11 mayo,2022 4:19 am

Madres exigen a autoridades la búsqueda de sus hijos y familiares desaparecidos

10 de mayo del 2022 Las madres integrantes del Colectivo de Familias de Acapulco en Busca de sus Desaparecidos, en la manifestación y marcha que realizaron ayer en la Costera. Foto: Carlos Alberto Carbajal

Marchan colectivos y familiares en la avenida Costera. Demandan que se agilicen las investigaciones. El Colectivo de Familiares María Herrera colocó en el kiosco de Chilpancingo fotografías de víctimas de ese delito. El Centro Morelos propone dedicar el 10 de mayo a las madres de desaparecidos, asesinados y desplazados. Denuncian la desaparición de un chofer de Urvan y advierten que bloquearán la autopista en la capital del estado. Buscan en cuevas de Cuetzala al velador de Segalmex desaparecido

Chilpancingo, Acapulco e Iguala, Guerrero, 11 de mayo de 2022. Madres del Colectivo de Familiares en Búsqueda María Herrera se manifestaron ayer en el kiosco de la Plaza Cívica Primer Congreso de Anáhuac de Chilpancingo y exigieron a las autoridades la búsqueda de sus hijos y familiares desaparecidos.

“¿Por qué los buscamos?, porque los amamos”,  “Hijo, escucha, tu madre está en la lucha”, corearon frente a las fotografías de sus hijos y familiares desaparecidos que colocaron en los muros del kiosco, como parte de las actividades con motivo del Día de las Madres.

Entre las fotos de sus familiares desaparecidos, los integrantes del colectivo también exhibieron mensajes en cartulinas como: “hijo, te necesitamos”, “tus hijos te necesitamos papá” y “10 de mayo, nada que festejar”.

Lo que tiene la carpeta de investigación del caso de Juan Sebastián García es lo que han aportado los familiares

Una de las madres fue la presidenta del colectivo, Gema Antúnez Flores, quien busca a su hijo Juan Sebastián García, desde el 27 de febrero del 2011 cuando desapareció en Chilpancingo.

Explicó que para quienes tienen hijos desaparecidos, el Día de las Madres lejos de ser un día de fiesta, como para muchas madres que festejan rodeadas de todos sus familiares, “es un día muy triste porque ya no tenemos por qué festejar, es un día de duelo”.

La activista explicó que desde el momento que les arrebatan a su ser querido, “como lo es nuestro hijo, nos destruyen y las personas que nos los arrebataron no sólo afectan a una persona, sino que atrás de él hay toda una familia”.

En su caso contó que lleva 11 años que pasa el Día de las Madres sin su hijo ausente; “son 11 años que me destruyeron; mi hijo me llevaba serenata, tocaba la guitarra y a veces me decía: madre no tengo nada que darte, pero te amo, no pasaba desapercibido para él y para mí eso era lo importante, pero desde que se lo llevaron se acabó todo eso”.

Contó que su hijo Juan Sebastián, de 22 años, se dedicaba al comercio; tenía un puesto de hamburguesas frente a lo que entonces era la Comercial Mexicana (Mega Soriana) afuera de una discoteca.

A las 11 de la noche que se lo llevaron iba caminando cargando su mercancía; cebollas y jitomates, rumbo a su negocio y pasando el puente que conduce a la tienda Coppel lo levantaron y se lo llevaron.

Doña Gema dijo que desde entonces lo anda buscando “y tenemos que seguir estando de pie, porque si nosotros caemos ya no habrá quien busque a nuestros hijos”.

Pero reprochó que no ha habido avances de las investigaciones y que casi todo el contenido de la carpeta de investigación es lo que como familiares han aportado, “realmente la autoridad no ha hecho su trabajo”.

Admitió que con el cambio de gobierno estatal, las autoridades han tratado de hacer algo, “pero realmente ya es muy difícil porque ha pasado mucho tiempo, pero han mostrado interés cuando menos para ver qué pueden aportar, qué pueden hacer trabajando en conjunto con nosotros”.

Explicó que en este caminar “tan duro que nos tocó vivir”, hay madres que han fallecido sin haber sabido el paradero de sus hijos. Contó el caso de Guadalupe Rodríguez Narciso del Colectivo Chilpancingo “que se fue” sin haber encontrado a su hijo José Molina Rodríguez.

