11 marzo,2024 8:59 am

Por miedo, mujeres en la Montaña no ejercen sus derechos políticos, aseguran

 

La consejera local del INE, María Antonia Ramírez Marcelino, organiza en Tlapa un conversatorio en la sede de la Junta Distrital 05

 

Tlapa, Guerrero, 11 de marzo de 2024. Mujeres indígenas coincidieron en que es difícil ejercer los derechos políticos en sus comunidades, porque primero tienen que vencer el miedo a decidirse participar y luego enfrentarse a su familia, como exigir votar.

Lo anterior en el conversatorio Por mis derechos: Mujeres hacia una democracia incluyente, organizado por la consejera local, María Antonia Ramírez Marcelino, y las distritales, Abril Guadalupe Berruecos González, Aremy Rodríguez Santiago y Flor María Rojas Ramírez, del Instituto Nacional Electoral (INE).

La actividad, realizada el sábado en las instalaciones de la Junta Distrital 5 del INE, en el contexto del Día Internacional de la Mujer, reunió a mujeres nahuas, na savi y me’phaa; algunas sin saber leer ni escribir, con ocupación de campesinas o trabajadoras domésticas.

Otras con maestrías y trabajos en instituciones como el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC), Copladeg, en el magisterio o regidurías.

Autoridades municipales, como las delegadas de las colonias Loma Bonita, Constitución, Benito Juárez y estudiantes de nivel medio superior.

En el conversatorio, las mujeres reconocieron los avances en los derechos para las mujeres, como poder ir a la escuela, trabajar, decidir sobre su cuerpo, a votar y ser votada, aunque estos no sean plenos, sobre todo en las comunidades donde sólo los hombres son escuchados.

Por lo que coincidieron en que, para garantizar su participación en los distintos ámbitos, lo primero es conocer los derechos, para ejercerlos y, segundo, vencer el miedo que las limita a incursionar en algún puesto o exigirlos.

Las participantes se focalizaron en que el derecho a votar y ser votada en las comunidades no se ejerce plenamente, porque sigue siendo una mala práctica, en donde los hombres deciden por las mujeres no dejándolas participar, con el argumento de que no van a poder, y tienen que empezar desde abajo o no saben.

La consejera distrital na savi, Flor María, contó que en su comunidad Alpoyecancingo, municipio de Tlapa, las mujeres no votan, pues aunque el municipio emita en su convocatoria la paridad, los hombres son los que deciden.

Agregó que ella lo planteó a su familia y fueron los primero en decirle que eso estaba mal y no intentara nada, muy enojados, “por eso, a veces una se detiene, es ir en contra de la familia, del papá, a quien por ser mayor le debes respeto”, dijo.

Lo otro es que minimizan sus capacidades, al decir que no van a poder con las actividades, como ir a las correspondencias, donde llevan las bandas de viento, no deben dormir y les toca cargar los instrumentos.

Además de que no las pueden poner en la comisaría, porque no saben y para llegar al cargo deben empezar desde abajo.

Otro caso fue de la comunidad nahua de Tlaquilzinapa, donde las mujeres empezaron a votar hace unos cuatro años, pero su participación sigue siendo limitada y a veces callada por los señores que acuden a la asamblea.

Las delegadas de las colonias compartieron que al estar en funciones son cuestionadas por ser mujeres, su edad o preparación, minimizando sus capacidades.

Entre los compromisos que asumieron las participantes están el acudir a las asambleas de sus colonias, las reuniones en sus trabajos o escolares.

Empoderar a las mujeres y niñas con talleres y conferencias de información sobre sus derechos, en específico, los políticos-electorales.

Solicitar los protocolos de actuación contra la violencia hacia las mujeres en las instituciones educativas, gubernamentales y organizaciones.

Con esa información, se podrá identificar si son víctimas de violencia y denunciar a los responsables con el seguimiento adecuado.

Estuvieron las delegadas de las colonias Benito Juárez, Odilia Villano Candia; La Constitución, María de Jesús Ramírez Marcelino, y Loma Bonita, Zenaida Romero Martínez.

 

Texto y foto: Carmen González Benicio