12 mayo,2024 8:35 am

Muestran la colección personal de Lilia Carrillo

 

Ciudad de México, 12 de mayo de 2024. Toda la carrera de la pintora Lilia Carrillo cabe, simbólicamente, entre dos obras significativas: un autorretrato figurativo donde se muestra jovencísima, a los 18 años, con pincel en mano y pañoleta blanca en el cabello, y una obra abstracta, con su ya inconfundible sello, que dejó inconclusa en 1974, el año de su muerte.

Estas dos piezas, entre las que median 26 años de creación artística, son las que abren y cierran la exposición Los Lilia Carrillo de Lilia Carrillo, un esfuerzo de la galería Kurimanzutto por mostrar la evolución pictórica de una de las artistas más importantes de la llamada Generación de La Ruptura.

Es, además, la primera vez que este cuerpo de obra es expuesto en conjunto, pues se trata de la colección personal de la artista y de su segundo esposo, el pintor Manuel Felguérez, como una posibilidad inédita e intimista de asomarse a las piezas que la propia pintora conservó para sí misma.

“La quisimos hacer no como una exposición comercial, ni para ver qué vendemos, sino para atraer la atención a Lilia, investigar, que ojalá haya investigación, porque hay un sólo un libro de Lilia Carrillo, de la editorial ERA, de hace 10 o 12 años, nada más, y esta colección tiene algo muy particular”, señala al respecto José Kuri, fundador de la galería.

“Tiene, por ejemplo, obras de la escuela, tiene el autorretrato que hace cuando tenía 18 años, donde puedes ver ya lo talentosa que es, por eso la usamos de imagen para promocionar la exposición, porque además es un Lilia que no es representativo para nada de lo que la gente cree que es el trabajo de Lilia”, abunda.

La idea de realizar una exposición dedicada a Carrillo (1930-1974) tenía ya varios años rondando la mente del galerista, pero la adquisición de su obra avanzaba lentamente, hasta que la filósofa Mercedes García de Oteyza, viuda de Felguérez (1928-2020), ofreció la colección personal para realizar la muestra.

Compuesto por 60 obras, el acervo personal de la pintora logra retratar su trayectoria completa, con todas sus distintas etapas y estilos, y plantea la interrogante de por qué decidió quedarse específicamente con esas obras.

“Nos da más preguntas que respuestas”, estima Kuri. “Creo que tiene ver con que las cosas escolares son de importancia histórica, y son obras que ellos (Carrillo y Felguérez) podían cargar, porque Lilia tiene obras de gran formato, de 2 metros, y esto es lo que estaban guardando ellos en su casa, lo que tenían a nivel histórico y a nivel sentimental.

“Lo que es interesantísimo es que con esta exposición tú ves una artista desde la escuela hasta que muere”, plantea.

En la muestra se encuentran, por ejemplo, los dibujos de Carrillo como estudiante, todavía fuertemente influenciada por el estilo de maestros como Manuel Rodríguez Lozano, patente en obras como Mi regazo como el de las mujeres estériles, o en el retrato de su primer esposo, el filósofo Ricardo Guerra.

También, antes de que desarrollara el estilo abstracto que caracteriza su creación, están un par de cuadros surrealistas, inspirados por Remedios Varo y Leonora Carrington, que pintó junto a Felguérez bajo el seudónimo Felisa Gross, una supuesta pintora checoslovaca llegada a México que inventaron para poder hacerse con algo de dinero, aprovechando el gusto del mercado por este tipo de arte.

Además de una documentada línea de tiempo y una vitrina con recortes de periódicos y revistas, la galería exhibe también los diseños de Carrillo para los vestuarios del teatro experimental de Alejandro Jodorowsky.

Las obras de sus últimos años de vida, tras sufrir una parálisis parcial como consecuencia de una aneurisma, muestran a una pintora en plenitud artística que falleció trágicamente joven, a los 43 años, y cuya evolución ahora puede trazarse a partir de su colección personal.

“Al ver las obras de estudiante, ver el talento que tenía, la mirada que tenía, me convenció mucho más como artista. Además, mucho más como artista mujer en un mundo de hombres, porque hacerse ese espacio para tener una voz muy propia, muy única, porque, si te fijas, no se parece a ninguno de los artistas de La Ruptura”, celebra Kuri.

“Hacerse ese espacio en un mundo de hombres yo creo que es algo que también lo aprecio mucho y yo creo que hay mucha investigación por hacer, para Lilia, para situarla en el contexto histórico, en el contexto político, en el contexto artístico de su época en México y fuera; hay muchísimo por hacer”, ahonda.

A la espera de que las instituciones culturales del país realicen una exposición abarcadora a la altura de su legado, Los Lilia Carrillo de Lilia Carrillo, en exhibición en Kurimanzutto (Gobernador Rafael Rebollar 94, San Miguel Chapultepec), desde este sábado hasta el 24 de agosto, busca abrir la conversación sobre una de los pilares de la Generación de la Ruptura y el arte mexicano en general.

 

Texto y foto: Agencia Reforma