17 octubre,2023 5:29 am

Que decida el pueblo

Arturo Martínez Núñez

 

La encuesta aparecida ayer en el diario El Universal, que mide a los aspirantes a ser los coordinadores de los comités de defensa de la cuarta transformación, coloca a Omar García Harfuch a la delantera con una ventaja de 12 puntos sobre su más cercana competidora, Clara Brugada.

Esta ventaja es prácticamente imposible de alcanzar. Llama la atención el 16 por ciento de apoyo a Hugo López Gatell y el 4 por ciento para Mariana Boy.

De no ocurrir una externalidad verdaderamente atípica, Omar García Harfuch se estaría convirtiendo en el Coordinador de Morena en la Ciudad de México, dejando a su paso una serie de obstáculos y motivando una serie de reflexiones.

En primer lugar, llama la atención la poca fe que los que decimos ser seguidores de Andrés Manuel López Obrador tenemos en su palabra: Andrés dijo que no se metería en los procesos electorales y no lo ha hecho. Dijo que habría de pasar el bastón de mando de nuestro movimiento y lo hizo. Dijo que el pueblo, a través de la consulta directa, era el que habría de decidir quiénes son los candidatos de Morena y eso va a ocurrir.

Segundo: muchas y muchos se sienten con privilegios al haber sido fundadores o provenir de la izquierda histórica, pero en nuestro movimiento no existe el pedigree ni el derecho de tanto ni el derecho de apartado: el que gana la encuesta encabeza las candidaturas.

Tercero, durante semanas, Omar García Harfuch ha sido blanco de todo tipo de ataques que lejos de debilitarlo lo han fortalecido. La joven nomenclatura de Morena mira con alarma cómo ante sus ojos, se diluye la posibilidad de heredar la popularidad del presidente López Obrador. Y por ello rechazan a Omar García, por ser externo, por no ser “de los nuestros”, por no ser “nacido en la izquierda”. Lo rechazan, sobre todo, porque Omar no tiene compromiso con nadie, porque no ha militado y no va a entrar al juego de las tribus que aunque de manera oficial no existen en Morena, todos sabemos que están ahí como un incómodo elefante en la habitación que a todos incómoda pero del que nadie habla.

La miopía y lo obtuso de muchos compañeros nos hace recordar por qué durante décadas la izquierda partidista mexicana fue electoralmente irrelevante y sus incursiones únicamente testimoniales: la ortodoxia y la solicitud de certificados de autenticidad, nos hacían poco competitivos en la arena electoral.

Hoy tenemos la posibilidad de conservar la Ciudad de México, bastión electoral de la izquierda desde 1997, al tiempo que ganamos la presidencia de la República. Muchos están preocupados tratando de mantener sus feudos y parcelas. En lugar de ver el bosque siguen preocupados por la rama de su árbol. En el intento han perdido las formas y el estilo. Acusan a Omar de ser “policía” como si el mero hecho de serlo fuera sinónimo de maldad. Han cometido uno de los errores más comunes: creer que atacando al rival y hablando mal de él, provocarán el crecimiento de su candidatura favorita. Están dispuestos a quemar su casa con tal de ver la del vecino arder.

Estas actitudes los muestran de cuerpo completo: en realidad no aceptan ni les gusta la opinión del pueblo, piensan que al pueblo hay que explicarle quién es quién.

López Obrador y ahora Claudia Sheinbaum, dan cátedra de política de alto nivel al apostar por las mejores mujeres y los mejores hombres. Por los mejores posicionados, los más competitivos.

Y ya han anunciado, lo hizo el propio presidente del partido Mario Delgado en Chilpancingo, que todas, absolutamente todas las candidaturas del 2024 serán decididas por el mismo método. Y sin embargo hay muchos que desean que regrese el dedazo, siempre y cuando sea para señalarlos a ellos.

A partir del 2024 una nueva correlación de fuerzas pintará el mapa político del país. Y al interior de Morena será lo mismo. Las madres y los padres fundadores, ocuparán algún lugar, el que hayan construido, pero los liderazgos regionales habrán de cambiar de manos y el centro de gravedad se moverá de sitio.

Muchas y muchos siguen creyendo que López Obrador dictará línea desde su rancho pero se van a quedar con las ganas. Andrés Manuel entiende mejor que nadie, que la única vía para alcanzar la grandeza es la desaparición del ojo público. Él ya nos mostró el camino, dependerá de nosotros si lo continuamos o nos regresamos.

 

PD: Clara Brugada es sin duda y por mucho la mejor gobernante a nivel municipal que ha tenido Morena. La transformación de Iztapalapa es simplemente impresionante. Clara debe de mantener un papel de primera línea en el gobierno federal. No podemos darnos el lujo de desperdiciar tanto talento.