21 mayo,2022 4:49 am

¿Podemos producir más maíz? (2)

 

 

Héctor Manuel Popoca Boone

 

¿Alguien ha visto a Vicente Suástegui Muñoz?

 

 

Conversaba con mi colega Jorge Melo Bahena sobre la posibilidad de producir casi todo el maíz que requiere nuestro pueblo sureño, tomando como base que tenemos buenas zonas productoras, como lo son: Tierra Caliente, la zona Norte, parte de la Montaña baja y la Costa Chica. La problemática para hacerlo es multifactorial: Después de 30 años de estar usando un solo “paquete tecnológico”, sin mayor análisis de suelos, éstos tendieron a ser ácidos y sufrieron una disminución de la capa de materia orgánica arable, con su respectiva desmineralización. Ahora, las plantas demandan más fertilizantes químicos, para mantener los mismos rendimientos.

Buena parte de la superficie de siembra es de ladera y de temporal, lo que dificulta la mecanización del cultivo con las opciones tecnológicas ortodoxas. Desde siempre, a pesar de que tenemos buena semilla criolla seleccionada, permanece la incertidumbre del buen temporal, como lo son agua y clima. Además, no otorgamos buen acompañamiento técnico a los sembradores (as), para aplicar los adecuados saberes agroecológicos, a partir de propias experiencias regionales. (El Sur/11/03/2022).

En la temporada de cosechas, se hacen presentes “los coyotes y agiotistas” que las acaparan a pie de parcela; ya que su compra a través del programa “Precios de Garantía” es exasperante por falta de suficientes silos de almacenamiento. El crédito bancario es nulo por inexistencia de garantías de arraigo y no contar con la papelería exigible en la tramitología bancaria. Ante siniestros, no hay seguro agrícola que proteja las siembras; es por eso que muchas parcelas se dejan de sembrar.

El programa de fertilizante gratuito, por sí mismo, ha servido solo para que se sostenga la planta. El programa “Producción para el Bienestar”, ha contribuido para que el sembrador o sembradora, permanezca en su parcela y no la abandone. Los que no rentan la parcela, son ya personas de edad avanzada. Las cifras oficiales nos indican que no hemos tenido mayor aumento en la producción de maíz. Esta se mantiene en un promedio de un millón cien mil toneladas anuales.

En todos los programas gubernamentales de apoyo al campo, se prohijaron grandes distorsiones por décadas: como su utilización con fines electorales y políticos; la adquisición de insumos y enseres (con “moche”) por parte de gobernantes y funcionarios públicos; un padrón hiper inflado de productores. Anormalidades por las que se han fugado miles de millones de pesos destinados al campo sureño.

Parte significativa del buen maíz blanco guerrerense de las regiones de Tierra Caliente y Norte, sale hacia el Estado de México y Morelos porque se paga a mejor precio. Cuando escasea en estas tierras del sur, la industria de la tortilla consume maíz blanco de baja calidad de Sinaloa, que llega a través del organismo federal “Seguridad Alimentaria Mexicana” (Segalmex) y de la empresa privada CARGILL.

Agreguemos a lo anterior que hoy tenemos una estructura gubernamental de atención al campo desmantelada, muy centralizada, descoordinada, sin mayor apego y sincronía con los tiempos agrícolas, encasillada a operar solo cuatro grandes programas federales. Por lo tanto, la convocatoria presidencial a sembrar más y mejores alimentos tendrá escasos resultados en un año, dadas las circunstancias imperantes. Pero ineludiblemente hay que dar el primer paso, por el bien de nuestro pueblo.

 

PD1. El poder en un territorio lo detenta quien lo domina y controla en los hechos. La descomunal paralización de Acapulco y zonas circunvecinas, el viernes pasado, fue una muestra de aquellos que se reafirman manifestando: “Pa’ que aprendan a respetar”.

PD2. Adicional al legado de desastre financiero, legislativo y penitenciario, dejado por el ex gobernador Héctor Astudillo Flores y su “maestro incómodo”, ahora aflora, en toda su magnificencia, el desastre en los sistemas de salud y educación pública, saqueados y corruptos a cuál más.

PD3. Como gobernador moral de Guerrero les digo, que no entraran al “Paraíso”, todos los papas, obispos, y sacerdotes plutócratas, hedonistas, pederastas, fornicarios, propiciadores y encubridores de abortos clandestinos de novicias, monjas y “sobrinas”; hacedores de toda la oscura y tenebrosa historia sexual de la iglesia católica, a lo largo de los siglos.

 

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