26 enero,2022 5:23 am

Los desafíos del gobierno de Gabriel Boric en Chile

Gaspard Estrada

 

Hace unos días, el presidente electo de Chile, Gabriel Boric, anunció a los medios de comunicación la composición de su gabinete. Se trata de una lista de veinticuatro personalidades. Hasta allí, la cifra no parece novedosa. Sin embargo, entre ellas, se encuentran catorce mujeres y diez hombres. Es decir, no se trata de un gobierno paritario: las mujeres tendrán un peso inédito en la próxima administración chilena, al frente de carteras tan importantes como el ministerio del Interior (el equivalente a la Secretaría de Gobernación en México), de Justicia, o de Relaciones Exteriores. En el ministerio del Interior, Boric escogió a uno de sus pilares en la campaña de segunda vuelta, la doctora y ex presidenta del colegio médico de Chile, Izkia Iches. Esta última tendrá la difícil tarea de estar a cargo de luchar contra el crimen organizado y manejar las relaciones con los gobiernos locales. Por su lado, la ex presidenta de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), Antonia Urrejola, fue nombrada como próxima canciller de Chile, en un momento en el que la integración latinoamericana ha dejado mucho que desear. La ex lideresa estudiantil Camila Vallejo será por su parte portavoz del gobierno. Finalmente, el próximo jefe del ejecutivo chileno nombró a la nieta del ex presidente Salvador Allende, Maya Hernández, ministra de Defensa. Todo un símbolo después del golpe de Estado de 1973. Todos estos nombramientos dejan en evidencia que Chile llevará a cabo un profundo cambio en su élite gobernante a partir del 11 de marzo, fecha de la toma de posesión del nuevo gobierno.

Sin embargo, los desafíos de Gabriel Boric al frente de Chile son inmensos, y no será fácil lograr éxitos en el corto plazo. En primer lugar, si bien el joven político del partido Convergencia Social obtuvo una mayoría holgada frente a su rival de extrema derecha, José Antonio Kast, en la segunda vuelta presidencial, no fue el caso en las elecciones legislativas. El próximo Congreso, tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado, estará fragmentado, y la primera minoría estará compuesta por parlamentarios que respaldaron a la extrema derecha. De esta manera, si el nuevo presidente quiere construir una mayoría política que le permita gobernar y sobretodo cumplir con sus ambiciosas promesas de campaña (como una profunda reforma fiscal –que permita al Estado chileno recaudar al menos 5 por ciento del PIB en un horizonte de cinco años–, cambios sustantivos en el modelo educativo –alejándose del modelo totalmente privado actualmente dominante en ese país– así como en el funcionamiento del sistema de pensiones), es necesario ampliar las alianzas que le permitieron llegar a la segunda vuelta.

Es ahí donde entra la composición del gabinete de Boric. Contrariamente a la mayoría de las voces dentro de su propio partido, él decidió integrar dentro de su equipo a miembros eminentes del partido socialista, en particular en la estratégica cartera de Hacienda. Para muchos analistas, este fichaje fue clave porque dejó claro que tendrá como base política la suma de la mayoría de las fuerzas políticas de centro-izquierda e izquierda de Chile, pero con el objetivo de ser mucho más ambicioso en sus políticas.

Y es que el ambiente político no da para menos, después del movimiento social que vivió Chile desde mediados del 2019, cuando buena parte de la clase media chilena salió a las calles para desafiar al actual presidente de derecha, Sebastián Piñera. En ese momento, Gabriel Boric formaba parte de los líderes de las manifestaciones. Sin embargo, conforme la situación política y económica se fue degradando, era imprescindible tomar decisiones osadas para evitar que la situación se saliera de control: y eso fue justamente lo que hizo Gabriel Boric. En lugar de pedir la destitución de Piñera, Boric se acercó a los líderes del oficialismo para proponerles crear una asamblea constituyente y así canalizar institucionalmente la insatisfacción popular. En su momento, muchos en su partido lo criticaron fuertemente. Pero al hacerlo, ganó puntos frente al electorado, y dejó clara su voluntad de construir acuerdos y alianzas en favor de su proyecto político. Ojalá así sea durante su gobierno.

 

* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París

 

Twitter: @Gaspard_Estrada