23 marzo,2023 9:07 am

“Podemos y debemos detener esta espiral de horror”: exhorto en el día uno de la Conferencia Nacional de Paz

En la primera jornada de trabajos destacaron las participaciones de madres buscadoras y asociaciones civiles enfocadas en el fenómeno de la desaparición de personas, la cual, alertaron, se ha vuelto “un valor estratégico para que los grupos criminales se reproduzcan, tengan más fuerza y logren mayor control territorial”. Integrantes de colectivas llamaron a la sociedad a involucrarse, “pasar de cómplice a agente de cambio”. Se necesita una “respuesta desde la paz, una paz profunda y verdadera. No una simulación”

Ciudad de México, 23 de marzo de 2023. En su primer día de trabajos, integrantes de asociaciones civiles de norte y sur del país que participan en la Conferencia Nacional de Paz acordaron difundir un manifiesto de paz a nivel nacional a partir de las diversas propuestas y voces de colectivas y organizaciones reunidas a partir de este miércoles y hasta el viernes de esta semana en el Museo Memoria y Tolerancia de esta ciudad.

La Conferencia Nacional de Paz es una iniciativa de la organización Nosotrxs y durante su primera jornada se escucharon más de 20 voces y propuestas de familiares de víctimas de feminicidio y de personas desaparecidas, representantes de pueblos indígenas, así como personas trabajadoras del campo, migrantes, defensoras del territorio y ecologistas

Yessica Corral, coordinadora de Vinculación en Nosotrxs, explicó a El Sur que la Conferencia Nacional de Paz es un esfuerzo de más de 200 agrupaciones sociales, además de universidades públicas y privadas. Su fin, indicó, es que las voces de las distintas personas que participan en grupos organizados no continúen fragmentadas.

“Queremos que las agendas ya no vayan por caminos distintos. Tenemos causas distintas, pero al final lo que buscamos es vivir en paz. Lo que buscamos con esta conferencia es hablar, escucharnos y construir propuestas que nos ayuden a ir construyendo paz. Porque estamos convencidas de que la paz se debe construir de la manera colectiva y lo primero es escuchar a quienes padecen violencia en carne propia y a quienes viven amenazados por ésta”.

—¿Cómo articular todas esas voces?

—Al final todas y todos estamos atravesados por violencias, pero es importante que ya no fragmentemos estos esfuerzos y que pongamos sobre la mesa estas propuestas muy concretas y también la importancia de escucharnos y dialogar. Hemos reunido tantas voces por la importancia de escucharnos y saber que hay gente resistiendo. Debemos escuchar las historias. Lo que queremos en estos tres días es crear un manifiesto de paz colectiva donde estén enumeradas las propuestas. No es un documento final, es algo que se va a seguir alimentando. Es importante saber cómo se sienten las personas y empezar una construcción ya no fracturada, sino sólida y con base en la experiencia.

Esto es importante, enfatizó Corral, porque “vemos un montón de números, de estadísticas monstruosas, y nos asustan. Nos asustamos aún más al escuchar las historias de las personas que lo viven. Es importante visibilizar todo ese dolor colectivo, y todas las personas que hay detrás de estos colectivos. Saber qué propuestas tienen para construir paz, qué están haciendo para organizarse y cómo podemos sumar todos estos esfuerzos”.

Madres buscadoras vs. la doble desaparición

En su turno como expositora, Mirna Nereida Medina Quiñónez, de Las Rastreadoras de Fuerte de Sinaloa, recordó que mujeres y hombres buscan a sus familiares desaparecidos en diferentes circunstancias; “al identificar un cuerpo le damos esperanza a las familias. Sin embargo, siempre he dicho que no deberíamos de estar en esta situación. Cuando desapareces a alguien desapareces al núcleo familiar. La madre se va, deja al esposo, a los hijos, para ir a buscar al tesoro (la persona desaparecida). Se le olvida que es mujer. Sólo quiere salir y buscar”.

Compartió que su hijo era un joven comerciante que un día ya no regresó a casa porque lo desaparecieron. “Me puso a buscar. Se me unió mi familia y luego otras mujeres que también buscaban a sus familiares”.

Mencionó que en el norte de Sinaloa son más de 600 mujeres las que buscan a unas 2 mil 800 personas desaparecidas. Y eso “sólo en la zona norte. No son números, son personas”.

Para las mujeres buscadoras, añadió, salir a las labores de rastreo “es la mejor terapia. Son sentimientos encontrados cuando hallas una fosa, porque te da gusto, aunque también da impotencia ver cómo los están desapareciendo”.

Existe el fenómeno de la doble desaparición, enfatizó. “Nosotros los encontramos (a los desaparecidos), pero es la fiscalía del gobierno la que tiene que identificar. ¿Qué pasa? Los vuelven a desaparecer, a llevarlos a una fosa común y ahí los dejan. En eso estamos peleando, para que esos cuerpos puedan ir a casa, porque si no, qué caso tiene que haya cientos de colectivos en Sonora, Jalisco y Veracruz. México es una fosa gigante”.

