Texto: Apro / Foto: Archivo Cuartoscuro
Ayala, Morelos, 29 de junio de 2018. “No queremos caer en la necesidad de hacer una guerra. No estoy convocando a tomar las armas a nadie. Los mexicanos no estamos preparados para una guerra. Los mexicanos no nos hemos recuperado todavía de las guerras que ha tenido la nación mexicana”, atajó José Manuel Mireles Valverde durante la presentación de su libro “Todos somos autodefensas”.
De visita por Morelos, el médico participó en distintos actos en el oriente de la entidad, a donde fue invitado por la organización Seguridad Ciudadana Región Oriente (Secireor), que cuenta con grupos organizados de autodefensas en las regiones de los Altos y Oriente de la entidad.
Estos actos incluyeron reuniones a puerta cerrada con los jefes de grupo, la presentación del libro y una fiesta en el municipio de Totolapan.
Aquí, a pregunta expresa, Mireles habló de “una opción” que está queriendo “reconstruir el tejido social de la nación mexicana”, en alusión al candidato de la coalición Juntos haremos historia, Andrés Manuel López Obrador, a quien no mencionó pues es consiente de la veda electoral. No obstante, aclaró que no está llamando a votar por nadie.
“Voten por quien ustedes quieran, pero voten, porque no estamos preparados para la guerra, necesitamos, eso sí, cambiar las cosas. Además, en caso de ganar la opción que les digo, no hará el cambio solo, aunque sí está planteando cosas. Yo no seré su empleado, trabajaré con él, vamos a pacificar la Patria”, sostuvo.
Y aunque dejó en claro que no quiere la guerra, “porque nosotros ya vivimos una”, que en caso de que no se respete la voluntad popular, y si la sociedad no despierta, “también tenemos con qué”, dijo, flanqueado por el nieto del general Emiliano Zapata Salazar, a quién hizo un enorme reconocimiento, y acompañado de José Inés Martínez López, dirigente de la Secireor.
Mireles Valverde arribó a Cuautla durante la madrugada. Pasó la noche en un hotel de la ciudad y por la mañana tuvo un primer encuentro con alrededor de 30 personas representantes de distintos grupos de guardias comunitarias y autodefensas de la zona de los altos y oriente de la entidad.
Ahí, el médico les habló de la necesidad de construir organización social y unidad, para luego “hacer lo que se tiene qué hacer para defenderse”.
“No podemos permitir que ningún hijo de la chingada se meta a nuestras casas y nos deje sin el sustento, que nos robe lo que nos ganamos con el sudor de nuestra frente. En mi casa, yo soy la autoridad, y si se mete un cabrón, le parto su madre”.
Luego, se trasladó a la exhacienda de Coahuixtla, ubicada en Ayala, “la tierra del Jefe”, donde nació Emiliano Zapata. Ahí se llevó a cabo la presentación ante unas 300 personas que escucharon atentas el llamado al voto: “nosotros nos constituimos en autodefensas electorales y el próximo domingo saldremos a votar de blanco. Los convoco a que salgamos a votar de blanco, y así, vigilando las casillas y defendiendo el voto, logremos que se respete la voluntad popular”.
Al término de la presentación del libro “Todos Somos Autodefensas”, Mireles encabezó una cabalgata desde la exhacienda hasta la Plaza de la Revolución, conocida como El Señor del Pueblo, donde descansan los restos de Emiliano Zapata a los pies de un monumento del Caudillo del Sur. Ahí montó una guardia de honor junto con Jorge Zapata, nieto del líder del Ejercito Libertador.
Comió con gente de Cuautla y ya casi entrada la noche arribó al poblado de Totolapan, donde una banda de viento y los tradicionales chinelos acompañaron la caminata.
Unas mujeres indígenas de la comunidad se sumaron al líder michoacano y le dieron la bienvenida.
Ahí en la plaza cívica, representantes de 10 poblados de la zona hablaron de la situación de inseguridad de la zona.
Un hombre de mediana edad tomó el micrófono y, mientras temblaba, le dijo: “aquí hay muchos celulares, al rato las fotos y los videos estarán en el feis, y no sabemos qué vaya a pasar mañana”.
Mireles retomó el tema al hacer uso de la palabra: “Los celulares no matan, compa. No tengan miedo. El miedo es un estado mental. Miren, los que tienen miedo mueren todos los días, todos. Los que no tenemos miedo, estamos bien conscientes de que sólo moriremos un día, pero no cualquier día. No el día que quiera algún pendejo, más bien, el día en que el señor de allá arriba, decida”.
En medio de la muchedumbre, un par de ojos enormes enmarcados en un rostro amable, se llenaron de lágrimas. Conmovida por las palabras de aquel gigante, hojea el libro. “Lo siento”, le dice a quien la escucha. “Nada más de abrir el libro se siente toda la vibra, la intensidad y la historia que encierra”. Sonríe con los ojos hechos líquido.