“Pero nosotros que somos sus alumnos, que nos dio todas sus enseñanzas, vamos a seguir siendo sus ojos y su voz y vamos a seguir buscando a su hijo José Molina.

Otra de las madres, Elba García Márquez, tiene a dos hijos desaparecidos desde el 23 de agosto del 2013, ellos son José Luis y Crispín Martínez.

Contó que aunque tiene más hijos, los 10 de mayo le hacen mucha falta José Luis y Crispín y que por eso está dispuesta a hacer lo que sea para encontrarlos, donde quiera que estén; “mi más grande anhelo, le pido a mi Dios que se llegue ese día que los encuentre”.

Contó que, como madre, “me hacen mucha falta y ahorita el 10 de mayo es cuando más se necesita a los hijos, nos hace falta un pedazo de nuestro corazón, es como si nos hubieran arrancado algo de nuestro cuerpo, por eso seguiré buscándolos”.

José Luis y Crispín trabajaban como albañiles y el día que se los llevaron los sacaron de la casa del suegro de uno de ellos en la calle Omiltemi de la colonia Guerrero donde estaban con un primo a quien también se llevaron, “no sabemos el motivo, cuando se los llevaron apenas venían llegando de su trabajo”, contó.

Declaró que posiblemente su primo andaría “en malos pasos” y por eso se los llevaron con él, “desconocemos en lo que trabajaba”.

Dijo que presentó la denuncia pero que no ha habido avances de la investigación “y a la fecha no sabemos nada, como si la tierra se los hubiera tragado”.

Por su parte Olga Blanca Mondragón González, busca a su esposo, Lenin Bladimir Castañón Rodríguez, quien era taxista y desapareció el 9 de julio del 2019.

La última vez que lo vieron estaba estacionado aproximadamente a las 12 de la noche cerca del Mercado Baltasar R. Leyva Mancilla y con su familia había perdido contacto a las 11 de la noche.

“Desde entonces, aunque uno quisiera esa alegría, esa ilusión de decir es 10 de mayo, no se puede porque hay alguien que falta, no se fue cualquier gente”.

El llamado que hizo a las personas que se lo llevaron es que “no se llevaron a una sola persona, acabaron con toda mi familia, porque esa persona tiene papás, tiene hijos, tiene esposa, no sólo se lo llevaron a él, se llevaron la ilusión de toda mi familia”.

Dijo que los 10 de mayo es algo conmemorativo, fiesta y alegría pero sólo para las personas que tienen a sus padres o hijos.

Reprochó que las autoridades dicen que supuestamente están investigando, pero que ellos mismos les dicen que: “es como buscar una aguja en un pajar porque en el tiempo que se perdió su esposo se llevaron a varios taxistas”.

Agregó que la Fiscalía, dentro de lo que cabe, dice que está haciendo su trabajo, “pero no tenemos ningún avance, no hay nada, desde hace tres años para acá todo sigue igual, si yo voy y pregunto, me responden: “¿usted qué ha sabido? Y ella les responde “no pues yo nada, dígame usted que es lo que ha sabido, se supone que son ustedes los que están investigando”.

Se quejó de que para las autoridades la desaparición de una persona no es nada sensible, “a quienes nos duele es a nosotros a los familiares, a los hijos, a las esposas, para ellos, al final de cuenta, nada más son daños colaterales, me imagino”.

Explicó que lo difícil para los familiares con personas desaparecidos es que no tienen un lugar donde ir a llorarles, “un lugar dónde decirle: aquí estás, vengo a hablar contigo, nada, por eso hasta en tanto no los encontremos vamos a seguir con la lucha, vamos a seguir avanzando, a seguir tocando puertas”.

Añadió que algún día “tendremos algún resultado, ya sea bueno o malo, pero queremos tener un lugar dónde irle a llorar, porque yo siento que es lo justo para todos, somos seres humanos, tenemos derecho por lo menos a tener una muerte digna y un espacio donde nos puedan ir a llorar o llevar una flor”.

El Colectivo de Familiares en Búsqueda María Herrera está integrado por 80 familias de personas desaparecidas y hay de los municipios de Ayutla, Zihuatanejo, Chilapa e Iguala.

