25 agosto,2020 4:56 am

Quedan madres con la responsabilidad de vigilar clases, y además seguir sus actividades cotidianas

En una colonia de Chilpancingo una de ellas reconoce que no es fácil porque no tienen estudios de primaria concluidos ni la capacidad de educar a sus hijos, que toman clases ahora por televisión. Madres reconocen la labor de las maestras y maestros al cuidado de sus hijos en los salones de clases

Chilpancingo, Guerrero, 25 de agosto de 2020. En las colonias apartadas y pobres de Chilpancingo las mujeres se quedaron en casa al cuidado de los niños y con la responsabilidad de su educación frente a la televisión, además de realizar tareas habituales cotidianas como limpieza y comida.

Las madres de familia reconocieron la gran labor de las maestras y maestros al cuidado de sus hijos en los salones de clases, no es fácil para ellas porque no tienen estudios de primaria concluidos, y dicen que no tienen la capacidad de educar a sus hijos.

En la colonia Amate, a unos metros de la escuela primaria Luis Donaldo Colosio vive la señora Laura Bello Hernández. Tiene dos hijos, el menor pasó a tercero de preescolar, las mayor a cuarto de primaria. Ambos estuvieron ayer frente a la televisión ubicada en la recamara de los padres.

Una pequeña reja de madera da la bienvenida en la casa de la mujer de 31 años. La puerta no es distinta a las paredes y el techo de lámina de asbesto. Tiene piso, afuera un gran corredor, y dos cuartos.

En la sala, que es de unos cuatro metros cuadrados, la mujer coloca dos sillas para las visitas. Su hija mayor está en el cuarto pendiente de sus clases de primaria en el canal 7.3 de televisión abierta.

Arriba de un ropero, un televisor análogo con un decodificador digital, es la maestra. Su hija desde la cama toma nota y está pendiente de lo que se dice en la televisión, pero su responsabilidad no inicia a las 9 de la mañana sino una hora antes.

La mayor es quién está al pendiente y es la guía del hermano menor que tiene sus clases de 8 a 9 de la mañana. A esa hora una vecina de la mujer llegó con su hijo a su casa porque no tiene televisión y pasó al primer grado de primaria. Laura dice que ayer no vio mucho conflicto entre sus dos hijos.

El niño menor es quien más extraña a su maestra y a sus compañeros: “mamá, mi maestra me decía que esto se hace así, y me ayudaba”. La mujer dice que insiste en explicarle al menor que pronto regresará a la escuela y que mientras ella será su maestra y que también tendrá sus actividades de juego y receso en su casa.

Ella ha estado en contacto con las profesoras de sus hijos por mensajes, donde le dan las indicaciones como los horarios de las clases, los trabajos y el material escolar a ocupar que para su fortuna con la crisis económica que vive, es poco, tres libretas y unos lápices fue lo que compró. En el trabajo a su esposo le regalaron dos paquetes de útiles escolares.

Su esposo le dijo que ella se tendría que quedar en casa al cuidado de la educación de los menores, él tampoco terminó la primaria, y trabaja de chofer en una casa de venta de material de construcción. A la semana gana mil 200 pesos.

Ella antes de la pandemia era contratada en casas de vecinos para hacer el aseo, las medidas sanitarias y el miedo de sus empleadores a contagiarse de Covid-19 la dejaron sin empleo.

Una mujer de edad avanzada fue la única que aun le marcaba para hacerle el aseo, sin embargo el viernes fue el último día que Laura se presentó a trabajar y dio aviso que ya no podría ir, por estar al pendiente de la educación de sus hijos.

Dice que su esposo no la ha dejado sola en la responsabilidad de la enseñanza. El sábado y domingo estuvo con sus dos hijos repasando el abecedario, los vocales, las tablas de multiplicar y las operaciones básicas de matemáticas. Laura sonriente afirmó que para ella y su esposo, es que junto con sus hijos ellos también aprenden.

–¿Ahora sí valoran a los maestros?

–Pues sí. Una señora me dijo por WhatsApp que viene el cumpleaños de uno de los maestros, y sugirió una cooperación para regalarle algo.

Sin embargo Laura dice que el mejor regalo que le pueden dar es que ellas como madre estén atentos a sus hijos, para que cuando llegue la hora de regresar a las aulas tengan el conocimiento necesario.

Me siento más seguro en casa

En la colonia Renovación al norte de Chilpancingo está la casa de la señora Yolanda Rojas Castro. Tiene tres hijos, uno cursará el cuarto año de primaria, otro pasó a primero de secundaria y la mayor a tercero de secundaria.

