28 julio,2018 2:31 pm

Marchan miles en apoyo a los obispos de Nicaragua 

Del otro lado, miles de sandinistas salieron hoy sábado una vez más a las calles para respaldar al presidente Daniel Ortega y expresar su repudio a los “golpistas”.

Textos: DPA / EFE Foto: EFE
Managua, Nicaragua, 27 de julio de 2018. Miles de feligreses católicos, opositores al gobierno, salieron hoy a las calles de la capital de Nicaragua en respaldo y solidaridad a los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua que median en el diálogo nacional, con el que se esperar superar la crisis política y social que supera 100 días, y en demanda de más justicia y democracia en el país centroamericano.
La multitud camina pacíficamente a lo largo de una de las principales avenidas de Managua ondeando banderas de Nicaragua y del Vaticano, porta carteles de apoyo a los obispos de la Iglesia católica acusados por el presidente Daniel Ortega de ser golpistas, y además exige justicia por los muertos (entre 295 y 448) que han dejado las protestas contra el gobierno de Ortega.
Convocada por el denominado “Movimiento de Autoconvocados”, la manifestación,partió de la rotonda Jean Paul Genie, en el sur de la capital, y culminará en los alrededores de la Catedral Metropolitana de Managua.
La marcha en honor a los obispos y sacerdotes es precedida por la imagen de la virgen de Cuapa, considerada milagrosa por los católicos nicaragüenses y que en 1980, cuando Nicaragua afrontaba el inicio de una guerra civil, según la creencia, se le apareció a un sacristán Bernardo Martínez.
La virgen de Cuapa se apareció al vidente y padre fallecido Bernardo -quien después se ordenó de sacerdote- el 8 de mayo por primera vez y después los días 8 de junio, 8 de julio y la cuarta vez el 13 de octubre de 1980.
En esas fechas Nicaragua afrontaba una guerra civil que concluyó con la desmovilización de más de 22 mil antiguos “contras” antisandinistas durante el Gobierno de Violeta Chamorro (1990-1997).
Durante la marcha de este sábado, los feligreses entonan cánticos y rezan el Santo Rosario, y gritan, además “Nuestra Iglesia quiere justicia y paz”, “¿Quién causa tanta alegría?, la virgen María”, “La primera que quiere la paz, es la Iglesia”, mientras personas a bordo de vehículos tocan sus bocinas en señal de respaldo.
A la manifestación se sumó un grupo de médicos que se solidarizó con los obispos y con la destitución de unos 40 galenos estatales por haber atendido a personas que protestaban contra el Gobierno en el noroeste de Nicaragua.
Entrevistado por el canal 100% Noticias, monseñor Miguel Mántica agradeció el apoyo de los ciudadanos a los obispos, que en las últimas semanas han recibido múltiples agresiones físicas y verbales por parte de fuerzas de choque del oficialismo, que los acusa de actuar de forma parcial a favor de los manifestantes antigubernamentales.
Al respecto, el religioso rememoró que la Iglesia católica de Nicaragua ha sido parcial no desde el 18 de abril, cuando iniciaron las protestas, sino desde el siglo XVI, cuando abogó por los indígenas durante la Conquista y dijo que, hasta hoy, ha estado “del lado de los que sufren”.
Añadió que la Iglesia católica continuará mediando en cualquier conflicto y realizando una labor humanitaria a pesar de los ataques. “Se nos cierran espacios y hay lugares donde ya no nos dejan atender a la gente, pero vamos a seguir adelante porque esa es nuestra misión”, expresó Mántica a través de Canal 100% Noticias.
“Gracias obispos valientes por estar con su pueblo”, rezaba una de las muchas pancartas portadas por los manifestantes, entre los que destacaban señoras que portaban cruces y banderas de la iglesia, constató dpa.
Entre los manifestantes se encontraban la madre y el padre de un bebé de un año asesinado de un tiro en la cabeza hace un mes por presuntos paramilitares. Los padres exigían justicia por el caso del pequeño, cuya muerte sigue impune.
Por su parte, el general retirado Hugo Torres, uno de los guerrilleros que en 1974 y 1978 lideró dos históricos asaltos con rehenes contra la dictadura de Anastacio Somoza (1967-1979), dijo a dpa que le parecía “inaudito volver a empezar la lucha contra otra dictadura”.
Torres, vicepresidente del disidente Movimiento Renovador Sandinista (MRS), agregó que “la situación actual es peor” porque “Ortega es más criminal, es una versión corregida y aumentada de (el dictador Anastasio) Somoza”.
La denominada “Peregrinación por nuestros obispos, defensores de la verdad y la justicia”, fue convocada por el movimiento Grito por Nicaragua y la opositora Alianza Cívica, que aglutina a campesinos, estudiantes, empresarios y sociedad civil en el diálogo nacional.
La marcha salió de la rotonda “Jean Paul Genie” (sur) para culminar en la Catedral de Managua, sobre la carretera a Masaya en el centro de la capital. Los manifestantes que pedían también la renuncia de Ortega y su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo, exigieron además la libertad de las personas detenidas en el marco de las protestas.
La marcha que también cuenta con el apoyo de la Coordinadora Universitaria que lidera las protestas antigubernamentales, ocurre días después de una serie de agresiones físicas en contra de religiosos, ataques a templos por parte de grupos de choque del gobierno y de que el presidente Ortega descalificara a los obispos como mediadores del diálogo, acusándolos de ser parte de “un plan golpista”.
Por su parte, el gobierno convocó a sus simpatizantes y empleados públicos al suroeste de la capital, para participar en una contramarcha en la que exigen “justicia para las víctimas del terrorismo golpista”, en alusión a los policías y paramilitares muertos durante las protestas.
La crisis en Nicaragua ha dejado al menos 448 muertos, la mayoría civiles opositores, y más de 2 mil 800 heridos en menos de cuatro meses, según organismos de derechos humanos independientes. El Gobierno reporta 56 fallecidos.
Nicaragua atraviesa la crisis más sangrienta desde la década de los años de 1980, también bajo la Presidencia de Ortega.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) han responsabilizado al Gobierno de Nicaragua por “asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, malos tratos, posibles actos de tortura y detenciones arbitrarias”, lo que Ortega ha negado.
Las protestas contra Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, comenzaron el 18 de abril pasado, por unas fallidas reformas de la seguridad social y se convirtieron en una exigencia de renuncia del mandatario.
 