La presidenta Antúnez Flores, informó que de las 80 personas desaparecidas hay sólo cuatro mujeres y los demás son hombres.

Marchan familiares de desaparecidos en la Costera; piden se agilicen investigaciones

Agustina Carbajal Sarabia es una de las madres que pidió conocer el paradero de su hijo, desaparecido en la colonia Simón Bolívar de Acapulco el 18 julio de 2020.

La tarde de este martes unas 80 familias de personas desaparecidas caminaron de la entrada del parque Papagayo en la avenida Costera hacia la playa Hornos, donde compartieron sus testimonios y portaron los rostros de sus desaparecidos con la esperanza de dar con ellos.

En la caminata estaba la señora Agustina quien caminó con el rostro de su hijo que en la actualidad tendría 28 años. Con los ojos llorosos la mujer pidió a las autoridades que “por lo menos encuentren el cuerpo para darle cristiana sepultura, es mucho el dolor. Es una agonía estar viviendo así, me mataron en vida”.

Cristian Mariano Carbajal salió de su casa como todas las mañanas a vender bolillo, luego de su jornada de venta, y reportar el dinero de las ventas a su patrón, pasó a comprar alimentos para su perro y no supo más de él.

La mujer indicó que hay pocos avances por parte de las autoridades en las investigaciones, por eso ella se integró a la asociación y junto a la esposa de su hijo, han participado en las jornadas de búsquedas que se han hecho.

A los provocadores de la violencia les imploró que ya paren “queremos la paz para las demás familias”. Porque su hijo dejó a una esposa y a dos niños desamparados.

La representante del colectivo Familias en Búsqueda de sus Desaparecidos, Elba Janet Galeana Campos, dijo que el Día de las Madres, es una conmemoración dolorosa porque las madres desearían un abrazo de su hijo.

Pidió a la sociedad que tengan empatía con los colectivos y las familias que buscan a sus desaparecidos. Compartió que en la asociación hay 323 familias que buscan a sus desaparecidos, algunos tienen hasta dos o tres desaparecidos.

Informó que con la nueva administración del gobierno del estado y de la Fiscalía, hay una buena coordinación para las jornadas de búsqueda, e indicó sin dar fecha que en este mes se hará una.

Proponen dedicar el 10 de mayo a madres de desaparecidos, asesinados y desplazados

El Centro Regional de Derechos Humanos José María Morelos y Pavón (Centro Morelos) propuso ayer “forjar” el 10 de mayo como una fecha de lucha para obligar al gobierno a otorgar verdad y justicia y mitigar el dolor que sufren las madres en el país por sus hijos desaparecidos, asesinados o desplazados por la violencia.

“Otorgar verdad y justicia, localizando a las y los desaparecidos; investigando y castigando a los responsables de los homicidios; el castigo a los responsables del desplazamiento forzado interno y castigo a los feminicidas; la localización y castigo de los tratantes de blancas y, en todos los casos, lograr la reparación integral del daño y las garantías de no repetición”, demandó el organismo en un boletín de prensa con motivo del Día de las Madres.

Agregó que es impensable creer que las madres de los más de 90 mil desaparecidos en el país tengan algo que festejar este 10 de mayo, cuando falta alguien en la cama, en el comedor, “alguien a quien todos los días se le espera”.

El Centro Morelos agregó que mientras no se sepa qué pasó con un hijo desaparecido, su madre tiene la esperanza de que aún esté vivo, y que la misma situación viven las madres de los asesinados, “aunque tengan el consuelo de tener una tumba donde llevar flores”.

Por ejemplo, añadió que las madres de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desparecidos el 26 y 27 de septiembre de 2014 y las madres de los estudiantes asesinados, “tampoco sentirán la felicidad de recibir un abrazo de aquel hijo que llevaron durante nueve meses en su vientre, lo parieron, lo cuidaron y lo hicieron crecer, hasta que algunos desalmados amparados por la impunidad gubernamental, los arrancaron de su lado”.

Destacó que el mismo dolor e impotencia viven las miles de madres de las víctimas de feminicidio, las madres de las jóvenes, adolescentes y niñas víctimas de trata para explotación sexual y tráfico de órganos.

