24 octubre,2022 3:14 pm

Piden en procesión de imagen del Señor del Nicho en Tlapa alto a la violencia patriarcal, paz y seguridad

El recorrido se hace a dos años de estar suspendido por la pandemia. En las reflexiones destacaron que la Iglesia apoyará la creación de centros de derechos humanos para garantizar el estado de derecho y dijeron que no se avanza en la justicia debido a la corrupción

Tlapa, Guerrero, 24 de octubre de 2022. La imagen del Señor del Nicho recorrió las calles de Tlapa tras dos años de no hacerlo debido a la pandemia del Covid-19 que no permitía aglomeraciones, por lo que miles de feligreses lo acompañaron en sus más de cuatro horas de procesión.

Se pidió en los coloridos tapetes de aserrín protección de la violencia patriarcal contra mujeres y niñas, por la paz y poner un alto a la violencia, en las oraciones se pidió meditar en silencio por las plagas de la corrupción, la impunidad y el respeto a la ley.

En la mañana se hicieron los tradicionales tapetes con aserrín pintado que cubrieron el concreto de las calles Comonfort, Matamoros, Mina, Guerrero y Añorve que conforman el recorrido en hombros de la imagen de El Cristo.

En la fiesta patronal el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, que se encuentra en la calle Mina, plasmó en sus tapetes la exigencia de justicia para los estudiantes de Ayotzinapa y un alto a la violencia patriarcal contra mujeres.

En un primer tapete estuvo la frase: Señor del Nicho que la justicia llegue a las mamás y papás de los 43, con la imagen de una tortuga y un cristo; en otro la imagen de una mujer cargando a una niña con su reboso y otra bajo su mano que decía: Señor del Nicho protege a las niñas y mujeres de la violencia patriarcal.

Esta vez fueron los únicos tapetes con mensajes sociales, en otros pedían: paz, bendiciones, salud y bienestar; en una imagen de la virgen de Guadalupe pidieron que todos oraran para poner fin a la violencia y triunfen la paz y el amor.

Los tapetes los hacen las familias que viven en casas junto a las calles que se recorren, por lo que llegan a molestarse porque los cientos de personas que acuden los pisan antes de que pase la imagen.

En los rezos hablan de promover una iglesia incluyente y critica

Durante el recorrido se hacen ocho paradas o estaciones donde se reza y se piden temas específicos.

En la primera estación, Las condenas injustas continúan, construyamos la paz, destacaron el fortalecimiento de las instituciones, del marco jurídico que da seguridad a los ciudadanos, pero también dijeron que no se avanza debido a la impunidad, la corrupción y no cumplir la ley lo cual afecta a la población sobre todo las más pobres que no pueden defenderse.

Dijeron que como iglesia buscan dialogar y colaborar con la sociedad civil y organismos internacionales para lograr la paz y que apoyarán la fundación de centros de derechos humanos en las comunidades cristianas para que se fortalezca el estado de derecho.

Por lo que pedían valor para denunciar las injusticias que se cometen aun a costa de la propia vida como ha sucedido con periodistas, defensores de derechos humanos, líderes sociales y sacerdotes.

En la segunda estación, Los migrantes como Jesús, desterrados de la ciudad, hablaron de las personas y familias que salen de su hogar de manera forzada acrecentando su pobreza, sufriendo violencias y rechazo social; así como la desintegración familiar o padecer la trata de personas.

Ante eso pedían que el Señor del Nicho los ayude a identificar y acompañar a los grupos vulnerables de la sociedad como migrantes, damnificados por los desastres naturales, los jóvenes en riesgo y las mujeres violentadas.

En la tercera estación, María de Guadalupe madre y consuelo de una nación, hablaron de la identidad cultural tras la conquista por lo que se debía poner atención a los tiempos, en la vida de las comunidades.

En la cuarta estación, Indiferencia e indolencia una impronta en el corazón de México, mencionaron la perdida de sensibilidad ante el dolor de las personas porque ya no sorprenden los asesinatos, las mutilaciones.

En la quinta estación, Mujeres y familia un juego que no se debe apagar hablaron de la realidad de mujeres que ven a sus hijos partir; de aquellas sometidas a la violencia y la inseguridad, de quienes lloran por sus hijos desaparecidos, victimas del crimen organizado y provocados por la corrupción de quienes gobiernan traicionando la confianza.

Dijeron que se debe denunciar los atropellos a la dignidad de las mujeres que se refleja en miles de muertes, la explotación, trata de menores y desaparición por lo que se debe reconocer y acabar con las injusticias.

Pidieron comprometerse a promover el liderazgo femenino y una participación amplia en la vida de la iglesia respetando su dignidad; abrir más espacios en la iglesia pueblo incluyente para acoger a homosexuales y madres solteras.

En la sexta estación, Ideologías y secularismo fuerzas que ponen de rodillas al pueblo y a la iglesia, mencionaron que los pueblos se debilitan por la falta de sentido de pertenecía por lo que pidieron que los obispos y presbíteros asuman que son una iglesia pueblo, y construyan sociedades religiosas, pero críticas.

En la séptima estación, Hacia una Iglesia Misionera, se centró en el papel de la iglesia para impulsar sus procesos evangelizadores y trabajar con sus parroquias, grupos y movimientos

En la octava estación, La cultura de la muerte se desvanece ante la luz del crucificado, mencionaron que hay una orfandad por parte de las autoridades a quienes ha rebasado la violencia y los grupos delincuenciales han establecido sus cotos de poder por el terror que imponen en la población y que esto es por la pérdida de valores, la desintegración familiar, la falta de trabajo, la impunidad.

Y para eso la sociedad debería ofrecer a sus ciudadanos vivir con dignidad y proteger la vida; y que eso se podía si se trabaja en conjunto con autoridades civiles, religiosas, educativas, políticas y medios de comunicación.

Texto y foto: Carmen González Benicio