9 mayo,2023 5:14 am

Política real contra política de círculo rojo

Arturo Martínez Núñez

 

El día de ayer apareció en el diario El Financiero una encuesta en donde resaltan dos datos: el primero, la clara, abierta y quizás definitiva ventaja de Claudia Sheinbaum sobre el resto de los aspirantes a la Presidencia de la República por Morena; el segundo, la diferencia de 20 puntos entre la coalición gobernante y la “Alianza del mal” que por más esfuerzos que intenta por articular una propuesta competitiva ante la cuarta transformación, como los cangrejos, en vez de avanzar, retrocede.

Esto de ninguna manera debe de causarnos exceso de confianza ni provocarnos caer en la soberbia, por el contrario, los que apoyamos a Claudia Sheinbaum y a la cuarta transformación debemos de ser cada día más solidarios, más comprometidos, más humildes, hacer mayor trabajo de tierra, y convencer a nuestros adversarios de que la doctora representa la continuidad del proyecto de transformación nacional.

Al mismo tiempo, la Tremenda Korte rechazó el llamado “Plan B” en materia electoral. Esta es la mayor prueba de dos cosas: la primera, que el Poder Judicial sigue siendo un enmarañado de intereses delincuenciales en todos sus niveles: ninguna transformación ha tocado a la estructura corrupta y corrompida de ese poder; lo mismo sufren y la padecen los ciudadanos que no pueden conseguir justicia al no poder comprarla, que el presidente de la República al ver rechazados sus proyectos; al único amo al que sirven jueces, magistrados y ministros es a Don Dinero.

Los fascistas de la “Alianza del mal” esperarían que el presidente hiciera aspavientos y generara protestas pero lo que el presidente va a hacer, es aceptar la resolución de la Corte, como el demócrata y republicano consumado que es. Lo que también va a hacer es evidenciar la corrupción que priva en dicha instancia. Andrés Manuel López Obrador va a evidenciar que la corrupción del Poder Judicial afecta lo mismo al titular del Ejecutivo que al más fregado de los ciudadanos. En este país es simplemente imposible acceder a la justicia sin lubricar los engranes de la oxidada maquinaria judicial con dinero.

Reformar al Poder Judicial será una de las tareas fundamentales de la nueva administración, mucho se ha avanzado en materia de democracia y de transparencia así como de equidad y paridad en los poderes Ejecutivo y Legislativo, sin embargo, el Judicial sigue siendo un coto privado para algunas familias que al más puro estilo siciliano o sinaloense, se reparten los puestos, los cargos y los encargos y no le rinden cuentas al pueblo sino a los intereses que los llevaron a sus posiciones.

La próxima gran reforma en la transformación nacional debe ser la del Poder Judicial: no habrá desarrollo sin justicia, no habrá bienestar sin justicia, no habrá prosperidad sin justicia, nunca habrá paz sin justicia.