Chilapa, Guerrero, 30 de agosto de 2020. En el Día Internacional del Detenido-Desaparecido, el obispo Salvador Rangel Mendoza expuso que este delito sigue siendo una desgracia y una calamidad.
En declaraciones en la catedral al finalizar la misa dominical, recordó que hace dos años la CNDH dio un informe ante el gobernador Héctor Astudillo Flores de la situación en Chilapa, en el que pidió que a la Fiscalía se le invirtieran más recursos para investigar los casos y ayudar a los familiares de desaparecidos, pero dijo que al día de hoy no se ha avanzado gran cosa.
Añadió que valdría la pena que en Chilapa se investigara dónde están los desaparecidos, y recordó el caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa de los que no se ha sabido nada a seis años de su desaparición.
“Si queremos un país democrático tenemos que hacer justicia a los desaparecidos, a sus familiares y, lo más importante, que ya no haya más casos de desaparición”, expuso.
Pidió a las autoridades que estas fechas no se vayan en pura palabrería en sus conmemoraciones y discursos, sino que haya hechos concretos.
Dijo que está de acuerdo con el gobierno del estado en que a partir de mañana el semáforo epidemiológico pase a amarillo porque la enfermedad ha afectado mucho en la parte comercial, las escuelas y la vida familiar.
“Debemos irnos abriendo, pero de manera prudente, que no vaya a ser motivo de más contagios y muertes”, señaló.
Texto y foto: Luis Daniel Nava