María Isabel Cruz Bernal, presidenta del colectivo Sabuesos Guerreras, habló durante su intervención sobre la búsqueda de su hijo Yosimar García Cruz, desaparecido en 2017 en Culiacán, Sinaloa. “Me he convertido en una defensora de los derechos humanos. Nuestro deber como buscadoras no es sólo buscar en una fosa clandestina en esos lugares insólitos y solitarios, sino que, además, buscamos a nuestros familiares en vida. Buscamos la paz en una sociedad quebrada y tratamos de poner nuestro granito de arena.

“Cuando hay una desaparición, todas las familias se fragmentan desde dentro para afuera. Muchas veces peleamos por nuestros derechos humanos y a veces no conocemos qué son. ¿Quién tiene derecho a hacer todos los crímenes que se hacen? Nadie lo tiene. Toda la sociedad debe involucrarse, pasar de cómplice a agente de cambio.

“Ante cualquier violencia sexista es nuestra responsabilidad dar una respuesta. Las personas que están cerca de las víctimas, familiares, amistades, o aquellas personas que tienen conocimiento, deben ser conscientes de que su ayuda es también clave, y es lo que a veces no entienden. Como familiar, damos la espalda a la persona que más lo necesita”.

Desaparición, estrategia del crimen organizado

Jorge Ramírez Plascencia, miembro del Laboratorio de Desapariciones de la Universidad de Guadalajara, dijo que los avances en materia de búsqueda son importantes gracias a los colectivos de familiares. “La desaparición está siendo un valor estratégico para que los grupos criminales se reproduzcan, tengan más fuerza y logren mayor control territorial.

“Cualquier estrategia de paz parece imposible ante la desaparición de personas. Pero no es así. Hay comunidades que han impedido que haya casos de desaparición en sus lugares y también contamos con experiencias exitosas donde la desaparición se ha revertido. Podemos y debemos detener esta espiral de horror. Desde la sociedad civil hay toda una agenda por delante”.

Periodistas, sobrevivientes y defensoras del territorio

Ana Valderrama, integrante de la Colectiva de Sobrevivientes de Feminicidio, expuso la situación de mujeres “a quienes casi nos matan, pero estamos vivas. Tenemos heridas, pero también hay consecuencias emocionales. Nos acompañamos en el camino de acceso a la justicia.

“Paz, verdad y justicia son vocablos que tenemos realmente que construir desde una cultura de paz. En México, la justica es escasa y es cara, y la paz es un ideal. No vivimos en un país donde haya paz. Hay muchas violencias e injusticias por las cuales ver. La sobrevivencia da a entender que estamos nadando contracorriente. Somos sobrevivientes de este sistema”.

Griselda Triana, periodista desplazada y viuda de Javier Valdez, periodista asesinado a balazos en mayo de 2017 en Culiacán, Sinaloa, recordó que a él lo mataron “por su labor informativa. Por su derecho a ejercer su libertad de expresión. Siete meses después del asesinato, mi hijo y yo nos tuvimos que desplazar de Sinaloa y llegamos a Ciudad de México. Han sido muchos años turbulentos.

“Me he preguntado cuándo una multitud se va a juntar para exigir justicia por nuestros periodistas asesinados, desaparecidos. La realidad es que estamos solas las familias. La indiferencia es terrible”.

María de los Ángeles Cruz, de Alternativas Sociales, dijo que se necesita una “respuesta desde la paz, una paz profunda y verdadera. No una simulación. El patriarcado se alimenta del capitalismo y viceversa. Son una violencia atroz que consume el cuerpo de las mujeres como mercancías”. Llamó a rechazar la intolerancia y los discursos de odio.

Norma Garduño, integrante de Guardianes del Territorio y Movimiento Morelense contra las Concesiones de Minerales Metálicos, contó que ella, sus compañeras y compañeros comenzaron la defensa del territorio desde 2012, “son varios años de violencia en nuestra contra”. Uno de sus propósitos, comentó, “es heredar a las próximas generaciones el amor por la tierra y el conocimiento”. El tipo de proyectos de explotación de la tierra arrebata el conocimiento, “hace un par de años intentamos cambiar las narrativas de defensa del territorio, por eso nace el colectivo”, explicó.

En el primer día de la Conferencia Nacional de Paz participaron integrantes de los colectivos Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos en Jalisco, Uniendo Cristales, Buscando Cuerpos Querétaro y Unidos por Amor a Ti.

Asimismo, estuvieron presentes las voces la Fundación de Nuestros Hermanos Olvidados, Casa Tochán, Caminos de Esperanza para los Desplazados, colectivo Parque Resistencia Huentitán, Save The Children México y Causa Común, entre otros.

Yessica Corral insistió, en entrevista con El Sur, que es necesario que las autoridades escuchen sus peticiones, pero “también debemos de escucharnos entre nosotros y nosotras. Nadie está exento de una violencia extrema. Es importante que escuchemos, que visibilicemos y que construyamos paz”.

Texto: Guillermo Rivera