21 agosto,2024 8:53 am

Obtiene el poeta Luis García Montero el premio Carlos Fuentes; lo dedica a Cristina Pacheco

Ante autoridades de la Secretaría de Cultura federal y la UNAM, convocantes del reconocimiento, la periodista Silvia Lemus, viuda del escritor mexicano y Élmer Mendoza, miembro del jurado, el creador español pronunció su discurso en Bellas Artes

Ciudad de México, 21 de agosto de 2024. El poeta español Luis García Montero tomó su lugar en el estrado, saludó al público de la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes y, en un gesto de bonhomía, antepuso la amistad y el recuerdo a cualquier otra cosa.

Así, para abrir su discurso este martes con motivo de la recepción del Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria en el Idioma Español, no eligió un verso o alguna consideración literaria, sino el último correo electrónico que le envió su amiga Cristina Pacheco (1941-2023).

“Lo que abominablemente llamamos enfermedad terminal me impide seguir adelante; pero mientras eso ocurre, viviré recordando e imaginando posibles reencuentros contigo y con una mujer maravillosa que fue y sigue siendo Almudena”, leyó el galardonado, con emoción.

Con esta evocación de la periodista y escritora mexicana, su amiga, y el recuerdo de su fallecida esposa, la escritora Almudena Grandes (1960-2021), García Montero enraizó el premio en los afectos de su corazón.

“Empiezo con un recuerdo conmovedor porque estoy conmovido y porque quiero dedicarle este premio a mi amiga Cristina Pacheco”, declaró.

“Pero también porque me parece un modo claro de explicar la emoción que siento al recibir una de las distinciones más altas de la cultura mexicana, una cultura que a través del libro de la vida y de la vida de los libros forma parte muy íntima de mí mismo”, abundó.

Noveno escritor en recibir este premio, García Montero trazó en su discurso, y en una conferencia previa al galardón, la trayectoria de vida que terminó uniéndolo a México.

Una trayectoria que lo ha convertido en uno de los poetas más importantes del idioma, con libros como Y ahora ya eres dueño del Puente de Brooklyn (1980), Habitaciones separadas (1994), La intimidad de la serpiente (2003) y Un año y tres meses (2022), este último sobre el duelo por la pérdida de su esposa.

“Yo nací en el año 58 en Granada, una ciudad de un país que entonces vivía bajo una dictadura, el franquismo”, recordó ante la prensa.

“Y digo Granada porque, como saben, era también la ciudad de Federico García Lorca y, para mí, vincularme a la poesía fue vincularme a un género encarnado por un poeta que había sido asesinado en la Guerra Civil, en el año 36, 22 años antes de que yo naciera”, relató.

Heredero autodeclarado también de Antonio Machado, María Teresa León, Rafael Alberti y Luis Cernuda, poetas exiliados por la dictadura, el escritor ha asumido desde el inicio que la escritura es un acto de compromiso.

“Desde entonces, cuando yo me dediqué a la poesía, me dediqué a la poesía como una parte más de un compromiso cívico de reivindicación por el mundo”, declaró.

Esta genealogía elegida de poetas en el exilio, así como su compromiso longevo con la izquierda democrática, terminó por cimentar su relación con México.

“El país que mostró su solidaridad con España fue el México de Lázaro Cárdenas”.

Ante las autoridades de la Secretaría de Cultura y la UNAM, convocantes del galardón, la periodista Silvia Lemus, viuda de Fuentes, y el escritor Élmer Mendoza, miembro del jurado, el poeta pronunció un discurso que tituló Un mundo con testigo, que hace eco de la preocupación del escritor que da nombre al galardón sobre la carencia de testigos para contar el mundo.

“Los periodistas que abren los ojos, afirmándose la información veraz de los hechos, y los escritores que se preguntan cómo viven esos hechos las conciencias y los corazones de los seres humanos, son los testigos del mundo”, dijo.

“Soy poeta, me sentí heredero, en la Granada de la posguerra franquista, de García Lorca, porque me sentí testigo del mundo que lo había asesinado y que debía devolverle la vida”, lanzó.

En confianza, a ratos como en una entrevista y en otros como en una reunión de amigos, Lemus lo interrogó por varios temas.

“Yo quisiera preguntarle si es verdad esto, aquí lo dice, de que ‘el poeta es un fingidor’?”, inquirió, en referencia a una frase de García Montero en su discurso, impreso para los asistentes al evento.

“Pero finge lo que siente”, respondió él, con complicidad.

“¿Y cuándo es poético un poema?”, siguió Lemus, a lo que García Montero contestó: “Cuando consigue, creo yo, no sólo hablar de uno, sino llegar al lector y hablar de la condición humana; cuando el lector habita el poema”.

Para concluir su discurso, el escritor ofreció una de estas casas para habitar al público de Bellas Artes, en la forma de un poema que es una suerte de declaración de principios, Un idioma.

“Más constantes que el odio y la avaricia, / más fuertes que el rencor y las prisiones, / más heroicas que el sueño de un ejército, / más flexibles que el mar, / han sido las palabras”, concluyó.

Texto: Francisco Morales / Agencia Reforma