29 noviembre,2017 10:44 am

Presenta el ganador del Premio Cervantes, Sergio Ramírez, nuevo volumen de cuentos

Guadalajara, Jalisco, 29 de noviembre de 2017. Suman ya 54 años desde el primer cuento de Sergio Ramírez publicado en un periódico de su natal Nicaragua en agosto de 1956 cuando él tenía sólo 14 años.

Al día de hoy son los mismos 14, pero ahora en el número de libros de cuentos suyos publicados, una lista a la que recién se añade Antología Personal. 50 Años de cuentos, una colección que celebra las cinco décadas del escritor nicaragüense como cuentista nato y que se presentó en el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.

El libro es una selección de 15 relatos que escogió el propio autor desde su primer libro salido en 1963 hasta el último de 2013 y que avanzan cronológicamente a lo largo de 303 páginas.

“He escrito quizá unos 100 cuentos en toda mi vida, lo que hice fue un recorrido a todos ellos, del primero al último, para ver lo que merecía estar aquí. Son para mí los mejores”, apuntó el escritor ganador del Premio Cervantes de este año.

Su larga trayectoria como cuentista y novelista le ha permitido encontrar las rigurosas diferencias entre escribir una narración y otra.

“El cuento depende mucho de la técnica y del procedimiento, no sólo de tener una idea narrativa sino de poderla plasmar en pocas páginas. Mucha gente cree que el cuento es un ensayo para escribir una novela, pero éste tiene su propio grado de dificultad y hay que resolverlo elegantemente”, señaló Ramírez, a quien su segunda antología, De tropeles y tropelías, publicada en 1971, le concedió el Premio Latinoamericano de Cuento.

En sus historias le gusta relatar las vidas de los que él llama los pequeños seres, personajes que suele alimentar de las páginas de nota roja de los periódicos de prensa. Lo que para algún otro serían las noticias de deportes como un obligado de todos los días, para él son los sucesos policiacos.

“Me gusta la gente anónima, la gente pequeña que no tiene gran relevancia en la vida. Son mis personajes preferidos para el cuento. La fama que tiene esa gente siempre es para mal, porque murieron acuchillados, les pasó un camión encima o alguna desgracia y por eso salen, por ser víctimas o victimarios. En mis cuentos lo que quiero es comunicar cómo es la vida, cómo es la gente en otros estratos sociales, pero con un sentimiento humano de que somos los mismos”, apunta.

El escritor nicaragüense sabe que hoy día los cuentos no son el género predilecto, pero persevera en la esperanza de recuperar el terreno perdido con las voces jóvenes de los nuevos cuentistas. Aunque sabe la dificultad a la que éstos se enfrentan cuando al presentarse en una editorial con un libro de cuentos en lugar de una novela es menos probable su éxito.

Al pasar la tormenta de compromisos que le trajo el Premio Cervantes espera poder regresar a su casa en Nicaragua y retomar otros cuentos inéditos que ya tiene escritos o continuar con argumentos de novelas que todavía están en borrador.

“Al escribir un cuento tengo que saber en qué va a terminar o estoy perdido y la historia no funciona. A veces hasta tengo la frase en la que termina”, finalizó.

 

Nota: Yoana Rodríguez/ Reforma/ Foto: EFE.