29 abril,2019 7:44 am

Prevé el INAH hallazgo de fósiles y asentamientos humanos en el nuevo aeropuerto de Santa Lucía

La Hacienda de Santa Lucía, del siglo XVI, que da nombre al sitio y aloja oficinas de la Base Aérea Militar, quizá sea convertida en museo, dicen.
Ciudad de México, 29 de abril de 2019. Los vestigios de fauna prehistórica recuperados décadas atrás en los terrenos de la Base Aérea Militar de Santa Lucía –que albergará el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México–, anticipan el hallazgo de otros animales del pleistoceno, posiblemente mamuts, tigres diente de sable y camélidos, informa en entrevista el titular de Arqueología del INAH, Pedro Francisco Sánchez Nava.
Tres arqueólogos del Instituto recorren la zona desde el 9 de abril con personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para labores de prospección dentro del sitio que opera a partir de 1952 como Base Militar Área.
Ahora, el Ejército Mexicano construirá la terminal aeroportuaria, cuyo proyecto se revelará hoy, según informó el viernes el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El jueves 25 de abril se presentó ante el Consejo de Arqueología del INAH el plan arqueológico respectivo para su próxima dictaminación.
“Si mientras tanto hay actividades de mecánica de suelos u otro tipo de estudios, por ejemplo topográficos, estaremos acompañando los trabajos”, aclara Sánchez Nava.
Tras la prospección podrían emprenderse vuelos de teledetección óptica, conocidos como LIDAR, para obtener una topografía más detallada, explica el arqueólogo.
En caso de encontrar anomalías en el terreno que sugieran presencia de materiales antiguos recurrirían a herramientas tecnológicas como el georradar o el resistivímetro.
Las probabilidades de encontrar restos de animales pretéritos se incrementan por el dominio que tuvieron allí los lagos Xaltocan y Zumpango, cuyos márgenes, provistos de vegetación y recursos alimenticios, atraían a la fauna del pleistoceno, que solía hundirse y perecer allí.
Estos mismos lagos salinos abastecieron a las aldeas teotihuacanas asentadas hace mil 800 años: podían pescar, cazar aves e incluso producir sal. Otros grupos prehispánicos aprovecharon también el entorno lacustre para establecerse posteriormente.
“No es raro que se encuentren materiales arqueológicos. Ya se ha encontrado cerámica de la época teotihuacana, coyotlatelco, tolteca y, más reciente en el tiempo, mexica”, detalla Sánchez Nava, quien descarta la presencia en el sitio de arquitectura monumental.
Prevé encontrar, en cambio, los cimientos de piedra de antiguas viviendas revestidas de adobe o bajareque –entramado de ramas recubiertos de lodo– como material constructivo.
“Para nosotros, como arqueólogos, es una oportunidad de investigación; de otra manera estos espacios difícilmente los exploraríamos por falta de tiempo y de recursos”.
A diferencia de vestigios, como los cerámicos, que pueden recuperarse para su estudio y preservación, los referidos cimientos podrían enterrarse de nuevo para conservarlos después de consolidarlos y obtener información.
Aunque apenas comenzaron los recorridos conjuntos entre especialistas de ambas dependencias, el acercamiento institucional se inició meses antes y permitió al INAH opinar sobre el proyecto aeroportuario, por ejemplo en relación a la Hacienda de Santa Lucía, del siglo XVI, que da nombre al sitio y aloja oficinas de la Base Aérea Militar.
“Es una hacienda jesuita en óptimas condiciones y hemos tenido intercambio de información con los desarrolladores del proyecto. Tienen muy claro que  permanecerá”, destaca.
Se planteó la opción de reubicar el inmueble histórico, pero el INAH recomendó mantenerlo en su lugar e incorporarlo al entorno del aeropuerto; pudiera, quizás, albergar un museo, cercano a las pistas, y que, por lo mismo, precisaría tal vez de un paso a desnivel para recibir al público, dice el arqueólogo.
Sánchez Nava reconoce la comunicación y colaboración con el Ejército Mexicano, pues además de disciplina muestra una claridad en la obra por ejecutar que permite al INAH diseñar con la debida antelación los planes de protección al patrimonio.
Texto: Yanireth Israde / Agencia Reforma / Foto: Agencia Reforma