Ciudad de México, 8 de febrero de 2024. Con una narrativa alrededor de lo fronterizo, en consonancia con la temática Extranjeros por todas partes de la 60 Bienal de Venecia 2024, la artista Betsabeé Romero presentará La espiral sin fin.
Su exposición individual es uno de los 30 proyectos seleccionados paralelos al programa oficial y responde a una invitación del Museo de Arte Latinoamericano (MOLAA) de Long Beach, con la curaduría de la argentina Gabriela Urtiaga.
La migración y la movilidad presentes en la obra de la artista son afines al concepto elegido por Adriano Pedrosa, el primer curador latinoamericano de la Bienal.
Romero desplegará seis instalaciones modulares en igual número de salas en la Fundación Bevilacqua La Masa en la Plaza de San Marcos.
“Voy a abordar el tema general de la Bienal, pero desde el punto de vista de la movilidad, de la migración y del sentido más amplio de lo que significa la imposición de fronteras, de bordes, de estas líneas casi punzocortantes que hieren la identidad cultural, la identidad de género, la identidad personal, comunitaria, cultural, histórica de grupos, personas y comunidades, de historias también”, expresó Romero en conferencia de prensa
Pero la artista no se limita a esas “líneas punzocortantes”, causantes de tantas muertes no solo en la frontera México-Estados Unidos, sino también a una “constante polarización” que ha escindido a las comunidades y cortado diálogos respecto a las posiciones políticas, ideológicas, de género, religión y de creencias.
“Creo que estas polarizaciones han escindido nuestras propias comunidades”, opina Romero al condenar la exclusión.
La instalación Señales que nos guían hacia el exilio cuestiona el concepto y las experiencias de migración; en Identidad cubrirá por completo la sala para devolver al espectador una imagen distorsionada mientras que en Frontera espinada explora el sufrimiento causado por las fronteras.
Con Tótems rodantes de caucho y oro aborda la movilidad con ruedas grabadas a mano; la artista reflexiona sobre la cultura como un hogar que llevamos dentro en la instalación En el punto de fuga de las sombras y Plumas de un amanecer en espiral alude a la sabiduría que “siembra y germina en ciclos”.
Romero apunta a la esperanza como el elemento común en las seis salas.
Utiliza los materiales que han sido habituales en su práctica como los espejos cóncavos, arte popular, llantas, huellas trabajadas a partir de hormas antiguas y las plumas.
“El material es el vehículo con el que se va entablando el diálogo con los conceptos”, agrega.
La exposición permanecerá del 20 de abril al 1 de septiembre de 2024.
Texto: Agencia Reforma / Foto: tomada de la página de Internet de la artista
