10 diciembre,2022 10:34 am

Llena Bad Bunny el estadio Azteca con su reggaetón y afuera protestan por fraude en boletos de Ticketmaster

Adentro unos 85 mil fans disfrutan del perreo mientras unos 2 mil intentan entrar a la fuerza al sitio, por la desesperación ante lo que llamaron un “fraude” de la empresa boletera

Ciudad de México, 10 de diciembre de 2022. Cuesta trabajo imaginarlo, embolsando las compras de los clientes de un supermercado en Puerto Rico hace tan sólo seis años. Sonriendo, esperando una buena propina y fantaseando con una gran oportunidad en la música.

Convertido en un fenómeno que, más allá de lo musical, se extiende a lo social y cultural, Bad Bunny, rey del reggaetón, hizo desbocar la noche del viernes a 85 mil enfebrecidos fans que llenaron el estadio Azteca, cifra de los organizadores.

Luego de más de hora y media de retraso, desde el principio (Moscow mule, Me porto bonito, Un ratito, Efecto), el boricua, de 28 años, fue una aplanadora con su World’s Hottest Tour, la gira, según Billboard, más redituable del 2022.

Es uno de los muchos logros de –su nombre real– Benito Antonio Martínez Ocasio: refrendar en vivo su colosal éxito en el mundo digital. Porque por tercer año consecutivo fue líder absoluto en las escuchas globales de Spotify.

Si hace apenas unos días el saliente rey del urbano, Daddy Yankee, se despidió de México, la presencia de su heredero, un alquimista del reggaetón, fue simbólica. Fue el anfitrión de una estruendosa fiesta con autotune de estética playera, plasmado en un escenario hasta con palmeras, hielera y camastro.

“Lo único que les quiero pedir es que disfruten esta noche mágica, que bailen, que perreen, que griten. Esto es de ustedes. Estamos en el Azteca y vamos a romperlo en 20 mil pedazos. Esto no es un concierto, es un puto party”, gritó el Conejo Malo, acompañado de rayos láser y pirotecnia, antes de empezar la fiesta del perreo, como se llama al baile del reggaetón.

El enfoque fueron sus canciones de Un verano sin ti, su más reciente disco, pero Bad Bunny hizo espacio para repasar sus viejos trabajos y poner a prueba la elasticidad de su propuesta. Cupo un homenaje a Querida, de Juan Gabriel, e invitados como Mora (Una vez) y Sech (Ignorantes).

Eufórica a mansalva, la audiencia, con pulseras lumínicas, pasó el tiempo desgarrando sus gargantas, capturándolo todo con sus teléfonos y perreando, sin prejuicios y con fogosidad

Su éxtasis era comprensible: conseguir boletos, ya sea pagando penitencia en Ticketmaster o con los precios estratosféricos de la reventa (hasta 20 mil pesos), sin contar la amenaza de entradas falsas, fue una odisea. Para la generación centennial, ver a Bad Bunny, al menos una vez en la vida, parece un rito definitorio.

Defraudan a unos 2 mil fans

Los inconformes a quienes no les hicieron válido el boleto por el que habían pagado intentaron entrar a la fuerza al Azteca. Foto: Agencia Reforma

Unas horas antes de la cita en el estadio Azteca con su ídolo, cientos de fans despertaron bruscamente del sueño.

Seguidores de Bad Bunny se vinieron abajo anímicamente porque sus boletos habían sido clonados o pirateados, o porque el sistema Ticketmaster no les respondió en tiempo y forma.

“Éramos más de 200 personas en la fila de Playa Pit Poniente y regresaron a más de la mitad de la fila porque les decían que su boleto estaba cancelado.

“En taquilla sólo nos dicen ‘enseñas la cuenta, pero no funciona. O fue tu banco o no existe tu boleto, pero no tenemos responsabilidad’”, dijo, entre lágrimas, Aitana Hernández, una diseñadora gráfica de 24 años que acampó desde el jueves y creó su atuendo a juego con el de reggaetonero.

Ni a ella ni a otro centenar de personas les funcionó el reclamo, ya que en la zona del acceso por Tlalpan sólo hubo dos taquillas habilitadas para alrededor de mil personas defraudadas, lo cual fue insuficiente.

A las 19:00 horas aproximadamente había unas 2 mil personas rechazadas en el acceso. A algunas les quitaron los boletos o sólo revisaron su código de barras. No había personal de Ticketmaster a la vista. Elementos de seguridad sólo enviaron a los quejosos hacia las taquillas.

“Compramos los boletos por el portal de Ticketmaster y nos sacaron de la fila, nos dijeron que no funcionaba, incluso en la seguridad que ellos ponen como boleto, para detectar falsificaciones, era válido, pero el código de barras no les sirvió. No están preparados, no dan solución y nos mandan a taquilla, donde no sucede nada”, dijo Gabriela Fernández, mamá de dos niños que eran un mar de lágrimas.

Algunos de los defraudados aceptaron haber comprado boletos en reventa y no quisieron ser entrevistados. Otros, como Valeria Carrillo, alzaron la voz porque afirmó que viajó desde Isla Mujeres, con una entrada comprada en el portal oficial, y no pudo entrar porque estaba duplicada.

“Ya nos dijeron que esto es una mafia, y es cierto. Mi hermano entró, se lo quitaron, y le dijeron que se fuera. Se lo van a dar a un revendedor y él lo vende”, gritó Cuauhtémoc Martínez Perez.

En las dos taquillas del estadio Azteca solo hubo dos ventanillas abiertas, lo cual es insuficiente para dar atención a toda la gente que ha sido defraudada o engañada.

Entre las 15:00 horas y las 17:00 entraron los de zona de Playa, que es el acceso más costoso, cifrado en 8 mil 450 pesos –pero que en la reventa estaban entre 20 mil y 25 mil pesos– y apenas a las 17:20 abrieron para la zona general y gradas. Quienes sí pueden entrar, celebraron su acceso; a quienes les dijeron que no, gritaron y lloraron.

A esas horas estaban unos 300 policías vigilando la zona.

Muchos de los asistentes se fueron a la calle a gritar “fraude” y esto viene a relucir cuando la empresa Ticketmaster ha sido acusada de fraude, duplicación de boletos y corrupión en redes sociales por usuarios.

Ante la falta de respuesta, algunos inconformes se abalanzaron sobre las vallas metálicas, intentando ingresar por la fuerza al estadio, pero fueron contenidos por los policías y los guardias del evento.

Y ofrece la UNAM curso sobre el boricua

El área de Posgrado de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) impartirá un curso enfocado en el reggaetonero Bad Bunny.

La Coordinación General de Estudios de Posgrado anunció que este curso será impartido del 9 al 23 de enero del 2023, y constará de 10 horas y media en 3 sesiones.

Se llama Reggaetón como resistencia al colonialismo estadunidense y masculinidad suave como capital sexual: el fenómeno Bad Bunny, y será impartido por Ariadna Estévez López, especialista del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la UNAM.

Los interesados deberán acudir a Ciudad Universitaria, pues se impartirá en la modalidad presencial y el cupo límite es de 15 participantes.

Texto: Agencia Reforma / Redacción