1 abril,2019 6:43 am

Muchos dinosaurios no entienden que la situación en México ya cambió, dice el obispo Rangel

Es el momento propicio para que los gobiernos estatal y federal tiendan la mano a los productores amapoleros de la sierra, para que cultiven ahora durazno, manzana y hasta de truchas, plantea.
Chilapa, Guerrero, 1 de abril de 2019. Aún anda suelto uno que otro dinosaurio que quiere venganza y que no entiende que la situación en México está cambiando, expresó el obispo Salvador Rangel sobre el dirigente de la Policía Comunitaria, Gonzalo Molina, desaparecido después de ser liberado de la prisión, pero de quien se ha presumido su aparición.
Consideró que es el momento propicio para que los gobiernos estatal y federal tiendan la mano a los productores amapoleros de la sierra, para cambiar el cultivo por durazno, manzana y hasta de truchas.
Se refirió a que se debe invertir en nuevos sistemas de distribución de agua en ciudades como Chilpancingo y Chilapa, para atender el desabasto.
El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa fue consultado al concluir la misa dominical, en la catedral de esta ciudad.
Momentos antes fue abordado por el alcalde priista de Chilapa, Jesús Parra, quien estuvo acompañado de un séquito de por lo menos 15 guaruras, fotógrafos, funcionarios y empleados. El alcalde le besó la mano y le presentó a sus visitas de Costa Grande.
El obispo respondió acerca del regreso de los desplazados de Chichihualco y Tlaltempanapa a su albergue, quienes permanecieron en plantón por 40 días afuera del Palacio Nacional, en la Ciudad de México, para solicitar seguridad.
“Me tocó recibirlos. Se celebró una eucaristía con más de 500 personas y se les han ofrecido círculos de seguridad. Vuelvo a insistir que lo principal son los derechos, como la vivienda, la tierra y el trabajo. No tienen que andar como nómadas”.
“Es cuestión de justicia, así los juzguen. Si han cometido algún delito, para eso existen las leyes y que actúe la autoridad, pero nadie tiene derecho de estar ocupando sus casas, sus tierras y sus pueblos”.
“Dios quiera que las autoridades federales hagan algo y que puedan regresar a sus comunidades”.
Expresó no estar apoyando a alguno de los grupos en conflicto, sino estar en contra de la injusticia.
“Vale la pena que haya paz y reconciliación entre ellos. Ahora ya no están sembrando amapola, son antiguos rencores lo que no les hace ponerse en paz”.
Propuso que los capos de un lugar y del otro lleguen a un arreglo para vivir en paz.
“Lo más inteligente es que hubiera un arreglo entre ellos, porque ellos van a bajar, vamos a decir hasta Xochipala, pero de ahí no van a pasar. Cuando llegan a Chilpancingo sabemos que han matado a varios de la sierra”.
“Para que no sigan derramando sangre y a mí lo que me apena mucho es que a veces están matando a estudiantes y gente inocente”.
“Ojalá hubiera una sabiduría de las dos partes y pudieran hacer un buen arreglo para vivir más tranquilos y en paz”.
Respecto a que productores de amapola de 11 comunidades de la sierra ha solicitado proyectos de impacto, para sembrar plantas frutales a cambio de reducir la producción de la planta ilegal, el prelado manifestó su respaldo a la propuesta.
“Me he entrevistado con productores y dicen que intervengan los gobiernos estatal y federal, para ayudarles a cambiar el cultivo. Ellos ya van a dejar la amapola porque ya nadie se las compra”.
“Ahora es cuando les deben tender la mano. Alguien me decía: podemos sembrar la flor, producir el durazno, la manzana, allá se da la buena trucha, en lo que es la sierra”.
“Es el momento propicio, el momento psicológico, donde se les pudiera tender la mano a esos campesinos y los que se dedicaban a la droga ya no lo van a seguir haciendo. Por lo menos la amapola”.
Se le preguntó su postura sobre el caso del dirigente de la Policía Comunitaria, recién liberado de un encierro de cinco años, Gonzalo Molina, quien desapareció el martes 26 en la Ciudad de México y que este 30 de marzo el gobernador Héctor Astudillo presumió su aparición.
“Aún estamos luchando en contra la corrupción en México y pues todavía por ahí andan sueltos uno que otro dinosaurio, que aún quieren venganza, pero que entiendan que la situación de México ha cambiado o está cambiando, sobre todo ahora se tienen que enfrentar al pueblo”.
“Todos sabemos cuántos presos políticos existen, por persecución. Porque apoyan a otro partido u otro proyecto. Esos tiempos ya los debemos erradicar de la sociedad mexicana”.
Al final se le preguntó a Salvador Rangel su opinión sobre el desabasto de agua en ciudades como Chilpancingo y Chilapa, y la crisis social que se está derivando.
Contestó que se requiere una intervención de los gobiernos municipal, estatal y federal, porque son sistemas de agua de hace 50 años.
“Por lo menos en Chilpancingo, más de la mitad del agua se pierde porque los tubos ya no funcionan. El otro problema es que mucha gente es morosa”.
“Es como un círculo vicioso. La gente no paga el agua porque no llega el agua. Los encargados del agua no la avientan porque no tienen con que pagar los gastos generados para la distribución”.
“Hace tiempo se puso un sistema para distribuir a determinadas colonias y barrios, pero ha crecido tanto la población. Por ejemplo, tantos ciudadanos que han construido irregularmente y todos piden servicios y agua. Lo que se proyectó hace 20 o 50 años no funciona”, concluyó el prelado.
Texto y foto: Luis Daniel Nava