14 julio,2021 10:10 am

Presentan en el British Museum de Londres pieza sonora inspirada en la cultura na savi

La obra Saa ñu’ú (Pájaros barro), del artista mexicano Jorge Martínez Valderrama, tiene como base el Códice Tonindeye, que se exhibe en dicho recinto y es parte de la conmemoración de los 500 años de la caída de Tenochtitlan

Ciudad de México, 14 de julio de 2021. A partir de sonidos e imágenes del territorio mesoamericano, el artista sonoro Jorge Martínez Valderrama (México, 1981) creó un paisaje sonoro electroacústico titulado Saa ñu’ú (Pájaros barro) para el British Museum de Londres.

Como primer residente digital de su Centro de Excelencia Santo Domingo para la Investigación sobre Latinoamérica (SD-CELAR), el mexicano fue invitado a concebir una pieza a partir de un objeto perteneciente al acervo del célebre recinto, que resguarda joyas de diversas culturas.

Martínez Valderrama decidió trabajar a partir del Códice Tonindeye (Zouche-Nuttall), que figura en las colecciones del British, y que, según la descripción del museo, contiene dos narrativas: un lado del documento relata la historia de importantes centros de la región na savi (mixteca), mientras que el otro registra la genealogía, matrimonios y hazañas políticas y militares del gobernante 8 Venado Garra de Jaguar.

“Me di cuenta que había ahí una parte sonora implícita en las narrativas, en las historias, que fueron, de alguna manera, gestando ideas en mi cabeza”, responde en entrevista el compositor y artista visual sobre la comisión, enmarcada en un programa institucional que conmemora los 500 años de la caída de Tenochtitlan.

“Mi idea de hacer un paisaje sonoro era posible y un proceso muy natural”.

En la frontera na savi Puebla-Oaxaca, el artista sonoro grabó sonidos del agua, viento, aves y otros elementos naturales, acompañado de un equipo de video que registró imágenes del lugar.

Aunque su deseo era ir a los sitios de la Mixteca referidos específicamente en el Códice, donde se gestaron sus narrativas, en algunos casos fue imposible, por permanecer cerrados debido a la contingencia sanitaria, y, en otros, se requerían permisos de los ayuntamientos, además de presentarse dificultades en traslado y presupuestos.

Optaron entonces por la región fronteriza entre Puebla y Oaxaca, a cuatro horas de viaje desde la Ciudad de México, que ofrecía mayores facilidades de acceso con el equipo de grabación y sonido.

La decisión resultó acertada. Las imágenes recogidas junto al cineasta Marco Antonio Lara en Zapotitlán Salinas, Metzontla Los Reyes, San Juan Raya, Acatepec y Chazumba resultaron ricas en color, luces, paisajes y texturas.

En su paisaje sonoro, Martínez Valderrama incorporó, además de los sonidos de la naturaleza, instrumentos tradicionales prehispánicos, como ocarinas, silbatos y flautas, además de artefactos sonoros; algunos buscaban imitar sonidos del viento, la lluvia o los animales.

Su búsqueda lo condujo a Gregorio Cortés, constructor de instrumentos, quien había fallecido por Covid-19, pero contó con la ayuda de su hermano Mario, quien, a su vez, lo llevó con el músico mixteco Luis García, del grupo Yodoquinsi, con quien grabó “gestos, frases, melodías y sonidos” de diversos instrumentos y artefactos de su colección personal, la mayoría de origen na savi.

“Los últimos años me he dedicado a hacer grabación de campo, pero también al uso de tecnologías, donde hago síntesis de estos sonidos y genero texturas o timbres a partir de estas grabaciones, y vino a darle riqueza a la paleta de sonidos”, dice el artista sonoro, quien también recurrió a sonidos generados por computadora.

Como parte del proceso de composición recurrió a los difrasismos, es decir, la yuxtaposición de palabras para generar nuevos conceptos, utilizados por distintas culturas mesoamericanas. Por ejemplo, hueso más carne igual a cuerpo; yiki kuñu, en mixteco.

En la pieza hace referencia a los difrasismos de los códices, como iniciar con el sonido del agua con una imagen de tierra que para los mixtecos significa pueblo.

“Utilizando esta estructura lingüística también buscamos, de alguna manera, generar nuestros propios difrasismos, ya sea dos sonidos que simbolizan una imagen o una imagen más un sonido que hace referencia a un tercer sonido o a través de la síntesis; hacer que el sonido de un ave más el agua fueran un sólo sonido”, abunda.

Incorporó a la pieza unos versos en mixteco en voz de la poeta Nadia Ñuu Savi sobre los universos sonoros, el tiempo, los ciclos, el espiral, la gente de la lluvia (que es la traducción al español del término na savi) español) y la perpetuidad: “Pájaros barro, / Tierra lluvia, / Brisa sal, / Árbol fuego. / El tiempo se desdobla y / el humo habla en el cielo, / comienza un nuevo circulo / de luz y sombra”.

Martínez Valderrama había sido invitado desde 2019 a la residencia del SD-CELAR, pero, debido a la pandemia, se vio pospuesta su estancia en Londres, donde tendría acceso a las colecciones del British; objetos y documentos de Mesoamérica.

La alternativa propuesta fue una residencia electrónica, con lo que el museo puso a disposición del artista su colección digital.

En lugar de los dos meses iniciales, el nuevo formato permitió a Martínez Valderrama trabajar durante ocho meses.

Colaboró con arqueólogos indígenas y el proceso de investigación implicó, por ejemplo, participar en el Seminario de Lectura de Códices Mixtecos.

Saa ñu’ú, o Pájaros barro, puede ser visto, junto con la presentación del artista, en el canal de Youtube del SD-CELAR (www.youtube.com/watch?v=m-xIK0gnmuU).

Dan nuevo significado a acervo prehispánico

El Centro de Excelencia Santo Domingo para la Investigación sobre Latinoamérica (SD-CELAR) del British Museum, según su propia descripción, se propone desafiar las formas en que la región es comúnmente representada y estudiada por museos.

Apoya investigaciones, trabajos artísticos y formas alternativas de participación crítica con las colecciones. Su creación fue anunciada en enero de 2019.

La colección de Centroamérica y América del Sur del recinto contiene aproximadamente 62 mil objetos de los cuales sólo el 0.6 por ciento se exhibe actualmente al público. El centro apoya investigaciones con el 99.4 por ciento restante.

“Más allá de la exhibición y el espectáculo del espacio tradicional del museo, los proyectos del Centro realizados con las colecciones no exhibidas exponen los legados coloniales de adquisición, investigación y prioridades de exhibición”, explica el SD-CELAR sobre su trabajo, este año enmarcado en las conmemoraciones por los 500 años de la caída de Tenochtitlan.

Legados del colonialismo que los museos de antropología e historia occidentales representan y que el centro se propone contrarrestar.

El artista sonoro mexicano Jorge Martínez Valderrama es el primer residente digital de esta iniciativa del SD-CELAR.

Texto: Erika P. Bucio / Agencia Reforma