10 mayo,2018 8:05 am

Presenta Martin Scorsese en Cannes la cinta “Enamorada” y destaca la figura de Emilio “El Indio” Fernández

Texto: Mónica Delgado/ Agencia Reforma/ Foto: EFE
Cannes, Francia, 10 de mayo de 2018. El reconocido cineasta estadunidense Martin Scorsese rindió ayer honores al cine mexicano, luego de haber inaugurado la edición número 71 del Festival de Cannes junto a Cate Blanchett.
El director de Taxi Driver marcó una vez más su fascinación por la Época de Oro del cine mexicano, en especial por la película Enamorada, de Emilio El Indio Fernández, al presentar una copia restaurada de este clásico mexicano en el marco de la sección Cannes Classic.
“Estoy muy emocionado de estar aquí para presentar Enamorada”, dijo el director estadunidense.
La presentación que abrió Cannes Classic se llevó a cabo en la Sala Buñuel del Palacio de Festivales, tradicionalmente asignada a esta sección.
Scorsese estuvo acompañado del delegado general del Festival de Cannes, Thierry Frémaux, antes de la proyección a la que acudió un numeroso público que tuvo que formarse con tiempo de anticipación para poder entrar.
El director reiteró el gran aprecio que tiene por el cine mexicano y recordó al público que la cinta de Fernández, interpretada por María Félix y Pedro Armendáriz, arrasó con los Arieles en 1947, el año de su estreno.
El estadunidense, conocido por su gusto de los grandes clásicos de décadas pasadas y su preocupación por restaurar esas películas, también contó algunas anécdotas del director mexicano como aquella ocasión en la que habría disparado contra un crítico que poco apreció sus películas.
“Tuvo que encarar a la justicia, pero ganó porque los jueces estimaron que en efecto su honra había sido mancillada”, precisó el cineasta, quien también recordó que la imagen de su par mexicano quedó inmortalizada en el Óscar.
“En Los Ángeles se dice que Emilio El Indio Fernández prestó su silueta a la estatuilla de los Oscar, o sea que fue el modelo de Cedric Gimmons, (cineasta de Hollywood), que estaba casado con Dolores del Río”, explicó Scorsese.
Agregó que así fue como habría conocido a la diva mexicana, con la que después filmó una de sus grandes películas, María Candelaria.
El trabajo de restauración de Enamorada fue realizado por la UCLA Film, Television Archive y The Film Foundation’s World Cinema, y fue financiado por la Material World Charitable Foundation; en el proyecto también contribuyó la Filmoteca de la UNAM.
Enamorada ya se había presentado una primera vez en la sección de Cannes Classic en el 2005, pero contrariamente a lo que en ocasiones se dice, en 1947 no se exhibió en Cannes, o al menos no figuró como parte de la selección en competencia por la Palma de Oro.
Sin embargo, El Indio Fernández sí presentó otras películas suyas en competencia, empezando por María Candelaria, en 1946, que ganó el Grand Prix, Pueblerina en 1949 que se llevó el premio de Mejor Partitura; La red, en 1953, ganadora del Premio Internacional de la película mejor contada a través de la imagen.
Su última participación en Cannes fue en 1984, como intérprete de la película de John Houston Bajo el volcán, basada en la novela de Malcolm Lowry.
“Algunas películas te cambian la vida”
Una sala en pie y aplaudiendo a rabiar recibió ayer a Martin Scorsese en el festival, donde el director neoyorquino habló de sus orígenes, sus películas y el valor del cine, cuando recibió la Carroza de Oro de la Quincena de Realizadores.
“Algunas películas son como una experiencia religiosa, un sentimiento de alivio, te cambian la vida”, dijo el cineasta al explicar por qué pone tanto empeño en restaurar cine, una de las labores por la que también es reconocido.
Scorsese, de 75 años, recordó que su historia es la clásica de un hijo de padres de clase obrera, sin libros en casa, con asma y por lo tanto poco apto para el deporte, que buscó evadirse con el cine.
Criado en el barrio neoyorquino de Little Italy, el director de clásicos como Toro Salvaje, recordó que creció y vivió en un entorno muy peligroso, poblado de tipos duros y también buena gente.
Y ahí fue cuando empezó a plantearse cómo vivir una vida decente en un mundo que no lo es, un dilema que planea por toda su filmografía.
Scorsese, miembro de una familia de origen italiano, comentó que fue precisamente un cura el que lo influenció cuando era adolescente, el que le inculcó el gusto por la lectura y el amor por el cine. “Me permitió entender que tenía que ir a conseguir más. Que tenía que salir y explorar. Y tuve que hacerlo porque la otra alternativa era el crimen y la violencia. Me ayudó a abrazar el lado bueno a través del arte”, señaló.
El cineasta, que ayer recogió la Carroza de Oro de la Quincena de Realizadores, una sección paralela al certamen francés, vino hasta Cannes la primera vez con “Mean Streets”, la película que hoy volvió a proyectar en Cannes.
“Me llevó años entender que ‘Mean Streets’ contaba la historia de mi padre y sus hermanos”, dijo el realizador, que ha estado en ocho ocasiones nominado a mejor director, una estatuilla que se hizo esperar hasta 2007 (The Departed).
Hace 44 años, el éxito que obtuvo en en el certamen francés “Mean Streets”, protagonizada por dos jovencísismos Harvey Keitel y Robert De Niro, supuso su lanzamiento internacional. Y Scorsese recuerda aquella ocasión como su mejor visita a Cannes “por el anonimato”.
“Podía ir por La Croisette de mesa en mesa conociendo gente, actores, directores como Wim Wenders. Fue una época increíble”, rememoró el realizador, que sigue levantando pasiones entre los aficionados.
Gran expectativa existe por su nuevo trabajo The Irishman, donde vuelve a trabajar con Robert De Niro y Harvey Keitel, así como con Al Pacino.