Apoyo a Daniel Ortega
(Foto: EFE. El apoyo a Daniel Ortega)

Del otro lado, miles de sandinistas marchan
en respaldo a Ortega y contra los “golpistas”
Miles de sandinistas salieron hoy sábado una vez más a las calles para respaldar al presidente Daniel Ortega y expresar su repudio a los “golpistas”, como el mandatario tilda a los que protestan contra su gobierno desde el pasado 18 de abril, una crisis que ha dejado varios centenares de muertos.
A pie, en motocicletas y en vehículos, miles de simpatizantes del gobierno, entre ellos empleados públicos y miembros de la Policía Nacional, marcharon desde las afueras de la estatal Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua) hasta la Rotonda Hugo Chávez, en un recorrido de unos 5 kilómetros.
Durante esa caminata, convocada por el gobierno para exigir justicia para las víctimas que ha dejado la crisis que atraviesa el país desde hace más de tres meses, expresaron su respaldo a lo que denominan un “proceso revolucionario encabezado por el comandante Daniel Ortega”.
“Estoy aquí para apoyar al comandante, el único presidente que ha sabido sacar adelante el país y eliminar la corrupción”, dijo a Efe Carlos Daniel Gámez, uno de los participantes en la marcha.
“Los golpistas asesinos quieren acabar con Nicaragua, pero no lo vamos a permitir”, agregó.
Asimismo, exigió justicia para las víctimas que ha dejado la crisis, cuyas muertes, según dijo, han sido provocado por “ellos mismos”, en alusión a los opositores, “para sacar al comandante del poder”.
Martha Acosta, otra de las manifestantes oficialistas, expresó a Efe su respaldo al mandatario y al “proceso revolucionario que intentó ser destruido por grupos terroristas financiados por la derecha nicaragüense”.
Durante la marcha de este sábado, los manifestantes gubernamentales portaban banderas roja y negra del oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y la de Nicaragua, además cargaban rótulos de “Queremos la paz” y demandaban justicia para las víctimas.
El gobierno, a través de la vicepresidenta y primera dama de Nicaragua, Rosario Murillo, dijo el pasado día 20 que los opositores se mataron entre sí, en el marco de las protestas antigubernamentales que comenzaron el pasado 18 de abril, para responsabilizar al presidente Ortega.
La dignataria dijo que después de tres meses de iniciada la crisis, “la culpa sobre esos muertos recae sobre el golpismo terrorista y criminal en Nicaragua”, como califica a los detractores al Gobierno.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) señaló al Estado como el “único responsable” de la violencia en Nicaragua, porque ha usado a sus fuerzas de seguridad para “reprimir, matar, provocar lesiones y detenciones arbitrarias”, según su secretario ejecutivo, Paulo Abrão.
También la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) y organismos humanitarios locales han responsabilizado al Gobierno de Ortega de las graves violaciones a los derechos humanos en el marco de la actual crisis.
Las violaciones incluyen “asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, malos tratos, posibles actos de tortura y detenciones arbitrarias cometidos en contra de la población mayoritariamente joven del país”, según la CIDH, lo que ha sido rechazado por el gobierno nicaragüense.