14 septiembre,2023 11:54 am

Prevalecen las condiciones de inundación en la Colosio y Rinconada del Mar como hace 10 años

 

Consideran vecinos que la rehabilitación del cárcamo de bombeo que anunció la alcaldesa podría resolver el problema

 

Acapulco, Guerrero, 14 de septiembre de 2023. En septiembre de 2013, la tormenta Ingrid y el huracán Manuel inundaron gran parte de las viviendas de la unidad habitacional Luis Donaldo Colosio y el fraccionamiento Rinconada del Mar, y 10 años después vecinos como Yosimar Jiménez lo recuerdan como un momento “muy triste” porque perdieron todo y sólo les quedó la ropa que traían ese día.

Los vecinos de esta parte de la zona Diamante de Acapulco viven en las mismas condiciones de riesgo y las inundaciones suceden en los mismos puntos que colapsaron hace una década.

“Yo vivo mero en el ojo donde fue la inundación”, dijo Yosimar Jiménez, vecino del fraccionamiento Rinconada del Mar. Él apenas iba a llegar con su esposa a su casa ubicada en la calle Morelos aquel 14 de septiembre, pero no encontraron transporte por la fuerte lluvia y decidieron caminar hasta su hogar. El agua provenía del colapso del canal meándrico Colacho, a un kilómetro y medio de su casa.

Rinconada forma parte de la unidad habitacional Luis Donaldo Colosio, que fue inaugurada en 1997 con 800 casas Geo, de acuerdo con una nota destacada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). El panorama está claramente transformado después de 26 años, muchas casas fueron modificadas y abundan las misceláneas y los pequeños comercios.

La inauguración de la unidad habitacional ocurrió 10 años después del decreto presidencial del 28 de agosto de 1987 por el que se declara de utilidad pública el desarrollo de la zona Diamante, “así como la adquisición de los terrenos que forman parte” de ésta, dice el documento. El presidente era Miguel de la Madrid Hurtado y el gobernador José Francisco Ruiz Massieu.

Yosimar llegó en el 2000 después de que su papá compró su casa de un piso con un crédito Infonavit. “Cuando tú llegas a algo nuevo, sus patios limpios, césped, o sea muy bonito todo, la cancha bien arreglada con pasto y muy tranquila la zona, nada de caos, nada de problemas de tráfico, ruidos, entonces era algo que tomamos en opción y nos gustó”, indicó.

Yosimar y su esposa vieron que el monumento de Luis Donaldo Colosio estaba inundado. Esperaron hasta el otro día para tratar una vez más llegar a su casa y cuando la vieron, el agua tapaba prácticamente toda la puerta de la entrada, en el punto exacto donde está el sello del censo que hicieron, mostró Yosimar.

“Fue algo muy fuerte y muy triste para nosotros porque se perdió todo: tele, sala, camas, ropa de niño, personal, aparatos”, compartió. Vivían de un negocio de productos naturales y “lo único que con lo que me quedé es con la ropa que llevaba en ese momento, ropa, zapatos y playera, mi esposa igual, la ropa que llevaba ese día”. Desde entonces Yosimar maneja un taxi amarillo para llevar dinero a su casa.

Algunos de sus vecinos quedaron atrapados en sus casas y salvaron su vida subiendo a la azotea y los salvaron otros vecinos, sobre todo los más jóvenes, como Alan Herrera, quien vive en el condominio Marte de la unidad habitacional Luis Donaldo Colosio, a un par de kilómetros de la casa de Yosimar.

Ese día, Alan venía de su trabajo, pero por el nivel del agua el taxi lo dejó en la calle Simón Bolívar, a un costado de la Plaza Colosio Diamante, entonces caminó entre callejones y llegó a su casa. Cuando despertó y salió de su hogar, donde platicó con El Sur, vio el río en el que se había transformado la calle Simón Bolívar, por la que se entra a la unidad Colosio desde el bulevar de Las Naciones.

Otros vecinos como él empezaron a ayudar, junto con los militares, a sacar las personas, algunas de ellas con el temor de salir de sus hogares, por miedo de la rapiña que iba a empezar”.

Corrió el “rumor” de que Costco abrió sus puertas para que las personas se llevaran la comida, contó Alan, “pero los guardias no pudieron controlar y se llevaron todo”: televisores, una de las imágenes más icónicas de Ingrid y Manuel. La tienda ya no volvió abrir y su terreno a orilla del bulevar de Las Naciones sigue abandonado, frente al campo de golf del hotel Princess.

Alán consideró que el problema de las inundaciones es la basura que tapa las alcantarillas, “pero el gobierno casi nunca viene a desazolvar las alcantarillas, ya sea CAPAMA (Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Acapulco) o el encargado de eso, nunca viene para acá”.

Señaló que los mismos puntos que se inundaron, como el monumento a Colosio y las avenidas principales, ambas zonas muy concurridas por muchos comercios, siguen padeciendo el mismo problema y desde que pasó la gran inundación no se ha visto un cambio general de infraestructura para evitar futuros desastres.

“Según te iban a trasladar a otros lados, pero pues la gente no quiere pues y no quiso porque aquí está su patrimonio, aquí ya tienen todo y a lo que ellos han invertido y han gastado, no les alcanzó con lo que les querían dar, las estaban rematando”, expuso.

Así lo decidió la familia de Yosimar porque “a pesar de la situación que se vive de la inundación y todo, es un lugar muy cómodo, muy tranquilo”, aseguró. Otras partes de la Colosio están saturadas: “los carros ya no entran, está muy estrecho, las calles están muy invadidas y en Rinconada no, es un circuito que subes, das vuelta y está todo despejado”, descripción que se constató en el recorrido de este lunes.

Las autoridades les advirtieron que era una zona inundable, “nos dijeron que nos iban a reubicar, pero la gente no lo quiso porque, hermano, nos querían mandar a (casas) Palenque, (casas) San Luis (colonia Mangos), toda esa zona de allá y pues no, aquí nos quedamos”. Las autoridades les dieron un apoyo de 10 mil pesos, “para las pertenencias supuestamente”, rió ligeramente el vecino.

El gobierno de Ángel Aguirre Rivero construyó en 2014 un cárcamo de bombeo en la calle Morelos, a 100 metros de la casa de Yosimar y a 200 metros del camino que cruza el viaducto Diamante, construido entre 1991 y 1993 por el Grupo Mexicano de Desarrollo (GMD) en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, obra vial señalada de ser una de las causas de las inundaciones.

Los vecinos consideran que la obra hidráulica de 2014 corrigió el problema de las inundaciones, pero resurgió en 2017, cuando algunas de las bombas que conforman el cárcamo de bombeo dejaron de funcionar.

El gobierno de Abelina López Rodríguez anunció el 30 de agosto pasado la rehabilitación del cárcamo de bombeo y Yosimar opinó que estas obras van a solucionar el problema de las inundaciones.

 

Texto: Ramón Gracida Gómez / Foto: Carlos Carbajal