10 junio,2018 9:44 am

Poder de la cultura, no cultura del poder

Constituido en 2014 por destacados personajes de los más diversos campos de la cultura (artistas, intelectuales, científicos, periodistas), el Observatorio Ciudadano de Coyoacán insta a la comunidad entera a sumarse a un cambio en el país que democratice la cultura, pues sin una política incluyente y descentralizadora “el crecimiento no tiene sentido”. Ligados a la izquierda, pero sin afán partidista, sus miembros convocan para este jueves 14 en el Club de Periodistas a discutir un documento, cuyos lineamientos son expuestos aquí.

Columba Vértiz / Agencia Proceso
Foto: tomada de internet
Ciudad de México. Alrededor de 70 científicos, académicos y artistas –miembros del Observatorio Ciudadano de Coyoacán–, convocan, sin ningún fin partidista, “a defender la nación que se encuentra en grave riesgo”.
En un documento enviado a Proceso que harán público el 14 de junio en el Club de Periodistas (Filomeno Mata 8, Centro Histórico de la Ciudad de México), a las 18 horas, para discutirlo y firmarlo, este organismo resalta que “la cultura es un derecho y para ejercerlo a plenitud necesitamos un cambio de rumbo y un nuevo gobierno que haga de ella el eje rector del desarrollo social, pues de otro modo el crecimiento de la producción no tiene dirección ni sentido”.
El texto sigue así:
“La cultura es bien de primera necesidad y queremos un gobierno para el que sea prioritaria y que la incluya en todas sus políticas: educativa, social, económica, comercial…
“Hemos padecido la cultura del poder; necesitamos el poder de la cultura.”
De esa manera se explica la situación nacional en la convocatoria:
“El neoliberalismo nos llevó a una emergencia humanitaria; la realidad fue contraria a las promesas: no desarrollo sino estancamiento, no bienestar y prosperidad sino pobreza y desamparo, no equidad sino creciente desigualdad. El saldo de la corrupción, la impunidad y la violencia es el incremento de la inseguridad, asesinatos, desaparecidos, desplazamientos…
“La decadencia de México es económica y social, pero también ética, y sólo la revertiremos con el resurgimiento de la cultura. La cultura cura.”
Además se destaca en la misiva de invitación:
“El arte no tiene por qué ser elitista, pero para que las mayorías participen de su creación y disfrute hace falta una política cultural incluyente que no tenemos. Los científicos sociales hacemos diagnósticos que no se atienden y propuestas que se desechan.
“La investigación básica carece de apoyos suficientes y seguros, de modo que los más talentosos se van. Carecemos de políticas con visión estratégica, pero nos atosigan con evaluaciones inútiles.”
El coordinador de dicha convocatoria, el periodista Guillermo Zamora, menciona en entrevista que el Observatorio Ciudadano de Coyoacán surgió hacia 2014:
“Es un grupo de intelectuales, artistas de toda índole, periodistas, académicos y profesionistas de izquierda. Ya vamos para cuatro años y ha ido creciendo conforme pasa el tiempo. Se han incorporado personalidades como Demián, Bruno y Alejandro Bichir, Laura Esquivel, Enrique González Rojo, Lorenzo Meyer, Sergio Olhovich, Héctor Ortega, Gabriela Rodríguez, Elena Poniatowska, Enrique Semo, el padre Alejandro Solalinde y Paco Ignacio Taibo II, en fin. Somos gente muy seria. Hay simpatizantes del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), pero no se actúa en nombre de este partido. También participan personas sin ninguna afiliación e interés partidista. Nos une la preocupación de los aconteceres en el país. Nació en Coyoacán, por eso se llama Observatorio Ciudadano de Coyoacán, pero no todos somos de Coyoacán”.
También integran la agrupación Rafael Barajas El Fisgón (monero), Juan Manuel Contreras (filósofo), Raúl Correa (periodista), Óscar Menéndez (cineasta), José Reveles (periodista), Alma Rosa Alva (académica), Ariel Rosales (editor), John Saxe Fernández (profesor investigador), Pedro Salmerón (historiador) y Florence Toussaint (periodista), entre otros.
El rescate
Ante el alarmante llamado que el Observatorio hace de que “la nación está en grave riesgo”, el sociólogo Armando Bartra explica a este semanario:
“¡Este es el punto de partida!”.
Y analiza:
“Sin duda, de la prolongadísima crisis económica y una distribución infame de la riqueza; una descomposición del tejido social (lo cual es muy evidente en todos lados, pero en el campo quizá todavía más), y el conflicto de la violencia y del narco… hay una crisis espiritual, una crisis moral que toca de manera muy directa a todos los mexicanos y mexicanas que de una u otra forma nos dedicamos a la cultura. A todos nos toca una crisis que tiene que ver precisamente con nuestra identidad. Cuando esto se desmorona, la patria está en riesgo.”
El antropólogo y sociólogo Héctor Díaz-Polanco habla a este medio sobre del gremio cultural científico, académico y artístico:
“Es un sector muy importante y muy amplio, donde quizá se expresa con más fuerza esta situación de personas que están inconformes con lo que pasa en el país, pero que no encuentran la manera de insertarse en una acción política. Incluso en muchos casos no quieren hacer compromisos políticos públicos, ni mucho menos hacer compromiso con partidos políticos, por eso, y esa es la especificidad del documento y de la convocatoria. No hay referencia ni a partidos ni a proyectos particulares, sino que estamos llamando a todos los que en este campo, no obstante esas aprensiones y esos temores, sí son partidarios del cambio. Sí están inconformes con nuestra visión de que el país vive en riesgo y que la respuesta a ese riesgo es el cambio.”
Para la antropóloga Consuelo Sánchez, “el problema es que hay un proyecto de mercantilización de la cultura, por ello, no hay ningún interés por promover la cultura incluso en términos identitarios, eso va también con el modelo de integración del país, con la globalización”.
La académica aclara lo que se propone en el documento:
“Es otro rumbo. Recuperar la cultura en otro sentido, para otros propósitos, de fortalecimiento de lo social, la convivencia y la solidaridad.”
El texto propone 11 puntos a la espera de que “las cumpla el gobierno del cambio”, como el fomento decidido a la ciencia básica y a la aplicada, e impulso al desarrollo de tecnologías propias.
Al respecto Bartra, autor de alrededor de 30 libros, atenúa preocupado y alarmado:
“Los que realizan teatro, música, en fin, y los que somos docentes e investigadores, nos va mal,  pero a los científicos duros, les va peor. México tiene una mala política cultural, pero una pésima política en el ámbito de las ciencias en general. El presupuesto que se debiera invertir en la ciencia, según las recomendaciones internacionales, debería ser el 1% del Producto Interno Bruto (PIB), y ¡nunca hemos llegado a eso!
“Todo nuevo gobierno promete que ahora sí se va a elevar el presupuesto, y no se eleva.”
(En la imagen: El Observatorio Ciudadano de Coyoacán en conferencia de prensa. Foto: tomada de internet)