14 marzo,2020 9:56 am

No se le ha dado la importancia que se debe a Sor Juana, señala actriz colombiana Laura López

La maestra en artes escénicas ofreció en Chilpancingo una pieza inspirada en la poeta mexicana e impartió un taller como parte de las actividades del Festival de Año Nuevo Mexicano.

Chilpancingo, Guerrero, 14 de marzo de 2020. La maestra en artes escénicas Laura López, originaria de Bogotá, Colombia, presentó en esta ciudad el monólogo Yo, la peor de todas, sobre la vida y obra de Sor Juana Inés de la Cruz “para hablar de los problemas de la mujer de hoy”.

En la octava edición del Festival de Año Nuevo Mexicano organizado por el Grupo Cultural Nahuales de Ixtlitezcatl a cargo de Emilio Omitlahtoa, la joven egresada de la Academia Superior de Artes de Bogotá de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, consideró que no se le ha dado la importancia que merece Sor Juana, “como una mujer que lucha desde su posición como monja para poder leer, desarrollarse intelectualmente, es el ícono de la mujer que quiere desarrollarse, no sólo dedicarse a las labores de la casa, mucho de lo que nos pasa a las mujeres de hoy en día”.

La dramaturga autora del monólogo utiliza la enfermedad de la peste para abordar el tema, el pico febril lleva a Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana a tener alucinaciones sobre su vida. Se tratan episodios de su infancia, su relación con el clero y con la virreina María Luisa, la relación con su madre y otras que marcaron a la escritora.

El monólogo recrea el contexto histórico con un lenguaje más actual, “Sor Juana es una excusa para hablar de la mujer de hoy, es un sitio poético que uso para hablar de lo que nos pasa: la desigualdad, la segregación que sufrimos en Colombia muy fuerte, me parece que también en México. Las mujeres todavía tenemos muchas luchas por ganar, muchos espacios por ganar”.

En entrevista antes de su presentación en el auditorio José Inocente Lugo del Palacio Municipal, dijo que “hay muchos vacíos respecto de lo intelectual, no ocupamos los espacios de toma de decisiones. Ahora es la primera vez que en Bogotá hay una alcaldesa, es histórico y es grave, es una muestra el atraso en el que estamos, no porque gobernemos mejor que los hombres, pero eso demuestra que no hay igualdad”.

“No se trata de ponerle el pie a los hombres, se trata de que se visibilice a la mujer, que podamos opinar, hablar de nuestros dolores, de cómo nos duele la guerra, la atravesamos por nuestro cuerpo, perdemos a nuestros hijos que hemos parido, a nuestros esposos que hemos amado”.

Afirma que el arte es una oportunidad para sacar eso que nos duele, en el escenario.

Está en Chilpancingo desde el lunes pasado, impartió el taller Del entrenamiento físico a la construcción del personaje, un taller actoral sobre artes escénicas aplicadas a partir del cuerpo.

Otro taller que dio es Escenas improvisadas, “poníamos en escena el estatus, el conflicto y dimos la conferencia Mujeres, teatro y resignificación, donde planteamos cómo en Colombia ha sido el movimiento de las mujeres en el teatro, los grupos que han dejado una huella en el desarrollo de la identidad de género, hacemos catarsis ante situaciones de violencia”.

–¿Ayuda el arte ante situaciones de violencia?

–El arte es un espejo de la sociedad, en el cine y en el teatro yo veo la condición humana, si me sano o no creo es cuestión de cada quien, pero sí es terapéutico, ayuda, creo que avanza el proceso de curación y es una denuncia.

“El teatro es contestatario, nos puede ayudar a ver cosas que los medios de comunicación no nos dejan ver, entonces creo que sí sana en muchos casos, imagínate a estas víctimas de la violencia que actúan, cómo no van a exorcizar sus dolores verbalizándolos, ayuda tanto al actor como al espectador porque es una conexión permanente, nos estamos cambiando información, nos estamos sintiendo, estamos en el mismo pulso del corazón, cuando me agito el público se agita, es una conexión humano-humano”.

Relató que presentó su monólogo en Colombia a donde acudieron Los Nahuales de Ixtlitezcatl y ellos la invitaron a este festival que termina mañana viernes.

El movimiento feminista y el aborto

La maestra en artes escénicas Laura López es una joven de 25 años que responde muy seria a cada pregunta, después de la entrevista sonríe y luce más relajada, cuando habla del feminismo toma su tiempo ante cada planteamiento, parece buscar la palabra exacta, y en la charla se nota su sólida formación académica y política.

Se le preguntó su opinión de las movilizaciones internacionales del feminismo del 8 y 9 de marzo en México, y contestó, “es un movimiento fuerte, válido e importante, como la lucha de cada mujer desde su quehacer cotidiano, tanto de la mujer que marcha, que escribe, que danza para denunciar lo que le está pasando, algunas usamos la poesía para exigir nuestros derechos”.

“Las mujeres han alcanzado sus derechos al voto, a ocupar espacios de poder, pero no ha sido calladitas en la casa cocinando, por eso es importante cada forma de protesta”.

Del aborto dijo que es importante que la mujer pueda decidir sobre su cuerpo, “creo que las mujeres no tienen por qué aceptar que una persona pro vida, entre comillas, diga ‘tu no puedes abortar’, y cuando nace el niño y está en condiciones de pobreza o de violencia, crece y se vuelve un ladrón, cuando está el menor en el camino de la delincuencia se les acaba lo próvida”.

“La mujer debe de poder decidir sobre su cuerpo, se involucran muchos sentimientos, el proyecto de vida, de desarrollo personal, es algo increíblemente grande”.

Dijo que el recibimiento que ha tenido en México, “ha sido grandioso, es increíble porque somos tan parecidos mexicanos y colombianos que no me siento ajena o excluida, por el contrario, me llenan la barriga, comemos cuatro veces al día, por favor. Me he sentido en casa, se los agradezco muchísimo. ni para qué hablar del resto, estoy sin palabras”.

Texto: Rosendo Betancourt Radilla / Foto: Jesús Eduardo Guerrero