“Por todo el dolor que sufren las madres a lo largo y ancho del país, cada día 10 de mayo debe forjarse como un día de lucha para obligar al gobierno a otorgar verdad y justicia”, demandó el organismo.

Concluyó que el Centro Morelos se suma a los gritos de lucha y exigencia para que el gobierno federal cumpla con su obligación de proporcionar a las víctimas verdad y justicia, reparación integral del daño y garantías de no repetición.

Sufrimiento y desesperanza viven en su día las madres de personas desaparecidas

Cada 10 de mayo, Saúl Merodio de Jesús, salía con su madre Eustolia de Jesús Rodríguez a comer, a veces simplemente salían a pasear o pasaban el día juntos. A partir de 2020 ya no fue posible, Saúl desaprecio el 12 de julio de 2019 y sus restos fueron hallados el 2 de diciembre, durante una búsqueda de la Fiscalía General de la República (FGR) por el rumbo de Chichihualco.

“Desapareció cuando andaba trabajando, no era vago, no era callejero, no era de los que se iban a la calle sin avisar o de los que no regresan hasta el día siguiente”, asegura dona Eustolia.

Cuando desapareció, Saúl tenía 22 años y a pesar de que sus restos fueron hallados el 2 de diciembre del 2019, doña Eustolia los recibió apenas el 18 de febrero pasado. Le aseguraron las autoridades que es el tiempo normal que se llevan los trámites.

“Me lo entregaron casi dos años y medio después. Antes anduvimos vueltas y vueltas”, reprocha doña Eustolia en una entrevista el viernes pasado, en las instalaciones del Colectivo Lupita Rodríguez, cinco días antes de que se celebrara el Día de las Madres.

A diferencia de otras madres que siguen buscando a sus hijos desaparecidos, Eustolia logró encontrar a Saúl con el apoyo de FGR, en un paraje cercano a El Naranjo, municipio de Leonardo Bravo (Chichihualco).

Las búsquedas se realizaron por la intervención del Colectivo de Padres y Familiares de Desaparecidos, Secuestrados y Asesinados, que encabezaba la finada Guadalupe Rodríguez, y que ahora, después de la muerte de la activista, se llama Colectivo Lupita Rodríguez, en su memoria.

“Mi hijo era pintor, taxista, plomero o vendía comida conmigo en el mercado, cuando no tenía trabajo. No tenía tiempo para andar en la calle, todo el tiempo lo tenía ocupado, pero nomás de repente un día, que salió a trabajar, ya no regresó a la casa”, recuerda entre sollozos.

La noche del 12 de julio de 2019, Saúl andaba trabajando como taxista y desapareció en una de las calles cercanas a la alameda. La última llamada que recibieron de él sería como a la 1 de la mañana. Le habló a su esposa para decirle que ya iba para su casa, que había comprado cena y nomás que fuera a entregar el taxi lo irían a dejar, pero ya no regresó.

“Cuando me dijo mi nuera que no había llegado, sentí un golpe en el pecho muy feo. Yo luego presentí que algo le había pasado”, dice la madre del finado.

Recuerda que desde ese mismo día anduvieron en vueltas, “fuimos a preguntar con su compañero, con quien se turnan el taxi, y me dijo que no había ido. Al poco rato habló la dueña del taxi, y también dijo que no lo había entregado y nos preguntó qué había pasado con él”.

Cuenta que en el transcurso de la mañana fueron a la agencia del Ministerio Público, a entregar sus datos e hicieron todos los trámites, “pero nomás nos dijeron que luego lo iban a buscar, que primero lo buscáramos nosotros, que a lo mejor se había ido de vago con sus amigos”.

Recuerda que los familiares le recriminaron al funcionario que Saúl no tenía amigos, que se dedicaba a trabajar, que no tenía tiempo para andar de vago.

Doña Eustolia refiere que es madre soltera y que sus hijos se vieron obligados a trabajar, desde cuando estaban “chiquitos”.

Recuerda: “Me ayudaban a vender, a trabajar en el mercado. Mi hijo Saúl era bien conocido en el mercado Baltasar R. Leyva Mancilla”.

Eustolia tenía cinco hijos, incluyendo a Saúl. Ahora sólo le quedan cuatro, dos mujeres y dos hombres.

Cuando desapareció Saúl tenía 22 años, “ahorita iría a cumplir 25”, refiere con un semblante de tristeza y dice que era el menor de todos y, por consecuencia, el más unido a ella.

