10 julio,2020 2:57 pm

Peligra la salud humana por el tráfico ilegal de especies: UNODC

 

Ciudad de México, 10 de julio de 2020. La salud humana corre peligro por el tráfico ilegal de especies, advierte la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés).

La extracción de animales silvestres de su hábitat natural, su masacre y venta ilícita aumenta el riesgo de transmisión de enfermedades zoonóticas, que son las que se propagan de la fauna a los seres humanos.

El 75 por ciento de las enfermedades emergentes infecciosas son zoonóticas, como el Covid-19, causado por el virus SARS-CoV-2, apunta el organismo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Los productos derivados del tráfico de especies escapan a cualquier medida de higiene y control sanitario, por lo que representan un mayor riesgo de infección, señala el documento “World Wildlife Crime Report 2020”.

Casi 6 mil especies de flora y fauna han sido decomisadas en todo el mundo de 1999 a 2019, según una base de datos de la UNODC.

Las especies que más se decomisaron en los últimos años fueron los árboles conocidos como palo de rosa o granadillo, los elefantes, los pangolines y los rinocerontes.

La institución identificó a traficantes de 150 nacionalidades, lo que revela el carácter global de este crimen ambiental que debe ser detenido para ayudar a prevenir futuras enfermedades.

Ghada Waly, director ejecutivo de la UNODC, urgió al mundo a combatir el tráfico de especies tras la recuperación de la pandemia del Covid-19.

“Para reconstruir mejor (el mundo) de la crisis del Covid-19, no podemos permitirnos ignorar los delitos contra la vida silvestre”, señaló en un comunicado.

Cae mercado de elefantes y rinocerontes

La demanda por marfil de elefantes de África y por cuerno de rinoceronte está en declive, según el reporte de la UNODC.

En 2016, las ganancias anuales generadas por el tráfico de ambos productos eran de 400 millones de dólares, de acuerdo con estimaciones de la institución.

Para 2018, la cifra descendió hasta 230 millones de dólares, lo que representa una caída del 42 por ciento.

La contracción de este mercado sugiere que la caza furtiva también disminuyó, pues los productos se quedan almacenados, lo que reduce la necesidad de cazar a nuevos animales.

Por otro lado, los decomisos de escamas de pangolín se multiplicaron por 10 durante el periodo de 2014 a 2018.

El tráfico de este mamífero (el único con escamas) se transformó en los últimos años: de traficar animales vivos y carne de ejemplares de Asia, ahora se contrabandean escamas de individuos de África.

China es el principal destino de este producto, al igual que del marfil, apunta el reporte de la UNODC.

La organización también advierte que el tráfico de madera, en especial del palo de rosa o granadillo, ha crecido de forma significativa en las últimas dos décadas.

A pesar de que se aumentó el control del comercio de estos árboles en 2017, más ejemplares se exportaron desde África, pero ahora con documentación.

Sin embargo, la UNODC alerta que la madera ilegal suele entrar a las cadenas legales de suministro a través del mercado de muebles, por ejemplo.

Arnold Kreilhuber, director en funciones de la División de Derecho del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), aseguró que este tipo de crímenes requieren atención de los gobiernos porque suelen estar asociados con otras actividades delictivas, como corrupción, lavado de dinero, defraudación fiscal y crimen organizado.

“Los crímenes contra la vida silvestre merecen tanta atención como otros crímenes. Un crimen contra la vida silvestre raramente es un acto aislado, usualmente es parte de una red criminal que opera más allá de las fronteras de un país o incluso un continente”, indicó en un comunicado.

Texto y foto: Agencia Reforma