14 diciembre,2017 8:13 am

Promueven el proyecto Folio, la primera colección pública de libros de fotografía

Ciudad de México, 14 de diciembre de 2017. El término se queda corto, pues varias de las formas que han adoptado los artistas de la lente para publicar sus trabajos son difíciles de calificar como libros o fotolibros.

Hay ejercicios impresos en papel periódico, del que se puede desprender cada página para colgarlas en un muro y hacer una exposición, o hay otros que sólo incluyen las tapas de serigrafía. El dueño está a cargo de imprimir las hojas, descargándolas de Internet.

Mariela Sancari, fotógrafa y artista visual, coordina el proyecto Folio, la primera colección pública de fotolibros, basada en la biblioteca del Centro de la Imagen, la primera de su tipo en la Ciudad de México.

“Es un soporte que los fotógrafos y artistas visuales están usando mucho. Es considerado como obra, a diferencia de un catálogo, pero había muy poco material de consulta de fotolibros. La biblioteca tiene muchos años y tiene un acervo enorme, pero no de esto”, explica.

De eso se dio cuenta al estar investigando en 2014 sobre fotolibros, que sólo pudo consultar por Internet.

“Aquí en México es muy difícil tener acceso a ellos porque la mayoría se publican en Europa y el costo del envío es muy caro para nosotros, por eso era importante tener una biblioteca pública, para que todo mundo pudiera venir a consultar”, agrega Sancari.

Además, los fotolibros suelen tener tirajes cortos, de máximo mil 500 ejemplares, a veces son hechos a mano, lo que reduce cuántos habrá en el mercado. Además son costoso, por lo menos 500 pesos.

 La colección Folio incluye los ejemplares que ya existían en la biblioteca, que representan una tercera parte del acervo total que se tiene ahora, de unos 300 ejemplares, la mayoría donados por editoriales independientes y artistas.

Sancari lanzó una convocatoria a la que respondieron de todas partes del mundo, desde Singapur a Los Ángeles, con materiales del holandés Erik Kessels, la española Cristina Demiddel, de la editorial bonaerense La Luminosa, o del mexicano Alejandro Cartagena.

La coordinadora de Folio explica que desde hace varios años los artistas de la lente decidieron utilizar el formato del fotolibro para dar a conocer su trabajo, dejando de lado los formatos tradicionales, como los grandes libros, de pasta dura, con mucho texto.

“Muchos artistas jóvenes entendieron que no tenían que esperar hasta tener 70 años para publicar un libro”, dice.

Ahora, el objeto en sí es pensado como una obra, tomando en cuenta qué tipo de impresión tendrá, en qué formato y tipo de papel, como parte de su discurso.

“Cada vez es más difícil exponer en museos o galerías, por eso hay que autocrearse oportunidades”, señala.

A la par con la formación de la colección, cada dos años se realizará el Encuentro Folio, cuya primera edición ya concluyó y la próxima será hasta 2019.

En el encuentro hay charlas, conferencias y acciones performáticas, como las sesiones de Book Jockey, haciendo referencia al término Disc Jockey (DJ), que consiste en que una personas utiliza varios fotolibros y los mezcla al momento, para darle una narrativa distinta, explica Sancari.

Para la primera semana de febrero, la Semana del Arte en la Ciudad de México, habrá algunas actividades de éstas.

La biblioteca del Centro de la Imagen está abierta para consulta diariamente.

Para más información sobre el acervo está la página www.folio.com.mx.

 

Texto: Lourdes Zambrano / Agencia Reforma/ Foto: Mariela Sancari (Facebook).