25 octubre,2021 5:37 am

Primero los jóvenes

Silvestre Pacheco León

 

Si en México la estrategia para combatir la pandemia de Covid-19 ha sido la correcta desde el punto de vista de las organizaciones Panamericana y Mundial de la Salud porque el gobierno determinó que el sector prioritario a proteger con la vacuna contra la pandemia era el de la tercera edad, debido a que  los adultos mayores son los más vulnerables de la sociedad, en el combate a la violencia que azota al país la clave está en atender primero a los jóvenes porque de ese sector proceden los elementos que el crimen organizado copta para entrenarlos como sicarios que alimentan esa guerra sin cuartel por el control del territorio que tantas muertes produce.

Como dice el sociólogo Armando Bartra, para resolver de raíz el problema de la violencia e inseguridad que padecemos, la 4T debe acuñar la frase “Primero los Jóvenes” aplicándose a la atención de ese sector que representa casi el 25 por ciento de los mexicanos que a propósito ha sido olvidado por todos los gobiernos neoliberales sabiendo que de ellos se nutre la delincuencia para formarlos como sicarios que participan diariamente en el drama de la disputa armada para imponer la ley de la selva donde todos parecemos rehenes.

El también filósofo de origen español nacionalizado mexicano reflexiona acerca de ese tema que sigue siendo el reto mayor para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, recordándonos que vivimos una guerra provocada por el propio modelo económico privatizador representado por los gobiernos neoliberales cuyo mayor crimen consiste en enfrentar jóvenes contra jóvenes porque del lado del gobierno quienes los combaten como soldados y policías son también jóvenes.

Se trata pues de jóvenes que matan a otros jóvenes produciendo una masacre de miles de muertes que enlutan a muchas familias y desangran a la nación desperdiciando inútilmente a una parte de la población que se necesita para construir el futuro.

Los gobiernos neoliberales construyeron una gran mentira para justificar el abandono del sector juvenil. Lo hicieron en el mismo sentido con el que manejaron el salario mínimo del que aducían que era riesgoso aumentarlo porque provocaba inflación, aumento de precios que descontrolaba a la economía mientras ellos lucraban obteniendo mayores ganancias frente a la miseria salarial de los trabajadores.

El salario mínimo establecido en la Constitución como el monto necesario para la manutención de una familia fue reduciéndose con tal celeridad en la historia del país que pronto dejó de alcanzar para pagar la luz, el gas, los paseos, la escuela, la salud, hasta que México se convirtió en ejemplo de docilidad de la clase asalariada por lo mínimo que podía llegar a ser el salario sin provocar una revuelta popular.

Gracias a que los trabajadores nunca creyeron en semejante patraña lograron poner un alto a esa política expoliadora con su enorme voluntad de cambio que emergió en el año 2018 con el triunfo electoral de la coalición Juntos Haremos Historia.

Por eso entre las medidas más sorprendentes del gobierno actual se cuenta el aumento de más del 30 por ciento que ha tenido el salario mínimo sin provocar inflación, contrario a lo que sostenían los neoliberales.

En el caso de los jóvenes la política en su contra comenzó con las medidas oficiales para adelgazar al Estado aduciendo que era demasiado obeso, que era urgente quitarle la administración de tantos bienes cuyo manejo era propio de la iniciativa privada, que lo moderno de los Estados era crear las condiciones para darle toda la facilidad a los patrones para que ellos se hicieran cargo de lo que es su finalidad, sometiendo a los trabajadores también a las leyes del mercado en tanto que ofrecen su fuerza de trabajo como mercancía para que fuera la oferta y la demanda la que resolviera la política salarial.

Cuando los servicios básicos de salud y educación comenzaron a ser privatizados, el efecto que vivieron las familias fue la imposibilidad de sostener los gastos de los hijos como estudiantes obligados a dejar la escuela por la imposibilidad de pagarla y  buscar empleo para aportar al gasto de su manutención.

Esas fueron las secuelas de las privatizaciones. El remate de todos los bienes públicos que casi termina desmantelando los sectores estratégicos de la energía como Pemex y la CFE para las empresas trasnacionales fue todo resultado de la política depredadora del PRIAN a favor de los empresarios más corruptos.

Después de quitarle las opciones de trabajo y estudio a los jóvenes, el régimen neoliberal se dedicó a denostarlos culpándolos de ser ellos los responsables de la situación en la que se encontraban con el cuento de que en el régimen de libertad y democracia que teníamos todos podían buscar las opciones para realizar sus sueños, con la engañifa de que los que no progresan son los que no quieren y están conformes con su situación.

De ahí devino esa descomposición social y familiar porque muchos adultos en vez de entender el origen de la situación por la que atravesaban los jóvenes se sumaron al coro  de  la patraña salinista de que el que quiere puede, lo cual es realidad mientras no todos quieran trabajo porque como eso lo resuelve el mercado, la oferta y la demanda, puedes conseguirlo si te decides a ser esclavo, bueno ni siquiera esclavo porque en esa condición no importa mucho tu rendimiento y tienes la comida y el techo asegurados.

Lo que el régimen neoliberal ofrecía a los jóvenes eran salarios de hambre como es la regla del sistema capitalista en el que se cumple la ley del famoso ejército de reserva, la mano de obra libre que siempre está disponible para contratarse por el salario que sea.

Gracias a que en el 2018 los ciudadanos salvaron al país del régimen de privatizaciones y adelgazamiento del Estado, los jóvenes que representan la cuarta parte de la población están ahora en el primer lugar de la atención para el actual gobierno y en Guerrero esto tiene especial relevancia porque son poco más de 800 mil los paisanos entre 15 y 29 años que deben realizar sus sueños de estudio y progreso.

Para ellos se han creado alternativas aplicando los programas que consisten en dotarlos de las condiciones materiales para que quienes buscan trabajo puedan conseguir una plaza y los que desean estudiar tengan un ingreso económico y un espacio en las instituciones educativas.

Que ninguno de ellos se quede sin trabajo ni estudio, que no tengan necesidad de emigrar ni de caer en las redes delincuenciales, que no haya ni un profesional más sin una plaza bien remunerada, que todos tengan acceso a la salud, a la recreación y al deporte. Ni un joven más para el sicariato, todos a la escuela que para eso llegó el gobierno del cambio.

Para ello el gobierno de la 4T ha diseñado los programas de becas de Jóvenes escribiendo el futuro dedicado a quienes estudian en escuelas superiores y tienen problemas económicos, así como el programa de Jóvenes construyendo el futuro que provee de empleo a las personas mayores de 18 años y hasta 29 como aprendices en centros de trabajo donde pueden aprender algún oficio que les facilite conseguir empleo permanente.

Ése es el camino contra la violencia y la inseguridad, para alcanzar la paz social en el estado con progreso y bienestar, Primero los Jóvenes.