Ante la negligencia del personal del Ministerio Público, fueron los familiares de Saúl quienes iniciaron la búsqueda. Eustolia refiere que anduvo preguntando por el lugar donde le dijeron que andaba, a la hora que perdieron contacto con él, pero nadie le dio razón.

Dice que por la falta de resultados se incorporaron al colectivo de Guadalupe Rodríguez, con quien se fueron a Ciudad de México a presentar la demanda a la FGR “porque aquí no hacen nada las autoridades”.

Reconoce: “Allá se hacen más bien las cosas, aquí no hacen nada las autoridades, nomás íbamos (al Ministerio Público) y un día hasta nos amenazaron. Nos pidieron que ya no fuéramos, porque ya nos habían conocido y nos tenían bien ubicados, que ya no anduviéramos yendo”.

– ¿Quiénes los amenazaron?

– Las mismas autoridades nos dijeron que ya no fuéramos a preguntar, que porque ya nos tenían ubicados, y por eso dejamos de ir.

Cuenta que desde entonces dejaron las cosas en paz en lo local y decidieron irse a exigir a Ciudad de México y por las las denuncias presentadas por el Colectivo Chilpancingo, peritos de la FGR realizaron búsquedas cerca de El Naranjo, donde encontraron sus restos el 2 de diciembre de 2019.

“Nos afiliamos al colectivo de la licenciada Lupita y ella fue la que nos apoyó. Me dijo que nos iba a ayudar a encontrarlo y nos fuimos a México. Gracias a Dios y a lo que ella anduvo haciendo y apoyando, las autoridades federales encontraron a mi hijo”.

Eustolia dice que aunque sigue inconforme por lo que le pasó a su hijo, ya está tranquila, porque encontró sus restos, pero que no por eso ha dejado a sus compañeras que siguen buscando a sus hijos.

“Ellas me apoyaron y ahora yo también necesito apoyarlas, para que encuentren a sus familiares. No debemos colgar los guantes, tenemos que seguir adelante”.

Explica que quiere que su caso sirva de ejemplo para las otras madres; “les digo a las compañeras que no pierdan las esperanzas, porque yo ya las estaba perdiendo, pero Dios estuvo con nosotros y encontramos a mi hijo y ya lo sepultamos. Les digo que hay que seguir en la lucha por los otros, hasta que parezcan y también estén tranquilas”.

Cuenta que es muy doloroso encontrar a un hijo en las condiciones en que le entregaron al suyo, “pero bueno, ya está descansando en paz”.

Recuerda que lo suyo ya no era vida de tanto pensar donde estaría, pero que ahora que ya lo encontraron, cada vez se va tranquilizando, “a diferencia de antes, que era una vida triste. No era vida”.

Sin embargo, Doña Eustolia, denuncia que queda pendiente que se haga justicia “porque encontramos a mi hijo, pero no sabemos quiénes son los responsables, andan libres y mientras uno sufriendo, tantos maltratos, sufrimientos que vivimos”.

Refiere que le gustaría saber por qué se llevaron a su hijo y quienes son los responsables, “pido que se haga justicia, imagínese se llevaron a un inocente”.

También pide que las autoridades le pongan atención a la gente que necesita el apoyo de ellos, “que no nos dejen desamparados, que hagan lo que deben hacer, porque aquí en Chilpancingo no hacen nada, solamente en México se mueven un poquito, aquí no, al contrario, se están llevando a más niños”, denuncia.

Reprocha que en la mayoría de los casos de personas desaparecidas no se realizan las investigaciones para encontrarlos y menos para dar con los responsables, “se están llevando a inocentes y los responsables andan libres, y con perdón de la palabra, nosotros como madres, ¿qué nos hagamos tarugas?”.

Doña Eustolia explica que días como el de ayer, en que se festeja el Día de las Madres, es muy triste para quien tiene perdido un familiar, “que no sepas nada, es muy doloroso. Yo ya me estaba dejando morir, porque no sabía nada de mi hijo, y ahorita me duele mucho porque era mi mano derecha, él era el más chiquito y el que más me apoyaba en todo. Por eso es que siento bien feo, la verdad, pero estoy tranquila porque cuando menos ya me lo entregaron, lo sepulté y tengo dónde irle a llorar”.

