2 agosto,2021 5:26 am

¿Por qué urgen políticas de gestión ambiental en Acapulco?

Jesús Castillo Aguirre

(Segunda y última parte)

 

Se ha argumentado que las ciudades son medios productores de innovación y de riqueza, con capacidad de integrar la tecnología, la sociedad y la calidad de vida en un sistema interactivo, en un sistema que produzca un círculo virtuoso de mejora, no sólo de la economía y de la tecnología, sino de la sociedad y de la cultura.

Sin embargo, los municipios hoy enfrentan problemas que no son nuevos pero que requieren abordarse de manera diferente. En la relación entre la dinámica de desarrollo regional y la ciudad, es importante la comprensión de los fenómenos urbanos y territoriales, para el diseño de políticas públicas que refuercen las capacidades de los centros urbanos para enfrentar las demandas de la una sociedad y de una economía digital y globalizada. La nueva geografía está organizada en torno a sistemas urbano-territoriales con encadenamientos y articulaciones empresariales complejas, lo que exige una gestión y administración muy diferente a los modelos que se aplican.

Entre las características centrales del proceso de asentamientos humanos está la de constituirse en ciudades internacionales cuyos territorios y sistemas urbanos están vinculados a los intercambios mundiales dando lugar a patrones territoriales y urbanos cada vez más diversificados. En este contexto, la ciudad de hoy surge desde una dimensión multifactorial para elevar la eficiencia y efectividad de los gobiernos urbanos, en aspectos tales como la generación de empleo productivo, la disponibilidad de tierras, la modernización de la infraestructura productiva y el equipamiento urbano, así como de los servicios para la producción. El desafío que enfrentan las actuales políticas urbanas es el de promover tanto la productividad y modernización de las ciudades como la inclusión social y mitigación de la pobreza.

Es de reiterar que la globalización y el desarrollo local se comprenden como dos fuerzas que configuran el mundo de hoy en el que lo global es un proceso permanente y de creciente integración económica, cultural y política de los países del mundo; mientras que lo local es aquella tendencia hacia mayores niveles de autodeterminación y delegación de gestión y poder a comunidades y localidades. Todo ello en el contexto de fuertes contrastes entre crecimiento y recesión, equidad y desigualdad, exclusión e integración, y pobreza y riqueza.

Ante tal complejidad la urbanización se consolida como resultado de las economías de aglomeración presente en las ciudades. Decíamos ya que estos procesos de concentración de población y de las actividades económicas incrementan la productividad, que es condición de competitividad. En contraste, resulta necesario indicar, a su vez, los crecientes efectos negativos que se generan en los procesos mencionados y que están básicamente referidas a los impactos en las condiciones de habitabilidad y sustentabilidad de las ciudades.

Debe apuntarse el dato de que en las zonas urbanas, en las grandes ciudades como Acapulco, se generan al menos un 55 por ciento del valor del producto de las economías nacionales en los países de ingreso bajo; el 73 por ciento en los que tienen ingreso mediano; y el 85 por ciento en los de ingreso alto. La principal razón de esta alta concentración de la producción y el consumo en las ciudades son las potentes economías de la concentración.

Como indica Jordán, las ciudades son, en esta medida, la plataforma de equipamientos e infraestructuras que soportan las actividades económicas y productivas, y permiten grados crecientes de especialización y por tanto, de rentabilidad de los sectores productivos. De ahí proviene la importancia de la forma en que los gobiernos urbanos resuelven las demandas sociales y los desafíos que impone el desarrollo económico. En ese sentido, el principal objeto de gestión por parte de la política urbano-territorial es precisamente el manejo de estas economías de concentración y de las condiciones en las que éstas se desenvuelven. Estas condiciones incluyen el aspecto de la relación con la gestión de la sustentabilidad ambiental de las ciudades.

Veamos si nuestros gobernantes electos actúan a la altura de estos desafíos.

 

* Profesor de Economía adscrito en la Facultad de Economía, Universidad Autónoma de Guerrero. El autor tiene estudios de posgrado en Economía de la Tecnología y en Desarrollo Regional.