el servicio, durante cuatro días los cinco se encargaron de retirar la basura, los escombros y acomodar las embarcaciones con las que salen a pescar, porque quedaron regadas a lo largo de la playa.

La reactivación del servicio en la playa lo secundó el propietario del restaurante Mariscos Paloma, Domingo Jiménez Morales, quien dijo que a pesar de la afectación que tuvo en su local, necesita trabajar.

El hombre ofrece una carta limitada de mariscos y confió que conforme pasen los días vaya aumentando, “tenemos mariscos, mojarras a la diabla, al chingadazo, al ajo, natural y filetes, ceviches”.

El señor Domingo expresó, “no nos queda de otra, volver a empezar de cero para arriba, para seguir adelante”.

Reconoció la presencia y ayuda que han recibido del gobierno, y pidió a la gente que los visite porque están ofreciendo los mismos precios que antes del impacto de Otis.

A esa playa llegó el señor Beto, quien vive en la colonia Hogar Moderno al poniente de la ciudad. El hombre es vendedor ambulante, y a la playa llegó con algodones de azúcar, dijo que en su colonia no hay luz, no hay agua entubada.

El hombre, poco expresivo, dijo “hay que buscarle porque no hay de dónde”, al preguntarle su presencia en la playa. Antes de retirarse indicó que cada algodón de azúcar lo ofrece en 15 pesos pero que la venta “va despacio”.

 

“Es una tristeza que yo me llevo” de Acapulco

 

La familia del señor Rafael Chávez, luego de entregar los víveres a sus amigos, recorrió la Costera para buscar un lugar para comer, pero no imaginó la magnitud del desastre que provocó el huracán.

La misma impresión lo hizo recorrer de punta a punta la bahía, de Caleta a la Base Naval para constatar los daños. En ese trayecto no encontró un restaurante en servicio, y donde veían abierto les indicaban que regalaban comida, pero comentó que él no quería quitarle un plato a algún un afectado. “Hemos encontrado lugares donde dan comida gratuita pero tampoco se vale, se supone que nosotros venimos a apoyar”.

Al llegar de nuevo a playa Tlacopanocha vió que ya había sombrillas instaladas, junto a su mamá, esposa e hija bajó y preguntó si había comida, de inmediato les trajeron la carta y se instalaron.

“Llegamos, entregamos -la despensa-, lamentablemente no conocíamos cómo estaba, yo no creía lo que había sucedido. Desde que llegamos a la caseta, yo no entendía cómo estaba realmente Acapulco, el que yo conocía, es una tristeza ver cómo se encuentra hoy en día. No contaba yo con que no iba a ver instancias para comer, no hay alimentos, no hay para poder comprar, todas las tiendas cerradas, no hay nada, nada”.

El hombre quien viene al puerto hasta tres veces por año desde hace 15 años, llamó a quienes lo han visitado a regresar, a apoyar, “ven y apoya a todas esas familias que lo necesita, yo no sabía en qué estatus estaban, hoy es una tristeza que yo me llevo, y voy a volver a regresar para apoyar a las familias que pueda”, expresó.

 

 

 

 

 

 

 

Texto y foto: Jacob Morales Antonio