Denuncian la desaparición de un chofer y advierten que bloquearán la autopista

Choferes del transporte público de Petaquillas, Ocotito, Buenavista de la Salud y Palo Blanco pintaron los medallones de sus vehículos para exigir a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda localizar al taxista de la comunidad de Buenavista de la Salud, Francisco Imer Casarrubias García quien desapareció el sábado y advirtieron de no ser localizado bloquearán el miércoles la Autopista del Sol.

Los medallones de los taxis y las Urvan decían: “Sra. gobernadora exigimos el regreso con vida del Sr. Imer Casarrubias del taxi 16BV, en caso de no aparecer se bloqueará la Autopista del Sol mañana”.

Otro de los mensajes indica, “Exigimos el regreso de nuestro compañero transportista Imer Casarrubias con vida. “Sra. Gobernadora el transporte de la coalición apoya a la familia”.

Choferes del transporte público quienes se reservaron su nombre comentaron que el taxista Francisco Imer Casarrubias García a bordo de su taxi número 16 desapareció el sábado en la carretera federal Buenavista de la Salud–Chilpancingo y que a la fecha no saben de él.

El lunes la Fiscalía General del Estado (FGE) publicó una ficha para localizar al taxista Francisco Imer Casarrubias García.

Por su parte, la Fiscalía General del Estado (FGE) informó  que investiga la desaparición de Casarrubias García, que emitió  la ficha ¿Has Visto A? para su búsqueda y localización inmediata.

La dependencia difundió un comunicado la tarde de ayer, en la que señaló que se ha mantenido la comunicación constante con los familiares directos y se encuentra en las primeras investigaciones que marca el protocolo homologado de búsqueda.

“Ya se cuenta con los dictámenes de perfil genético de la familia y se ha agregado los datos al Registro Nacional de Búsqueda, dependiente de la Comisión Nacional de Búsqueda, mientras que el personal operativo realiza las investigaciones de campo”, indica el boletín.

Buscan otra vez en 10 cuevas de Cuetzala al velador de Segalmex desaparecido

Durante el segundo dispositivo de búsqueda del velador del almacén de fertilizantes de Segalmex en el municipio de Cuetzala del Progreso, Javier Ochoa Mendoza, de 36 años, en el que se exploraron diez cuevas o respiraderos cerca de la comunidad indígena de Chilacachapa, los resultados fueron negativos, a 20 días de la desaparición.

El también empleado del Ayuntamiento de Cuetzala del Progreso, Javier Ochoa, vecino de la comunidad de Cuaxilotla, está desaparecido desde el pasado 20 de abril. Su madre informó a las autoridades que ese día alrededor de las 10:30 de la noche fue la última vez que supieron de él, luego de que había salido del almacén para ir a comprar pero ya no volvió.

Los pobladores de la comunidad de Cuaxilotla mediante un comunicado de prensa difundido en las redes sociales, adjudicaron la desaparición a un grupo de civiles armados, a los que identificaron como presuntos miembros de la Policía Comunitaria Tecampanera de Teloloapan.

La noche del martes se informó en un comunicado de prensa difundido por la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas el despliegue de un segundo dispositivo de búsqueda en Cuetzala, por instrucciones de la gobernadora, Evelyn Salgado Pineda, y del secretario de Gobierno, Ludwig Marcial Reynoso Núñez, en coordinación con la Fiscalía Especializada en Materia de Desaparición Forzada.

Se informó que las acciones de búsqueda con la participación de la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas, se realizan con el apoyo y resguardo de efectivos de la Secretaría de Marina, Guardia Nacional, Ejército, Policía Estatal y Policía Investigadora Ministerial de la Fiscalía General del Estado (FGE).

El primer dispositivo de búsqueda del velador del almacén de fertilizantes de este municipio de Cuetzala, se desplegó cuatro días después de su desaparición, en el que se realizaron trabajos de exploración en cerros, barrancas, cañadas y brechas de Cuetzala y comunidades cercanas, en las que además se implementó el uso de un dron.

Texto: Zacarías Cervantes, Jacob Morales Antonio, Luis Blancas y Alejandro Guerrero / Foto: Carlos Alberto Carbajal