Son las 11 de la mañana afuera de su casa en un improvisado fogón, hay una olla donde hierve jitomate, chiles verdes y cebolla. Su hijo Brayan Alexis y Luis Ángel de 14 años entran repentinamente a la casa de la tienda con tortillas, huevos y un refresco de cola de dos litros. Es la hora del desayuno.

Los hijos de la mujer comenzarán hasta el día de hoy sus clases frente a la televisión, desde el domingo ella reprogramó el televisor para ver los canales educativos, pero el 3.3 aún no está habilitado.

Luis Ángel dice que no extraña la escuela, incluso se siente más seguro en  su casa estudiando, que caminar por la mañana rumbo a la telesecundaria de su colonia.

–¿Porqué te sientes seguro aquí?

–Sí, porque luego había una camioneta negra que se paseaba por la escuela. Dicen que robaban niños.

Sonrojado por la entrevista y la cámara fotográfica explicó que la nueva modalidad de clases le parece bien. Contó que ya habló con su maestra por teléfono.

Hoy irá con su madre por sus libros a la escuela. Él dice que va a prender más en casa, incluso que siente emoción por la primera clase que tomará mañana.

El adolescente egresó de la primaria con un promedio de 8 de la primaria Pedro Ascencio, confundido aun con su horario de clases dice que estará desde las 7 de la mañana hasta la 1 de la tarde.

Luis Ángel quiere ser arquitecto, afirma que es bueno para las matemáticas, tuvo un promedio de 8 en la materia. Para el regreso a clases sus padres le compraron cuatro libretas.

La televisión que ocupará con sus otros dos hermanos está en la sala de su casa, todos estarán sentados en un sillón azul. Su hermanos Brayan pasó a cuarto año. La mamá de los menores es la que estará al pendiente de los tres mientras su papá va a trabajar.

Maestra espera que valoren su trabajo

A las afuera de la escuela primaria Caritino Maldonado Pérez ubicado en la colonia Galeana, la profesora María Magdalena Mejía Martinez daba indicaciones a algunos padres de familia con dudas de los libros y cuadernillos que sus hijos utilizaran durante este ciclo escolar viendo la televisión.

Ella tiene 62 años y más de 34 años de servicio, dice que su pasión es compartir el condimento con los menores, en su mente no ha pensado en jubilarse, con un porte firme dice que su pasión es dar clases y que en el salón de clases estará “hasta que el gobierno me corra”.

Recordó que desde que inició la pandemia de la Covid-19 para ella, sus compañeros y los padres de familia fue frustrante, y para los niños fue “peor” porque no tenían a quién recurrir de manera inmediata para resolver las dudas de sus aprendizajes.

La profesora indicó que a ellos como trabajadores no les ha quedado otra más que seguir los nuevos lineamientos que ha dado la autoridad educativa federal y del estado, “estar pendiente y darles una orientación a los padres de familia, si así lo requieren”.

Ella atiende el grupo de segundo año con un estimado de 40 alumnos, en el plantel que tiene poco más de 500 estudiantes. Dice que para los padres es titánico estar pendiente de sus hijos frente a la televisión porque muchos trabajan, y las madres tienen quehacer las actividades del hogar o ir a trabajar “no tienen el tiempo de estar con ellos”.

La profesora dice que de los 40 alumnos, 22 no tienen el acceso a internet, televisión, una computadora de escritorio o portátil, y tampoco los padres y madres tienen el tiempo para estar con ellos frente al televisor porque trabajan. Con estos alumnos se trabajará mediante trabajos en casa y un seguimiento puntual con los padres a través de la aplicación de mensajería de Whatsapp.

“El niño requiere que los padres de familia estén al pie, en el horario que ellos elijan, porque lo pueden hacer en tres horarios distintos. Es importante que un adulto esté con ellos, porque a esta edad los niños se distraen con mucha facilidad”.

La profesora esperó que los padres de familia valoren el trabajo que realizan los maestros en las aulas, porque la propia sociedad los tachaba “de lo peor, ahora que se dio esta pandemia espero que los padres valoren a los profesores. Porque también nosotros somos papás, somos responsables, somos los que les enseñan, los cuidamos, estamos al pendiente la mayor parte del día de sus hijos”.

Durante el recorrido realizado a las colonias se trató de entrevistar a padres en el fraccionamiento Suspeg de Chilpancingo, al igual que en la colonia Los Ángeles y el Barrio de San Mateo, sin embargo al tocar las puerta de las casas los padres indicaron que estaban ocupados, y hubo quien expresó su desconfianza de dar su testimonio en el primer día de regreso a clases.

Texto: Jacob Morales / Foto: Jesús Eduardo Guerrero