1 noviembre,2022 10:15 am

Llevan a serie las atrocidades perpetradas durante la dictadura militar argentina de los años 80

Los secuestros de gente adinerada a la que le pedían rescates que eran cobrados con la promesa de que sus familiares volverían con vida, algo que no ocurría, se mostrarán en el programa de Netflix El secreto de la Familia Greco, que empieza este viernes

Ciudad de México, 1 de noviembre de 2022. Uno de los momentos más oscuros en la historia de la Argentina de los años 80 se gestó en el baño de la familia Puccio, en una casa ubicada en San Isidro, en la zona norte de Buenos Aires.

Entre 1982 y 1985, el patriarca, Arquímedes, orquestó milimétricamente planes para secuestrar a una persona cada año, con un perfil definido: gente adinerada a la que le pedía jugosos rescates que eran cobrados con la promesa de que sus familiares volverían con vida, algo que no ocurría.

Ahora, será Aquiles (Fernando Colunga) quien tome las riendas de este negocio en El secreto de la familia Greco, adaptación mexicana del programa argentino Historia de un clan (2015) que se estrena este viernes en Netflix.

“Creo que es un hombre que tenía muchos puntos oscuros. He pensado, dentro del análisis que se hizo, que él estaba convencido que lo que estaba haciendo lo estaba haciendo bien, que estaba llevando a su familia a un lugar conveniente para ella.

“Tiene una gran frustración porque era un tipo activo, que se mantenía, que trabajaba para que su familia estuviera bien y ahora con esta frustración y lo que le sucede, él quiere seguir manteniendo este mismo sistema de vida, pero ya abarcando, por este problema que tuvo, otro tipo de dimensiones”, adelantó Colunga, en entrevista en línea.

Aunque están involucrados amigos del patriarca, con quienes hace un pacto de sangre, Aquiles tendrá el apoyo principalmente de sus hijos, Darío (Alejandro de Hoyos) y Andrés (Manuel Masalva), éste último será el señuelo y El Portero del Infierno para las futuras víctimas: sus amigos.

“Creo que Andrés no entendía muy bien lo que estaba sucediendo (…) no termina de entender si realmente lo que está haciendo está bien o está mal, o hasta dónde va a llegar.

“Es víctima (de su padre), es responsable (de los secuestros), es parte dé, (pero) es víctima también. Creo que todos en la vida en general podemos ser víctimas de cosas muy simples como complejas”, explicó Masalva.

Andrés es un campeón de polo que tiene una vida normal, envidiable para algunas personas, rodeado del amor de su novia, Manuela (Delfina Chávez), y de su familia. Su padre, a quien admira, lo define como alguien falto de carácter.

En su hogar siempre se da gracias a Dios por los alimentos, la Virgen de Guadalupe adorna una de sus paredes y las idas a la iglesia son imperdibles.

Las víctimas son encerradas en el infierno, en el baño principal, insonorizado, adaptado por el líder de la familia Greco, donde son torturadas. Las máscaras de luchadores protegen la identidad de los verdugos.

Mientras las paredes ocultan una verdad que incluso el resto de los miembros han normalizado: la esposa Marta (Lisa Owen) cocina a sus “huéspedes” sin cuestionar ni decir nada; Sabrina (Samantha Siqueiros) intuye lo que está pasando y recurre al alcohol para “recuperar el alma”, y la menor, Abril (Roberta Damián), quien no se quita los patines ni para dormir, vive en un mundo alterno a su realidad.

A pesar de que es una historia ampliamente conocida gracias a la película El clan (2015), de Pablo Trapero, Masalva comparte que él, al igual que el resto del equipo, creó el personaje a partir del guion de El secreto de la familia Greco, cuya trama transcurre en Guadalajara, pero por cuestiones de producción, se grabó en Buenos Aires.

Texto: Josué Canela / Agencia Reforma