“Como jefe de Estado ejerce violencia institucional al invisibilizar y denostar a las víctimas”, dice la feminista Yolitzin Jaimes en respuesta a declaraciones de López Obrador. Pintan oficinas, rompen vidrios y lanzan bombas caseras en su paso
Chilpancingo, Guerrero, 19 de febrero de 2021. Con una marcha y acciones de protesta en oficinas de gobierno y una sede de precampaña, alrededor de cien feministas jóvenes vestidas de negro y con el rostro cubierto, marcharon en la capital del estado para entregar los documentos de la impugnación a la solicitud de la candidatura a la gubernatura del aspirante de Morena, Félix Salgado Macedonio.
Salieron alrededor de 2:30 de la tarde de la Alameda Granados Maldonado cantando consignas contra el senador con licencia, alusivas a las imputaciones en su contra de violación y abusos de cinco mujeres. A las 3:45 llegaron al Tribunal Electoral del Estado (TEE) donde la activista Yolitzin Jaimes entregó el expediente de la denuncia, y concluyeron después de las 4 de la tarde con un mitin frente al Palacio de Gobierno.
En breves declaraciones, Jaimes se refirió a las declaraciones del presidente Andrés López Obrador, el miércoles y jueves, en favor de la candidatura de Salgado Macedonio, sobre las voces de mujeres que exigen que se someta a la justicia antes de competir en un proceso electoral.
“Cada vez que el presidente dice que las manifestaciones son producto de la temporada electoral, legitima la aspiración de Salgado Macedonio. A nosotras nos coloca en una posición vulnerable y de indefensión, a él lo sostiene con el pacto patriarcal y se vuelve cómplice de violación por omisión. Como jefe de Estado ejerce violencia institucional al invisibilizar y denostar a las víctimas”.
Las activistas se manifestaron permanentemente con frases y cantos al ritmo de tambores, panderos y cencerros en su paso por la Comisión Estatal de Derechos Humanos (Codehum), en la parte trasera del ayuntamiento de Chilpancingo, en la Agencia del Ministerio Público de la colonia Universal. En los primeros dos sitios rompieron cristales con un martillo, hicieron pintas, y en el Ayuntamiento lanzaron una bomba molotov que estalló en dos ocasiones.
En Derechos Humanos escribieron: “Violadores encubiertos”, “Venimos por Félix”, “Ni una más”, “Estado feminicida”, “No queremos machos que nos asesinen”, además de la demanda de justicia para Ayelin, la niña desaparecida y localizada desmembrada en Tixtla, el año pasado.
En la agencia del MP denunciaron con pintas: “Jueces y fiscales también son violadores”, “denuncia archivada, mujer asesinada”, “la policía no me cuida, me cuidan mis amigas”. Encendieron una bengala con polvos morados y lanzaron pintura rosa sobre el edificio.
En la avenida Lázaro Cárdenas, frente al Café Punta del Cielo, del empresario Cuauhtémoc Ney Catalán, operador financiero de Salgado Macedonio en la campaña por la senaduría en 2018, y colaborador en la elección a la gubernatura y aspirante a una diputación federal, también expresaron su inconformidad con pintas en la banqueta y en un poste: “Un violador no será gobernador, ningún violador al poder”.
Además lanzaron algunas piedras hacia una puerta lateral donde también se señala el acceso a un hotel, encendieron una bomba casera que se quemó en el suelo y un monigote alusivo al senador.
“Que arda lo que tenga que arder”, “en México si una mujer aborta va a la cárcel, y si un hombre viola puedes gobernador”, “presidente rompe el pacto patriarcal”, “Félix es un violador y lo decimos en tu cara”.
La protesta continuó hacia el sur. El contingente cruzó el paso a desnivel del bulevar Vicente Guerrero, para llegar a la sede del TEE, en el encauzamiento del río Huacapa, a poca distancia de la sede del poder legislativo, antes de palacio de gobierno.
También llegaron cantando protestas en voz alta, y la frase que artistas popularizaron con video el día anterior, “presidente rompe el pacto patriarcal”, “si no hay impugnación habrá revolución”.
Fue necesario que detuvieran las consignas y anunciaran con un altavoz que no llevaban armas ni balas, sólo iban a entregar los documentos de la impugnación para que un trabajador del Tribunal al fin saliera a abrir la puerta. Jaimes entró al edificio sola y entregó el expediente del caso dentro del plazo legal, los tres días siguientes de la solicitud de registro a la candidatura.
También escribieron consignas que antes cantaban en paredes y banquetas: “violadora a la licuadora”.
El caso deberá ser turnado a la mesa de alguna de las cinco magistraturas, y si se declarara improcedente, esperan un pronunciamiento de la presidencia.
Terminado el trámite, a las 4:20 la manifestación continuó. Las mujeres se dirigieron al Palacio de Gobierno, donde las activistas saltaron varias hileras de rejas sostenidas por candados para llegar hasta el portón principal donde también lanzaron bombas caseras y lanzaron consignas.
El obstáculo está ahí desde las manifestaciones de magisterio disidente contra la llamada reforma educativa, desde el sexenio pasado, cuando se reforzaron y elevaron las rejas y el portón del edificio de gobierno.
Yolitzin Jaimes señaló que allí quiere llegar Salgado Macedonio, “estamos aquí, a las puertas de este Palacio donde ‘el impresentable’ junto con Morena, están haciendo la afrenta más grande contra las mujeres y las niñas guerrerenses”.
Recordó que el político sigue impune de una denuncia penal en la Fiscalía General del Estado de una carpeta por violación que se presentó en 2016, y que la víctima ratificó en 2017, pero que fue detenida “por las fuerzas políticas”.
Ratificó que la única arma de las mujeres es la protesta, “venimos sin balas porque nuestra palabra es un tanque de guerra que le vamos a hacer al impresentable, Félix Salgado Macedonio”.
Adelantó que el movimiento feminista llamará a votar contra Morena si registran al violador.
La manifestación continuó después sólo con cantos y consigas, “despídete de tu … violadora”, “somos malas, podemos ser peores”, “hay que abortar este sistema patriarcal”, “Félix machista te tenemos en la lista”, “no se va a caer, lo vamos a tirar…”.
Texto: Lourdes Chávez / Foto: Jessica Torres Barrera
