24 abril,2024 4:11 am

Pide Sidney a la Marina que informe dónde están las embarcaciones hundidas para sacarlas

 

El presidente de Canaco-Servytur alerta que hay alrededor de 900 baterías, cientos de litros de combustible, y toneladas de fibra de vidrio en las naves sumergidas, que podrían afectar la fauna marina y llegar a todas las playas en la próxima temporada de lluvias

 

 

Acapulco, Guerrero, 24 de abril de 2024. A seis meses del devastador impacto del huracán Otis, urge un plan para evitar la contaminación de la bahía de Acapulco, donde hay alrededor de 900 baterías, cientos de litros de combustibles, y toneladas de fibra de vidrio en las 800 embarcaciones hundidas, que podría afectar la fauna marina y llegar a todas las playas ante la próxima temporada de lluvias.

En conferencia de prensa en las oficinas de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco-Servytur) de Acapulco, su presidente Alejandro Martínez Sidney, solicitó a la Secretaría de Marina compartir con los propietarios las embarcaciones el lugar donde están hundidas para poder comenzar el proceso de extracción de las baterías y el combustible, para evitar una mayor contaminación.

El empresario y presidente de la Cooperativa del Paseo del Pescador, informó que de las mil 200 embarcaciones empadronadas en la Capitanía de Puerto, 800 se hundieron y fueron declaradas como pérdida total, pero no hay una cifra de cuántas de estas embarcaciones han sido sacadas a flote, y el lugar donde están las otras. Además hay un estimado de 700 cayucos hundidos.

Indicó que este domingo fueron sacados una parte de los restos del Yate Acarey, por los dueños que pagaron a una grúa, y agregó que hay pocas empresas que ofrecen estos servicios, por eso en playa Manzanillo al igual que en la Marina, se pueden ver decenas de embarcaciones abandonadas.

Martínez Sidney dijo que en el caso de la sustracción de baterías o combustible, así como piezas de las embarcaciones, los buzos están cobrando entre 25 mil y 30 mil pesos.

Indicó que a seis meses del impacto, solo el tres por ciento de las embarcaciones que había antes de Otis, están operando, y la pesca ribereña está detenida, mientras que la pesca deportiva está paralizada. Además el segmento de recorridos en yates ha dejado a 500 familias sin un sustento ante la falta de embarcaciones.

El dirigente dijo que sacar las embarcaciones del fondo del mar, no es fácil, ni con la ayuda de las grúas porque los cascos que son de fibra de vidrio se rompen, lo que ya está ocasionando que haya una capa de este material que es cancerígeno para los humanos en el lecho marino y con las lluvias podría llegar a las playas.

En este contexto el oceanólogo Efrén García Villalbazo agregó que la contaminación de la bahía y la liberación de estos materiales tóxicos y perjudiciales para la fauna marina y para los humanos podría ir de 20 a 30 años, y las playas que más material podrían recibir por las corrientes marinas son Manzanillo y Honda.

Recordó que el primer responsable de sacar las embarcaciones es el empresario pero no tienen los datos de donde están; “suponemos que la Marina tiene un mapa de donde están, si esa información se hiciera pública, el propietario tendría el siguiente pasó de sacar combustible y baterías, y las embarcaciones”.

Martínez Sidney indicó que la Secretaría de Marina hizo algunas detecciones de dónde están las embarcaciones con ayuda de drones marinos, y buzos, pero no se ha compartido la información con los propietarios de las embarcaciones.

Como el caso del yate Rosemary; “esa fue una pesadilla y más grave de este huracán, porque ese barco se hundió con una familia entera, se dice que la Marina lo ubicó detrás de la Roqueta pero los dueños no saben de esa ubicación, la Marina no ha entregado información. No sabemos si es real o solo para justificar un trabajo falso”.

De la embarcación sólo hubo un sobreviviente Inocente Herrera, y nada se supo de su esposa María Hilaria Delgado Valdovinos, de 55 años, su hijo Luis Sebastián Herrera Delgado de 8 años y su nieto Luis Alberto López Sarabia de 4 años.

Agregó: lo que estamos solicitando es “que se entregue la ubicación y se dé con el paradero, porque la obligación del dueño, es sacarlo pero la normatividad la pone la Marina. Si la Marina ya lo encontró tenemos que ir por ese barco. Porque hay un procedimiento legal que tiene la Marina y otro contra la aseguradora”.

Insistió en el llamado a las autoridades para que le den respaldo, y la ayuda a muchos empresarios que quieren sacar sus embarcaciones. También se quejó de que este sector no ha sido apoyado por el gobierno federal con créditos de apoyo, porque muchos propietarios tenían seguros pero no cubrían huracanes, y solicitó que ahora las aseguradoras no vayan a aumentar los costos de las pólizas.

El representante empresarial indicó que otro factor del retraso de sacar a las embarcaciones fue el cambio del comandante de la Doceava Región Naval, pero además recordó que la Ley ambiental no exime de responsabilidades a ninguna autoridad ante la contaminación que podría surgir, si no se atiende y evita que se extienda.

Respecto a la falta de apoyo a las familias de los tripulantes que fallecieron con el hundimiento de los barcos, dijo que la gran mayoría ha sido apoyado por los empresarios propietarios de los barcos, sin embargo dijo que otro problema que se presentó es que algunos capitanes no tenían actualizada su “libreta de mar” que es como la licencia de manejo, y ante la falta de este documento no se ha podido pagar el seguro que les corresponde.

Terminó diciendo “la imagen que sigue dando Acapulco es de destrucción con las embarcaciones náuticas, playa Manzanillo ahora es un cementerio, la responsabilidad es del empresario pero no hay equipo para sacar las embarcaciones y si las hay, son a costos altos”.

 

Texto: Jacob Morales Antonio / Foto: Jesús Trigo

 

 

 

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