24 agosto,2022 5:36 am

Los desafíos de la campaña de Lula en Brasil

Gaspard Estrada

 

Dentro de poco más de un mes, los brasileños elegirán a su futuro presidente de la República. Tras cuatro años de gobierno, Jair Bolsonaro se encuentra en una posición desfavorable. Desde mediados del año pasado, todas las encuestas dan como ganador al expresidente Luis Inacio Lula da Silva. Ante este escenario adverso, el ex capitán del ejército ha usado de todos los instrumentos legales e ilegales a su alcance para reducir su desventaja, y conseguir que el fundador del Partido de los Trabajadores (PT) no sea electo en primera vuelta.

En este sentido, varios programas sociales temporales fueron puestos en marcha con el respaldo de la mayoría de los partidos de centro derecha que dan soporte al gobierno en el Congreso. Estos programas van de la mano con una política de reducción de precios de los combustibles (en particular, de la gasolina y del diesel por parte de la paraestatal Petrobras), con el objetivo de disminuir la inflación y obtener de esta manera réditos electorales. El resultado, al día de hoy, es ambivalente: por un lado, la tasa de rechazo de Jair Bolsonaro ha bajado progresivamente desde mediados de mayo, junto con un aumento lento, pero consistente, de su candidatura presidencial. Sin embargo, por otro lado, este aumento es a todas luces insuficiente para cambiar la correlación de fuerzas a favor de Lula.

Para este último, esta campaña presidencial –la sexta en la cual es candidato– será a todas luces histórica. No solamente porque contrariamente a todas las demás elecciones, su rival no tiene ningún escrúpulo en mentir y diseminar fake news en las redes sociales. En este sentido, Lula tiene el desafío de evitar que los electores evangélicos voten en su gran mayoría a favor de Bolsonaro, como es el caso al día de hoy.

Según los datos de la última encuesta Datafolha, realizada por el periodico Folha de São Paulo, poco más del 50 por ciento de los electores evangélicos votarían por el candidato de extrema derecha. La tendencia va aumentando. Esto se debe al hecho que la gran mayoría de los dirigentes de estas iglesias han decidido apoyar la candidatura de Bolsonaro. Durante los cultos en las iglesias, los pastores han emprendido una serie de campañas de miedo, afirmando falsamente que la llegada de Lula al poder se traduciría en el cierre arbitrario de los templos, y que el “comunismo” se implantará en Brasil. Si bien visto desde afuera, y teniendo en cuenta que Lula ya fue presidente, este tipo de amenazas parecen sin fundamento, infelizmente, esta estrategia está dando resultados a Bolsonaro.

Para hacerle frente, Lula consiguió el respaldo de un político influencer, muy activo en las redes sociales, André Janones, que ha multiplicado la actividad de la campaña de Lula en las redes sociales. Paralelamente a ello, el equipo de comunicación de la campaña ha aumentado los canales de comunicación digital con el electorado, en particular en nuevas plataformas como Tiktok, para contribuir a diseminar el mensaje político del ex presidente y candidato.

En caso de que Lula gane la elección, el desafío de volver a poner en marcha el Estado brasileño será inmenso, y sin duda será mayor al de 2002, cuando ganó por primera vez la presidencia de la República.

En aquel entonces, la transición entre el gobierno saliente de Fernando Henrique Cardoso y la nueva administración de Lula da Silva se llevó a cabo en las mejores condiciones posibles. Según el politólogo y especialista de relaciones internacionales, Matias Spektor, el propio Cardoso actuó políticamente para que el gobierno del entonces presidente de Estados Unidos, George Bush, reconozca rápidamente y trabaje con el equipo de Lula. Con Bolsonaro las cosas serán muy diferentes, en caso de que Lula gane la elección. El jefe del ejecutivo ha declarado que podría no reconocer el resultado de las elecciones, si éstas no se llevan a cabo de manera “transparente”.

Como todo apunta a que el resultado de las urnas sea desfavorable a Bolsonaro, es posible prever que intente imitar a su modelo, Donald Trump, y lleve a cabo actos antidemocráticos antes de la toma de posesión del nuevo presidente, a principios de enero.

Habrá que estar alertas.

 

* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París

 

Twitter: @Gaspard_Estrada