21 septiembre,2020 4:46 am

Ofrece el obispo misa en Ayotzinapa; pide a las instituciones que escuchen a los padres

Dice Salvador Rangel Mendoza que muchos que tienen que ver con la desaparición de los jóvenes todavía andan sueltos y que hay mucha gente impune y protegida. Ofreció la homilía con motivo del inicio de las actividades por el sexto aniversario de los hechos de Iguala. y pidió que las manifestaciones sean ordenadas

Ayotzinapa, Guerrero, 21 de septiembre de 2020. El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, ofreció una misa en la Normal Rural de Ayotzinapa Raúl Isidro Burgos, con motivo del sexto aniversario de la desaparición de los 43 estudiantes; ahí señaló que muchos que tienen que ver con la desaparición de los jóvenes todavía andan sueltos y que hay “mucha gente impune y protegida”, y pidió que se apliquen las leyes a todas esas personas e incluso prófugos que están en Israel.

La tarde del pasado sábado la lluvia comenzó a caer en la Normal Rural, hacía frío, ahí estuvieron algunos padres de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala en 2014, y el obispo acompañado del diácono y director del Centro Minerva Bello, José Filiberto Velázquez Florencio, ofreció una misa.

Al fondo de la cancha estaban las 43 butacas, con los rostros y nombres de los alumnos desaparecidos en Iguala y una veladora encendida, que significa la luz de la esperanza de encontrarlos con vida.

Los padres portaban una lona con el rostro de sus hijos, mientras escuchaban los cantos de alabanzas en náhuatl, que se realizaron en la misa.

En su homilía, Salvador Rangel agradeció la invitación que le hizo el diácono Filiberto Velázquez y el comité de estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, “hoy estamos a 19 de septiembre, faltan siete días para el sexto aniversario de esa atrocidad que se dio en la ciudad de Iguala”.

Dijo que los padres a partir del domingo comenzarán una especie de lucha, de protesta, para llamar la atención, tanto en la sociedad como en las autoridades, “ustedes pidiendo justicia y sobre todo luchando para que se dé a conocer la verdad de lo que sucedió ese 26 y 27 de septiembre del 2014”.

El obispo recordó que tiene en Guerrero poco más de cinco años, “cuando llegué a Guerrero, a Chilpancingo, las cosas acaban de suceder (los hechos en Iguala)”. También expuso que ha estado del lado de las peticiones y exigencias de los padres y madres.

Manifestó que hace unos años los familiares pidieron celebrar una misa dentro de la Basílica de Guadalupe, porque anteriormente se lo habían negado, “yo hablé con el cardenal de México y nos dio el permiso de que entraran a celebrar la Santa Misa. Yo estuve con ustedes”.

Salvador Rangel indicó que tanto a los padres, a los familiares de los 43, como aquellos que pudieron salvarse y a la misma escuela Isidro Burgos, “como obispo, ustedes también están dentro de la familia. Soy el obispo de ustedes y por lo tanto me debo de preocupar por lo que les está sucediendo”.

Destacó que lo que pasó aquella tarde y noche del 26 y 27 de septiembre, “para mí ha sido la gran vergüenza nacional e internacional”, por el caso Ayotzinapa, México se puso en los reflectores del mudo, en una ventana.

“Todo lo que está pasando en Ayotzinapa, y lo que pasó es noticia a nivel mundial, mucha gente está interesada en saber qué sucedió. Mientras no sepamos la verdad es legítima la lucha, esa verdad que tanto se nos ha ocultado, en el mismo pueblo de México existe una indignación y una rabia, porque nos han dado atole con el dedo”, resaltó el obispo.

Mientras continuaba todo era silencio, sólo se escuchaban las gotas de las lluvias y el viento no dejaba de soplar, continuó, y dijo que mientras no “sepamos la verdad, esto no se va a sanar, va a seguir adelante, tienen todo el derecho en exigir para que nos digan la verdad para quedar a gusto y tranquilos”.

