12 febrero,2022 5:14 am

Primates en Basilea

Octavio Klimek Alcaraz

 

El domingo 13 de febrero, la ciudadanía del cantón de Basilea en Suiza, votará en las urnas una iniciativa popular de reforma constitucional. Se propone insertar un párrafo nuevo en su constitución. Se trata de una sentencia revolucionaria:

“Esta constitución también garantiza: el derecho de los primates no humanos a la vida y a la integridad física y psíquica”.

Si la iniciativa, el domingo, logra una mayoría entre los casi 110 mil votantes en el cantón de Basilea, quedarán los derechos básicos de los primates asentados en la constitución de Basilea, eso sería una primicia mundial. Y al parecer las posibilidades de que eso suceda no son tan malas.

Hay que señalar, que los primates no humanos –los humanos somos también primates– incluyen especies de monos como macacos y lémures, y grandes simios como gorilas y orangutanes. Los iniciadores centraron su solicitud en los primates no humanos, ya que son biológicamente muy cercanos a los humanos. Al igual que nosotros, tienen un alto nivel de inteligencia social, confianza en sí mismos, sentido del futuro y del pasado, y una pronunciada capacidad para sentir dolor.

Si los primates no humanos logran tener derechos básicos, ya no serían meros objetos jurídicos, sino que se convertirían ellos mismos en titulares de derechos que ellos mismos, o más bien sus representantes, podrían demandar ante los tribunales.

La iniciativa popular fue presentada por la asociación Sentience Politics, radicada en Basilea, que trabaja los derechos de los animales, y ha recibido un destacado apoyo del exterior, por ejemplo, de la gran investigadora con chimpancés Jane Goodall, o del antropólogo alemán Volker Sommer. También hay aprobación a nivel local: con los socialdemócratas y los verdes, los dos partidos más fuertes de la ciudad, hacen campaña por el sí. Los partidos del centro y de la derecha, en cambio, rechazan la iniciativa. Los sondeos hacen ser cautelosos sobre los resultados de la votación.

La razón de esto podría estar no sólo en el espíritu de los tiempos de mayor respeto y conocimiento sobre los animales, sino también en el hecho de que, aunque la iniciativa pide algo revolucionario, difícilmente tendrá efectos concretos. Es más fácil acordar algo fundamental si esto no muestra inmediatamente consecuencias tangibles.

Esta reforma constitucional obligaría principalmente a los órganos del Estado. En el mejor de los casos, las instituciones organizadas bajo el derecho privado podrían verse afectadas indirectamente. Sin embargo, actualmente sólo se encuentran primates no humanos en el zoológico de Basilea. Este zoológico es el más antiguo de Suiza, con casi 150 años, y es extremadamente popular, sus recintos de los monos atraen a la multitud. En cualquier caso, no se está prohibiendo la tenencia de primates. El derecho a la libertad individual no está previsto para los monos en la constitución. El tema por ahora es garantizar que los primates puedan llevar una vida digna. Es decir, el zoológico deberá asegurar de que se garanticen la integridad física y psíquica de los primates no humanos, sus derechos básicos. Esto debido a que, en Basilea, la prohibición de tener animales difícilmente tendría posibilidades de ser aprobada por el electorado.

Sin embargo, a quienes administran el zoológico no les gusta la iniciativa de darle derechos a los primates no humanos, ya que a su juicio existe el riesgo de que surjan demandas y la casa de los monos tenga que cerrarse. Ciertamente pueden surgir conflictos si un mono está enfermo y sufre mucho, ya que se opondría al derecho constitucional a garantizar su vida, e integridad física y psíquica. Otro asunto a debate es que tradicionalmente, los veterinarios practican la eutanasia a los animales gravemente enfermos para los que no existe una terapia viable. Esto difícilmente sería compatible con el derecho fundamental a la vida. La respuesta de los promotores de la iniciativa es que existe la posibilidad de administrar analgésicos a primates no humanos para hacer más llevadera la muerte, como con los humanos.

La industria farmacéutica, que tradicionalmente tiene una presencia muy fuerte en Basilea, ha dejado de realizar allí experimentos con primates desde hace algunos años. Sin embargo, la industria farmacéutica y otras asociaciones empresariales han rechazado la iniciativa, ya que temen que, en el futuro, los nuevos derechos fundamentales resulten en obstáculos para nuevos estudios de investigación. Los impulsores de la iniciativa han señalado que la investigación biomédica sigue siendo posible mientras se garanticen los derechos fundamentales de los primates. Si los experimentos no representan una carga, como en la investigación del comportamiento, por ejemplo, y no afectan significativamente el estado general de los animales, no hay nada que decir en contra de ellos.

En todo caso, desde 2003, los animales en Suiza ya no se consideran legalmente objetos. Esto tuvo en cuenta el hecho de que los animales son seres sintientes y capaces de sufrir. La ley suiza de bienestar animal ya obliga a los propietarios a proteger a los animales del sufrimiento, el miedo y el dolor injustificados. La principal critica es que la ley determina cómo se nos permite usar animales. Su enfoque de sigue estando en las personas. Los animales como los primates no humanos están protegidos sólo mientras nuestros propios intereses humanos no anulen esa protección. Sin embargo, los impulsores de la reforma constitucional han señalado que, aunque los animales no son jurídicamente cosas, la ley sitúa al hombre por encima del animal. Eso a su juicio no es consistente, ya que, si los animales no son cosas, entonces deben otorgárseles derechos. Esto es exactamente lo que están requiriendo para nuestros parientes más cercanos, los primates no humanos. Finalmente, si reciben derechos básicos, estarán en pie de igualdad con nosotros.

Para concluir, la pregunta es: ¿Cómo queremos convivir con los demás seres vivos en la naturaleza? En especial los primates no humanos. Los derechos básicos son muy adecuados para discutirlos. Con este tipo de iniciativas, se busca desencadenar un cambio de paradigma. Por ello, los ojos de los activistas por los derechos de los animales en todo el mundo están ahora puestos en Basilea. Los derechos de los animales están presenciando una nueva generación de derechos. ¿Estarán los primates humanos dispuestos a conceder a sus parientes cercanos no humanos sus propios derechos básicos? Una primera decisión se tomará el 13 de febrero de 2022.