Muchos hambrientos y enfermos, incluidos niños y mujeres embarazadas, empezaron muy temprano a caminar rumbo a Isla, a 70 kilómetros, en una región peligrosa por la presencia del crimen organizado.
Sayula, Veracruz, 3 de noviembre de 2018. Unos 5 mil 600 exhaustos centroamericanos de la Caravana Migrante (la primera) que salió hace tres semanas de Honduras a Estados Unidos decidieron hoy seguir a pie su camino en Veracruz, este de México, después de que el gobierno estatal diera marcha atrás en un ofrecimiento de autobuses.
“¿Vamos a caminar, verdad?”, preguntó desde un megáfono una de las organizadoras de la marcha, en una asamblea que se hizo hoy de madrugada en Sayula, Veracruz. Un coro de voces gritó “sí”, tras la decepción de no poder seguir en autobuses hacia Ciudad de México.
Los migrantes, muchos de ellos hambrientos y enfermos, incluidos niños y mujeres embarazadas, empezaron muy temprano a caminar rumbo a Isla, a 70 kilómetros de distancia, en una región peligrosa por la presencia del crimen organizado.
La caravana es la primera de tres que ingresaron en los últimos días a México y que todavía están lejos de la frontera estadunidense. Las otras dos están en el sureño estado de Chiapas. En conjunto son al menos unas 9 mil personas.
Este peregrinar ha sido aprovechado por el presidente de Estados Unidos,
Donald Trump, para reforzar su discurso contra la inmigración ilegal, en medio de la campaña para los comicios legislativos de medio mandato del martes en su país.
El primer grupo había recibido el viernes el ofrecimiento del gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, de unos 150 autobuses para trasladarlos a Ciudad de México. Sin embargo, poco después, en un segundo mensaje, dio marcha atrás.
Yunes dijo que no era posible llevarlos a la capital mexicana debido a que hay una restricción de agua por obras de mantenimiento al sistema hidráulico, que podría extenderse hasta el martes. A cambio les propuso llevarlos a un ciudad grande en el sur de Veracruz, opción que rechazaron los migrantes.
En el grupo ha habido tensiones porque los más jóvenes, sobre todo hombres, sienten que avanzan demasiado lento. Hay familias con niños pequeños que arrastran cochecitos de bebés y los recorridos son de unos 40 a 70 kilómetros diarios.
“Hoy más que nunca es importante caminar juntos. Aunque unos sean más jóvenes y más fuertes, tienen que esperar a las mujeres y a los niños”, pidió otro de los organizadores en la asamblea de Sayula. La caravana es acompañada por el grupo promigrante Pueblo sin Fronteras.
A los migrantes les quedan todavía muchos kilómetros para llegar a la frontera con Estados Unidos. Han caminado bajo el sol con altas temperaturas y en los últimos días también fueron sorprendidos por la lluvia, que convirtió en un lodazal uno de los sitios donde acampaban al aire libre.
Desde Veracruz son unos mil 200 kilómetros hasta Reynosa, en Tamaulipas, si deciden ir por Texas. Es la ruta más corta, pero también peligrosa. Si deciden ir a Tijuana, en Baja California, para llegar a San Diego, el camino es de casi 3 mil 400 kilómetros desde donde están ahora.
Las primeras dos caravanas están formadas principalmente por hondureños, pero también hay salvadoreños, guatemaltecos y nicaragüenses. La tercera está integrada sobre todo por salvadoreños.
La segunda inició su recorrido en Honduras el 17 de octubre y está compuesta por unas mil 500 personas, según las autoridades. El viernes llegó a Mapastepec, en Chiapas, unos 135 kilómetros al norte de su punto de entrada a México por Guatemala.
Una tercera caravana, compuesta por al menos 2 mil salvadoreños, ingresó el viernes a México caminando por el río Suchiate y pernoctó en la comunidad de Ignacio Zaragoza, en Frontera Hidalgo, a unos 11 kilómetros de la frontera con Guatemala.
En el puente fronterizo, sin embargo, permanecieron unos 200 migrantes para entrar a México de forma legal presentando solicitudes de asilo. Este grupo está conformado principalmente por familias con niños.
El trámite para solicitar asilo en México puede tardar hasta tres meses, tiempo durante el cual los solicitantes permanecen en albergues custodiados por las autoridades migratorias. Al inicio de la semana, unos 300 salvadoreños solicitaron asilo para ingresar.
La mayoría de los migrantes de estas caravanas mantiene su propósito de llegar a Estados Unidos a pesar de las advertencias de Trump, que ha enviado militares a la frontera.
Texto: DPA / Foto: Ángel Hernández / DPA
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