También se tiene que hacer justicia, porque enfatizó que todavía andan muchos sueltos, que tiene que ver con la desaparición de los jóvenes, “mucha gente impune y protegida”, por lo que se tiene que llegar a la justicia, y pidió que se apliquen las leyes con todas esas personas e incluso prófugos que están en Israel, en referencia a Tomás Zerón de Lucio, exdirector de la Agencia de Investigación Criminal (AIC).

“No debemos de perder la esperanza, que tarde que temprano se tiene que saber la verdad, gotita tras gotita, pero no se tiene perder la esperanza y que ojalá muy pronto sepamos mejores noticias de lo que sucedió aquel día”.

El obispo dijo que Ayotzinapa no se vea como un lugar de apestados, un lugar de rebeldes, de intransigentes, sino que la sociedad los aceptemos plenamente y se adhieran a la lucha.

Indicó que en el país se habla de 73 mil desaparecidos, “creo ya se empató con la pandemia (muertos)”. Dijo que en Iguala hay casi 500 desaparecidos, hay 100 muertos en Semefo que no los han reclamado.

Rangel Mendoza pidió que las instituciones los escuchen, que no sean más sordos, que no vean para otro lugar, “ya es tiempo de que se sepa a verdad y que se haga justicia por todas las atrocidades, por los 43 y otros”.

Pidió que las manifestaciones sean ordenadas, porque lamentablemente se han dado caso de anarquía y contra el patrimonio nacional. Manifestó que se tienen que hacer las protestas lo más civilizadamente que se puedan, sin dañar a terceros, “para que su voz sea escuchada y amable y se puedan unir todo el pueblo mexicano y darles solución a sus demandas”.

La corrupción no permite la verdad y justicia

Consultado al finalizar la misa, sobre si algún grupo de la delincuencia organizada le ha hablado del caso, respondió que, “desgraciadamente no hay”, porque consideró que no es cuestión de los grupos “es algo de más arriba”.

A pregunta expresa si es del Ejército, dijo que no lo podía decirlo abiertamente, pero lo que sí podía decir es que la verdad no se conoce y que está oculta, “en estos casos siempre hay interese económicos y políticos, tanto las autoridades los tres niveles se defienden unos a otros para que no los agarren en la movida”.

Manifestó que hay verdades que no se conocen y que hay gente implicada que se tiene que luchar hasta llegar con ellos.

El obispo externó que el gobierno anterior no quiso hacer nada, revolvió mucho las cosas, para esta administración que encabeza Andrés Manuel López Obrador no es cosa fácil, se le ha hecho difícil, “si tuvieran noticias concretas y ciertas ya nos las hubieran dado a conocer. Veo que este gobierno no está simulando, veo que también le interesa que se sepa la verdad”.

Consideró que el caso de los 43 es difícil, porque se está metido en un sistema de corrupción y de simulación, porque entre las mismas autoridades se protegen, se ayudan y no permiten que se llegue a la verdad.

Se preguntó sobre que las cámaras del Palacio de Justicia en Iguala, “¿dónde están?”. Además, dijo que hay cuatro soldados implicados, “pero el soldado recibe órdenes, tiene que haber alguien más allá, la misma policía estatal, los que mataron a Los Avispones, ¿quién les dio esa orden?”.

Continúo: “Hay gente más a tras de esto y es por lo que se tiene que luchar. Hay muchas aristas que puede ser las drogas, Guerrero es muy ambicionado por la Policía Federal y el Ejército, porque bien saben que aquí en Guerrero el dinero se hace rápido por medio de la mordida”.

En el suelo de aquella cancha donde se llevó acabo la misa, los padres y alumnos formaron con veladoras el número 43. El cual se veía resplandeciente ya que había caído la noche, y al concluir la ceremonia se escuchaban las tonadas en náhuatl.

Texto: María Avilez Rodríguez / Foto: Jesús Eduardo Guerrero