Buenos Aires, Argentina, 17 de octubre de 2018. No sólo en las pistas y por medallas compiten los atletas en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Buenos Aires 2018: también lo pueden hacer en las redes sociales y ganarse una cámara de video, además de recibir asesoramiento para poder mejorar sus filmaciones, planos y edición.
La llegada a la Villa Olímpica, la rutina de entrenamientos, un rato de ocio con sus compañeros de delegación o el resumen de un día como atletas olímpicos son las temáticas más elegidas para las stories de los jóvenes deportistas, que luego pueden ser vistas en la web del canal olímpico.
Al ugandés Hamdan Lutaaya Sserwanga poco le importó terminar último en la competición de hasta 62 kilos en levantamiento de pesas, con una marca de 150 kilogramos, a 40 del anteúltimo y a 124 del indio, Lalrinnunga Jeremy, ganador de la medalla de oro.
El pesista de 16 años completó orgulloso su video en el que retrató su día en la Villa: los ejercicios al levantarse, la práctica en el gimnasio, el viaje en bus por Buenos Aires hasta el sitio de su competición, las selfies que se tomó con atletas de otros países, una foto que se sacó junto al presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, la visita al estadio de atletismo para alentar a tres compañeros y finalmente su llegada a la habitación, lanzándose casi de cabeza hacia la cama tras un día tan agitado.
Antes de finalizar hoy cuarta en el repechaje de canoa con obstáculos, la española Antía Otero se dio el gusto de poner una cámara de movimiento en su canoa, reflejar sus sensaciones arriba de la pequeña embarcación e incluso dar una vuelta bajo el agua. Gracias a ello, la piragüista de 15 años compartió el jueves el triunfo del día con la arquera chilena Isabella Bassy.
La ciclista colombiana Gabriela Bolle, en tanto, retrató el tumultuoso arribó de su delegación fuera del horario previsto hasta el momento de gloria de subirse al podio junto a su compañero Juan Camilo Ramírez para recibir la medalla de bronce en BMX por equipo.
“Yo venía filmando todo para subirlo a mi canal de YouTube”, le contó Bolle a DPA. “Lo hago como hobby porque siempre me gustó editar. Hace tiempo venía pensando en que necesitaba una cámara, pero no era prioridad. Así que cuando me enteré del concurso me animé a participar”, recordó la ciclista de 17 años.
El éxito de su video fue colocar la cámara de movimiento en su bicicleta. “Mientras voy montando voy contando el entrenamiento, como fue la clasificación, como llegamos a la pista hasta que termina con el podio y la premiación”, explicó la ciclista.
No fue la única colombiana en animarse, ya que otros compañeros la imitaron luego de su éxito. El sábado, al día siguiente de su video, la atleta Karen Bedoya ganó su premio, mientras que el patinador Jhony Angulo lo logró el lunes.
El programa organizado por la OBS (Olympic Broadcasting Service) funciona en uno de los stand de la zona internacional de la Villa Olímpica. Un equipo de cinco editores y otros ocho integrantes del staff reciben a los deportistas, les brindan consejos sobre los formatos y planos y tiempos para grabar sus videos y luego los esperan para el proceso de edición.
“A veces lo hacen rápido, pero a veces vuelven con los videos a los cinco días”, le contó a DPA Luisa Girón, una de las encargadas de editar las piezas. “Como tienen que entrenarse o competir, lo hacen cuando pueden. Nosotros les damos consejos para que los videos no duren más de dos o tres minutos, como elegir los mejores planos, como seleccionar las imágenes. Y si quieren, también los ayudamos a editar, a sumarle música o añadirle efectos”, indicó Girón.
Cada atleta puede escoger entre grabar con su propia cámara o utilizar una de las 50 que tiene la organización para prestarlas durante 24 horas, para que cada deportista tenga suficiente tiempo para completar su tarea.
Después de recibir todos los videos terminados, un promedio de seis o siete por día, el jefe del sistema junto a un jurado integrado por diferentes representantes de medios elige el mejor de la jornada, que se lleva el premio.
Pero no siempre todo sale como lo planeado. “Vino un chico de Zimbabue, muy simpático, y trajo para editar más de 170 videos”, recordó Girón. “Me dijo ‘yo quería filmar todo’, y ahí le tuve que explicar que es imposible hacer un video de esa manera”.
Texto: Ariel Greco / DPA / Foto: DPA
