16 febrero,2019 7:47 am

Proyecta Gonzalo Celorio abrir la Academia Mexicana de la Lengua al público

Al asumir la dirección de la institución fundada en 1785, dijo que se propone cambiar su imagen “como una especie de cónclave de ancianos privilegiados que se dedican al estudio filológico”.
Ciudad de México, 16 de febrero de 2019. En su primer día como director de la Academia Mexicana de la Lengua (AML), el escritor Gonzalo Celorio ya tiene claro que, de cara a la sociedad, la institución que ahora encabeza tiene una imagen que necesita borrar del imaginario colectivo.
“No deja de ser interesante que la Academia, por más que se dedique al estudio de la lengua como un organismo vivo y a todas sus expresiones, incluyendo obviamente las expresiones populares, sea vista todavía en términos muy generales como una especie de cónclave de ancianos privilegiados que se dedican al estudio filológico”, reflexiona, con humor, en entrevista.
Narrador y ensayista, Celorio fue elegido el pasado jueves para suceder al poeta Jaime Labastida como director de la Academia, una de las instituciones mexicanas más longevas, fundada en 1875.
“La Academia es un institución viva, tan viva como la lengua que estudia y creo, pues, que debemos estar más presentes en el ámbito de la cultura nacional”, abunda.
Su plan para la institución, explica, contempla continuar y fortalecer algunas acciones ya cotidianas de la AML, como el trabajo a partir de la comisión de consultas, que atiende las dudas lingüísticas que le son presentadas.
También, continuar con la construcción de una base de datos con el corpus diacrónico y diatópico del español americano, con modalidades y expresiones lingüísticas del español a lo largo de cinco siglos.
No obstante, Celorio (Ciudad de México, 1948) pone también el acento en abrir la Academia al público en general.
“Lo que quiero plantear ahora en esta nueva etapa es que la vida de la Academia, que está integrada por tan notables intelectuales, científicos, académicos, traductores, filólogos de tan diferentes áreas, pueda ser mejor apreciada por la comunidad cultural mexicana. Creo que la Academia Mexicana todavía es un tanto ensimismada”, diagnostica.
Entre sus planes para remediarlo está abrir la sesión quincenal en la que, por turnos, los miembros presentan una conferencia a sus pares.
A falta de una sede con auditorio –un problema longevo de la institución–, Celorio estima que esto podría hacerse, en principio, a través de los medios digitales.
“(Las conferencias) son realmente de un interés fascinante porque la Academia, si bien es cierto que está integrada por personas íntimamente vinculadas con la lengua española, proceden de áreas en el conocimiento diferentes”, celebra.
Para el autor de Y retiemble en sus centros la tierra, quien ingresó a la AML en 1996, la institución también debe adquirir un papel más activo para acompañar y asesorar políticas públicas.
“Creo que, ante los nuevos tiempos políticos de nuestro país, la Academia debe tener una mayor incidencia en los asuntos educativos, en lo que hace al conocimiento y al uso de la lengua española”, detalla.
Próximamente buscará reunirse con autoridades de la Secretaría de Educación Pública, cabeza de sector de la AML, para buscar la forma de involucrarse en sus programas.
“Los sistemas de evaluación que tenemos sobre el conocimiento y el uso de la lengua española son reveladores de una situación muy deficitaria, muy deficiente; creo que la Academia puede contribuir de manera muy enfática en mejorar las competencias lingüísticas, expresivas, comunicativas de nuestra comunidad”, vaticina.
Aunque no compromete tiempos, por la incertidumbre del financiamiento y las complicaciones logísticas, Celorio espera que la nueva sede de la AML, en Coyoacán, pueda terminarse pronto. Uno de sus planes al respecto es abrir la copiosa biblioteca de la institución al público.
Para el director, quien estará en el cargo hasta 2023, el reto de abrir la Academia al público apenas comienza.
Rumbo del FCE
Gonzalo Celorio, quien fue director del Fondo de Cultura Económica, estima que los esfuerzos para promover la lectura encabezados por su actual encargado de despacho, Paco Ignacio Taibo II, no tendrían que estar peleados con la vocación inicial de la editorial paraestatal.
“Creo que el Fondo puede seguir siendo la gran editorial de excelencia de estos títulos importantísimos para la vida cultural del país y, al mismo tiempo, tener también un sistema de distribución y de divulgación y de fomento a la lectura en términos más amplios”, estima.
Texto: Francisco Morales V. / Agencia Reforma / Foto: Agencia Reforma