16 diciembre,2018 2:00 pm

Polémica en Italia por la compra de iglesia hecha por musulmanes

“Seguiremos teniendo estos problemas mientras no le demos a todo el mundo un lugar apropiado para rezar”, dijo Gori.
Una capilla católica en desuso fue puesta a la venta en octubre en Bérgamo, Italia, con la idea de que la compraran sus actuales inquilinos, miembros del culto cristiano ortodoxo. Pero para sorpresa de todos, quien se la quedó fue una asociación musulmana, desatando una agria polémica.
Las autoridades de Sanidad Pública regionales sacaron a subasta la antigua capilla de un hospital que fue cerrado con la vista puesta en la comunidad ortodoxa, que la ha estado utilizando en los últimos tres años a préstamo.
“Cuando nos mudamos aquí en agosto de 2015 nos dijeron: ‘no se preocupen, en el futuro podrán comprar esta iglesia'”, relata a DPA el padre Gheorghe Velescu.
Pero las cosas no salieron según el plan: la Asociación Musulmana de Bérgamo entró en la subasta a último momento y ofreció unos 450 mil euros (511 mil dólares), una cantidad que superó a la de los ortodoxos por unos pocos miles de euros.
El resultado dejó consternada a la comunidad ortodoxa pero llegó también a la prensa nacional. Para la ultraderecha se trata de un ejemplo de la “invasión” musulmana porque la iglesia católica será convertida en una mezquita.
Italia, que fue durante décadas un país de emigrantes, ha vivido últimamente la llegada masiva de inmigrantes, entre ellos de países islámicos. Esta situación ha generado tensiones y aumentó el apoyo popular al partido Liga, cuyo líder, Matteo Salvini, es el actual ministro de Interior y viceprimer ministro.
En la actualidad hay más de 5.1 millones de residentes extranjeros legales en Italia, un aumento de un 27 por ciento respecto de 2012. La cifra representa el 8.5 por ciento de la población total. También viven en el país cientos de miles de personas indocumentadas.
“Alá desaloja a Jesús”, tituló en alarmantes letras rojas en primera plana el tabloide de derecha Libero sobre la capilla. El editor jefe del periódico, Vittorio Feltri, es de Bérgamo. “El templo ha sido entregado a los que odian a Occidente”, escribió Feltri en un editorial que acompaña la noticia.
El presidente de Lombardía, Attilio Fontana, afiliado a la Liga, pidió que se anulara el resultado para que la iglesia siga en manos de los ortodoxos. Como argumento señaló que la región podría hacer uso de un derecho preferente a comprar el edificio a las autoridades sanitarias locales.
“La Capilla de los Hermanos, un símbolo de la cristiandad, será preservada”, señaló Fontana el 26 de octubre, y añadió que había llamado a Velescu para garantizarle su apoyo.
Giorgio Gori, un ex ejecutivo televisivo que trabajó en el emporio mediático de Silvio Berlusconi y que ahora es el alcalde de centroizquierda de Bérgamo, cree que la solución que propone Fontana es dudosa a nivel legal y está teñida de prejuicios hacia los musulmanes.
“Quieren cancelar la venta porque no les gusta el comprador”, dice a DPA el alcalde. “Si hubiesen ganado los ortodoxos, no habría habido ningún problema […] Pienso que es un caso muy claro de discriminación hacia los musulmanes”, añade.
Pese a ello, entiende la consternación de los habitantes de Bérgamo por el resultado, porque la iglesia tiene un valor sentimental para ellos: era el lugar donde se bautizaba a los recién nacidos o donde se rezaba por los enfermos que eran tratados en el hospital.
En declaraciones anteriores, Gori habló también de un “sensacional autogol” del partido de Salvini, en alusión a una ley regional impulsada por la Liga que restringe duramente la apertura de nuevos edificios de oración que no sean católicos.
Es “prácticamente imposible” que se abran nuevas mezquitas a menos que sea en lugares ya clasificados como de culto, como la capilla en cuestión. Así que cuando salió a la venta, “abrió una ventana” para la Asociación Musulmana, señaló.
“Seguiremos teniendo estos problemas mientras no le demos a todo el mundo un lugar apropiado para rezar”, dijo Gori.
La Asociación Musulmana rechazó ser entrevistada para este artículo, pero en declaraciones al medio local Bergamo News su portavoz, Youssef Ait Abboudel, dijo que su comunidad busca “más autonomía, estabilidad y dignidad”.
La asociación tiene su sede en un antiguo almacén de carpintería bajo el puente de una autopista, donde se reúnen unos 400 musulmanes. “Cuando rezamos, la habitación se sacude con el paso de los camiones por encima”, se quejó.
Velescu, amenazado ahora con el desahucio, no se conmueve por esta situación. “Con todo mi respeto, porque son seres humanos como nosotros, esto es una iglesia. Yo nunca compraría una mezquita para convertirla en una iglesia, así que desde el punto de vista de la fraternidad, no deberían haber considerado el participar en la subasta”, dice.
Texto: Alvise Armellini, DPA / Foto de uso libre, en la imagen, comunidad musulmana en la Medina.