7 marzo,2022 4:56 am

Paran ejidatarios de la sierra de Ajuchitlán la explotación de madera de hombres armados

 El viernes los campesinos se organizaron en cuatrimotos y camionetas para ir a la zona donde están los madereros, fueron sin armas y acompañados de dos patrullas de policías estatales. Los talamontes justifican que la Semarnat y la Profepa autorizaron el corte de árboles, y amenazan a los que están en contra de la tal

Ajuchitlán, Guerrero, 7 de marzo de 2022. Ejidatarios de Cuatro Cruces se organizaron para detener la tala de árboles que un grupo de madereros armados realizaba en su ejido.

El viernes en la tarde más de 50 ejidatarios llegaron acompañados de la Policía del Estado al punto conocido como Rancho el Naranjo, donde entraron y pararon la explotación de madera que está desde el miércoles.

Los pobladores de esta comunidad enclavada en la sierra alta del Filo Mayor del estado de Guerrero se encuentran “luchando para que se respete esta parte del ejido, porque ahorita hay personas que quieren invadir y están sacando madera clandestinamente, entonces no es correcto lo que están haciendo (los madereros) y lo que queremos es que nos hagan caso las autoridades correspondientes”, dijo una ejidataria de 70 años en el lugar del conflicto.

El viernes los campesinos se organizaron en cuatrimotos y camionetas para ir a la zona donde los madereros hacen trabajos de explotación. Fueron sin armas y acompañados de dos patrullas de policías estatales que llegaron en la mañana.

En Rancho el Naranjo ya los esperaba un grupo de taladores que justificó los trabajos de explotación, “para abrir una brecha que comunique a sus viviendas con el camino del Filo Mayor”.

Durante 20 minutos los ejidatarios y tala montes discutieron sobre la propiedad de la zona.

Los madereros dijeron que la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) autorizó el corte de los árboles.

Un policía estatal pidió que esperaran a “que las autoridades correspondientes resuelvan el conflicto, para que sean quienes den un veredicto sobre el uso del terreno”, y evitar que llegaran a una confrontación entre pobladores.

El policía pidió a los madereros “que por el momento pararan los trabajos (del corte de árboles) hasta que las autoridades ambientales dieran una resolución”.

El diálogo se volvió ríspido y antes de que los ejidatarios se retiraran del predio, uno de los tala montes les dijo que se atuvieran a las consecuencias, “si seguían con este conflicto”.

“Tenemos temor de que se dé un enfrentamiento, estos amigos todo quieren arreglar con las armas y la verdad sí son más de cuarenta (madereros) fuertemente armados, por eso nos interesa que la gobernadora Evelyn Salgado Pineda intervenga, porque se puede desatar un enfrentamiento en una zona donde tenemos años sin estar en guerra”, expuso una de las autoridades ejidales de Cuatro Cruces cuando se retiraban del lugar.

De mil 700 hectáreas quieren explotar 500

El predio en conflicto mide mil 700 hectáreas y según la versión de los ejidatarios, los madereros pretenden explotar 500 hectáreas clandestinamente.

En 1970 los pobladores de Cuatro Cruces pidieron la ampliación del Ejido y en el 2002 la resolución fue favorable, acordando que no sería un terreno para habitar, sería una zona de trabajo para sembrar.

“Pero estos amigos ya invadieron, sólo uno es ejidatario y los demás no son ni de aquí, entonces es el enojo del pueblo y nos ha costado mantener este campo, de aquí recibimos apoyo del gobierno (federal) por proteger el bosque, nos dan el Pago por Servicios Ambientales (PSA) y ahora nos quieren talar nuestros pinos”, reveló uno de los ejidatarios más viejos de la comunidad.

Rancho Nuevo se encuentra a 2 mil 800 metros de altura en la parte alta del Filo Mayor, para llegar ahí se viaja cuatro horas desde Tecpan de Galeana, pasando por los ejidos de Platanillo, Cordón Grande y El Balcón. Es un área virgen con arboles de oyamel, cedro y ayacahuite, maderas preciosas que tienen más de 100 años y son muy cotizadas en el mercado maderero.

La caída del precio de la amapola y la crisis de la pandemia del Covid-19 incrementaron en los últimos meses la explotación de la madera en la sierra de Costa Grande y Tierra Caliente, donde constantemente ejidatarios han denunciado tala clandestina, en algunos pueblos se han dado enfrentamientos armados debido a la defensa de sus bosques.

En Cuatro Cruces los pobladores temen que si las autoridades federales y estatales no intervienen, se pueda dar un enfrentamiento armado y un derramamiento de sangre innecesario.

“No queremos problemas con nadie, con nadie, con nadie. Porque nosotros no somos de problemas, sólo pedimos que se nos respete esa parte del bosque, que se respete nuestro ejido y que sigamos en paz como lo hemos estado por muchos años, no hay necesidad de derramar sangre y menos entre familias”, finalizó diciendo una de las ejidatarias.

Texto y foto: Lenin Ocampo Torres