Los viajes del general secretario

Lejos de los reflectores, sin alardes, el secretario de la Defensa Nacional (Sedena), Luis Cresencio Sandoval, viaja en jets del Ejército, con hospedaje de alta gama, comidas y cenas en buenos restaurantes, viáticos en suficiencia, visitas a museos y lugares emblemáticos de las ciudades visitadas. Pero esos gustos no los disfruta en solitario. El general suele salir acompañado por su esposa, su hija, su hijo (un alto funcionario federal de inteligencia), su nuera, su pequeña nieta y a veces su consuegra. Además, al menos 10 militares, entre ayudantes de campo, asistentes para él y para su esposa, jefe de seguridad, médico, enfermera, intérprete, más los encargados de la avanzada. Nada en esos viajes recuerda al espíritu de la austeridad republicana ni la justa medianía. Exhibe, en cambio, el hinchado músculo de la influencia pública y el poder presupuestal de la Defensa Nacional