17 junio,2023 2:15 pm

No opera la Unidad de Hemodiálisis en el hospital Raymundo Abarca por escasez de insumos en el país

La jefa de este nuevo servicio, Tania Leticia Tello Divicino, informa que hay 60 pacientes ya en espera de recibir el tratamiento gratuito. Alerta que las enfermedades renales van en aumento y en el sistema de salud pública estatal hay sólo 15 nefrólogos –dos de ellos en la capital–, para atender a miles de enfermos

Chilpancingo, Guerrero, 17 de junio de 2023. La nueva área de atención de hemodiálisis en el Hospital IMSS-Bienestar Raymundo Abarca Alarcón, en Chilpancingo, ya está lista para comenzar a operar, sin embargo, se ha retardado su inauguración por la escasez en el país de insumos, especialmente los filtros que requieren, informó la nefróloga y jefa de este nuevo servicio, Tania Leticia Tello Divicino.

También afirmó que ya hay 60 pacientes en espera de que les avisen para que puedan recibir el tratamiento gratuito en este lugar, no obstante, con este número ya está saturada la atención, pues podrán atender diariamente a 30 enfermos renales. Esta enfermedad que va en aumento, y que en el sistema público de salud sólo tiene a dos especialistas en la capital, y cerca de 15 en toda la entidad.

Ayer, en entrevista con El Sur, la nefróloga y jefa del nuevo servicio de Hemodiálisis, Tania Leticia Tello Divicino explicó que a esta área, ubicada en el tercer piso del también conocido Hospital General de Tierras Prietas, se le tuvieron que hacer adecuaciones físicas para instalar 13 aparatos o riñones artificiales, además, de un sistema de purificación de agua, sin embargo, su apertura se ha retrasado debido a que hay una escasez de insumos en el país.

Se trata de unos filtros propios de la empresa Braun, misma marca que ensambla las máquinas, los cuales  sólo se utilizan una vez con cada paciente, por lo que no pueden iniciar con pocos filtros sino con un kit completo que garantice al menos tres meses de tratamiento, por ello, es probable que aún en aproximadamente un mes inicien sus labores.

Expuso que la hemodiálisis es un tratamiento altamente tecnológico que se usa para atender a los pacientes con enfermedad renal crónica o aguda, es decir, cuando “hay un fracaso de los riñones”, la cual se provoca más comúnmente por la diabetes, enfermedad que va en aumento en todo el mundo, y que conduce a una enfermedad renal diabética, la principal causa de entrada a la hemodiálisis como a la diálisis peritoneal (otro tratamiento).

Sostuvo que otras patologías que también pueden causar fracasos agudos renales y que los pacientes necesiten una hemodiálisis, son aquellos que tienen infecciones en otros órganos del cuerpo y debido a los mecanismos compensatorios del cuerpo, el riñón también falla.

Otras enfermedades que afectan al riñón y requieren de este tratamiento, dijo, es el Lupus, una enfermedad autoinmunitaria crónica; así como otras patologías más comunes que también pueden causar lesiones renales crónicas como las piedras en los riñones o la urolitiasis, o aquellas personas que tienen solo un riñón, y a la larga pierden la funcionalidad de este.

Manifestó que la enfermedad renal es mortal, porque conduce a complicaciones en todos los órganos, al cambiar la forma de trabajar de las células, y aunque hay pacientes que duran un tiempo sin tener el tratamiento, cuando se tiene acceso a esta terapia sustitutiva renal y si es eficiente, puede prolongar la vida por años e incluso décadas de los pacientes.

La nefróloga contó que la máquina de hemodiálisis, pasa la sangre del paciente por el riñón artificial, atraviesa el filtro que lleva a cabo la “difusión de solutos o de toxinas urémicas”, que es lo que se acumulan en la falla renal, y la sangre se pone en una contracorriente con el agua especial y nuevamente se bombea al cuerpo, sustituyendo la función de los riñones.

En esta nueva área habrá 13 riñones artificiales, de los cuales 10 serán asignados para el uso continuo de los pacientes, aseguró Tello Divicino, los tres restantes, uno será reservado por si alguno falla, otro será para pacientes positivos a ciertas infecciones que deben estar en un tratamiento independiente; y el otro, para las urgencias, porque en su mayoría los pacientes inician la terapia cuando la enfermedad ya es de gravedad.

Por lo regular, tampoco los pacientes llegan programados a la hemodiálisis, y varios “vienen de pueblos muy lejanos, con poco acceso a la salud, entonces, tenemos que estar listos para brindar la atención de urgencias”.

Tania Leticia Tello lleva aproximadamente 13 años trabajando en el hospital como especialista en nefrología, y afirmó que aunque esta nueva área aún no se inaugura, el servicio ya está saturado.

Precisó que ha atendido aproximadamente 650 casos de falla renal en distintos niveles de cuidado en lo que lleva laborando, pero desde hace un año a la fecha, que empezó el proyecto del servicio de hemodiálisis, el número oscila en 80 pacientes que lo necesitan de forma activa y aproximadamente 20 que están en diálisis peritoneal (otro tipo de tratamiento).

Pero “es solamente como la puntita del problema, porque tenemos atrás de esos 100, unas 300 personas que están en etapas previas, no de la enfermedad, es decir, que a lo mejor todavía no requieren hemodiálisis, pero que están en camino a requerirla más adelante”.

Comentó que esos 300 pacientes ya están captados en el servicio de salud pública, bajo el extinto Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) y que están en proceso de migración a IMSS Bienestar, es decir, “que ya vienen a consulta, que los atendemos como forma ambulatoria”.

“La verdad es que la unidad ya está saturada desde ahorita, incluso aún sin que abramos, nosotros ya tenemos casa llena como quien dice, o sea, vamos a tener una capacidad de atender a 60 pacientes, y son los que tenemos listos para conectar, que se atenderán tres veces por semana”, mencionó.

De lunes a sábado, cada día habrá tres turnos, a las 7 de la mañana, el primero, a las 12 y a las 4 de la tarde, en cada turno se atenderá a 10 pacientes; formarán dos grupos de 30 personas cada uno, el primero recibirá el tratamiento los lunes, miércoles y viernes, y el segundo grupo, martes, jueves y sábados.

La jefa de la nueva área de Hemodiálisis aseguró que “los pacientes sólo están esperando que nosotros le hablemos para decirle, vas a iniciar a conectarte en tal fecha, a tal hora, y nosotros sólo esperamos los insumos que faltan”.

De acuerdo con Tania Leticia Tello, el Comité de Hemodiálisis, determinó una selección de esos 60 primeros pacientes en recibir el tratamiento bajo los criterios de que tuvieran falla renal crónica avanzada; no ser derechohabiente en el ISSSTE, IMSS o el hospital del Ejército; que sean de escasos recursos económicos; que tuvieran expediente activo y que no se pudiera utilizar la diálisis peritoneal en ellos.

La nefróloga afirmó que el abrir un centro de tratamiento de hemodiálisis en Chilpancingo no sólo significa un acto de justicia social, sino también un ahorro para las familias con pacientes con fallo renal, pues atenderse en clínicas privadas tres veces por semana representa un gasto de al menos 20 mil pesos mensuales.

Además, de otros gastos no cuantificables, como el tiempo que pierden los familiares en acompañar a los pacientes y no estar laborando, en cada sesión, que dura de tres a cuatro horas, y en promedio un paciente requieren de 12 a 14 sesiones al mes.

Detalló que el equipo que encabezará en esta nueva área tendrá dos enfermeras generales, una enfermera especialista en nefrología, tres médicos generales que se están capacitando en el proceso de conexión y desconexión del paciente, además, de trabajadoras sociales, de nutrición, psicología y dos administrativos, una plantilla de 28 personas.

Reconoció que en este hospital, antes ya atendían a los pacientes, pero no tenían el tratamiento, y lo que hacían era canalizarlos a las clínicas que les dieran el servicio de forma particular, y el paciente cubría el costo.

Sostuvo que un problema que todavía enfrentan es que no tienen tampoco el servicio de diálisis peritoneal, porque sólo instalan el acceso peritoneal (un catéter en el abdomen) y al paciente se le capacita, pero él consigue sus bolsas de diálisis de forma externa.

Además, resaltó que independientemente son necesarios dos nefrólogos más para cubrir todos los turnos y que la atención sea continua, “pero no se consiguieron”, y la Ley General de Salud especifica que el tratamiento de hemodiálisis es materia de la nefrología.

“En la Secretaría de Salud Guerrero es otro doctor que cubre en la noche y yo en Chilpancingo, los dos doctores que están en Renacimiento que recién entraron, y hay otro médico también en el Hospital de El Quemado, básicamente en el estado debemos ser aproximadamente 15 para una población de miles de pacientes”, aseveró.

“Yo he absorbido durante todo este tiempo casos que vienen de todo el estado a atenderse aquí (en Chilpancingo) de muchas cosas que trata la nefrología, no sólo la hemodiálisis. Y no da abasto, la verdad, se convierte en un problema cuando por ejemplo yo estoy de vacaciones y llega un paciente”, comentó.

Mencionó que en países como España hay una tasa muy alta de médicos nefrólogos, “en un hospital como este hay 10 nefrólogos, y en Petaquillas o cada localidad tendríamos uno más o dos”, así las familias no se desplazarían tanto, pero “es un país de primer mundo con muchísimos años más de trabajo en el sistema de pacientes renales”.

En Chilpancingo, aseguró, debe haber en promedio cuatro nefrólogos, contando ella, por eso, ante el bajo número de especialistas, recomendó a la población tener buenos hábitos de vida, y a las personas diagnosticadas con diabetes, que a partir del quinto año enfermo debe visitar al menos una vez al nefrólogo.

Recalcó que el paciente diabético puede identificar un daño renal si presenta hinchazón en las piernas, orina espumosa y se vuelve hipertenso, es decir, tiene la presión alta, son síntomas de un daño renal”.

El equipo de enfermeras, médicos y la especialista expusieron que ya están listos, capacitados y comprometidos para el tratamiento y sobre todo, mejorar la calidad de vida de los pacientes, y sólo están a la espera del insumo faltante.

Texto: Emiliano Tizapa Lucena