El quarterback Derek Carr guía a Las Vegas a su primer triunfo en Thanksgiving desde 1968
Ciudad de México, 26 de noviembre de 2021. La afición de Dallas va a tener pesadillas con Anthony Brown.
Irónicamente, el esquinero de los Vaqueros fue la clave para que los Raiders pudieran sacar una victoria en tiempo extra 36-33 del AT&T Stadium de Arlington, donde ni siquiera la excelente actuación de Dak Prescott pudo salvar a los locales.
Brown fue autor de cuatro castigos por interferencia de pase, todos ellos cuando los Raiders jugaban tercera oportunidad.
Todo comenzó con dos en el primer cuarto, tras pases largos de Derek Carr, quien identificó a Brown como el eslabón más débil de la defensa vaquera y volvió a aprovecharlo en el tercer periodo, nuevamente atacando al esquinero mano a mano.
Sin duda, el más doloroso para Dallas fue el último, cometido en el tiempo extra y en situación de tercera y 18, justo después de que Micah Parsons había detenido a Carr detrás de la línea de golpeo, alejando a Las Vegas del rango de gol de campo.
El castigo fue el último clavo en las esperanzas de unos Vaqueros que remaron contracorriente todo el partido. Daniel Carlson conectó el gol de campo de la victoria con un patadón de 29 yardas.
A los castigos de Brown se sumaron errores puntuales de Greg Zuerlein, el pateador de Dallas, quien erró un punto extra y un gol de campo que pudieron ser la diferencia en un partido donde Dallas 27-19 entrando al último cuarto.
Además, los Vaqueros fracasaron en su intento por lograr una conversión de dos puntos, más unidades que terminaron por hacer falta para su causa.
Aún con la ausencia de CeeDee Lamb (conmoción) y Amari Cooper (Covid-19), Prescott registró 375 yardas lanzadas, 209 de ellas en el periodo final, incluyendo dos pases de anotación.
Del otro lado, Carr guió a Las Vegas a su primer triunfo en Thanksgiving desde 1968 y tuvo números similares (373 yardas y 1 TD), rompiendo el récord de franquicia de más yardas lanzadas en Acción de Gracias.
Conserva Detroit “intacta” su derrota en el jueves de fiesta
Víctimas de errores propios y de un excelente manejo de reloj de Andy Dalton, el quarterback rival, los Leones de Detroit sufrieron su tradicional derrota de Thanksgiving ayer.
Por lástima para los Leones, perder juegos no solo es una costumbre en Día de Acción de Gracias, donde tienen marca de 37-43-2, sino que la caída por 16-14 ante los Osos de Chicago prolongó a 15 su racha de partidos sin conocer la victoria.
La última victoria fue hace casi un año, el 6 de diciembre de 2020, precisamente ante los Osos, que se llevaron el triunfo gracias a un gol de campo de Cairo Santos en la última jugada del partido.
Dalton fue el encargado de poner a Santos en esa situación. El ex pasador de Dallas comandó una ofensiva de 18 jugadas y 69 yardas en 8 minutos y 30 segundos para drenar el reloj y dejar a Detroit sin oportunidad de responder.
Andy, titular tras la lesión del novato Justin Fields, superó dos situaciones en tercera oportunidad durante la última serie del juego para convertirse en el héroe de Chicago, que dejó en cinco su marca de derrotas consecutivas.
Su contraparte, Jared Goff, tuvo la oportunidad de aumentar la ventaja para los Leones, que ganaban 14-13 antes de esa última serie ofensiva, pero su línea ofensiva se cansó de cometer castigos y poner la situación cuesta arriba, hasta que Detroit tuvo que entregar el balón.
Josh Allen lanza cuatro pases de TD y Bills gana 31-6 a Santos
Aplastantes. Así fueron los Buffalo Bills, con un Josh Allen impresionante por aire y por tierra, acompañado por una ofensiva avasalladora y una defensiva golpeadora y que detuvo todo. El triunfo 31-6 sobre New Orleans Saints resultó justo.
Allen, a pesar de sufrir dos intercepciones, lució gigantesco. Cuatro pases de touchdown, 260 yardas y sobre todo: 23 pases completos de 28 enviados, además de 43 yardas terrestres en 8 acarreos le dieron forma a la victoria.
Jugadores como Stefn Diggs, Davin Singletary y otros como Cole Beasley y Gabriel Davis, siguen en un gran momento y no tuvieron problema para avasallar a sus contrarios.
Los Saints por su parte, siguen demostrando los estragos de la reestructuración. La era post Brees es dolorosa y cuando no se tiene un quarterback de elite, sucede lo de este jueves.
Trevior Siemian, aunque impetuoso, se vio por momentos sin idea. Cierto, lanzó un pase de touchdown, pero la sinergia con su ofensiva nunca se dio al 100 por ciento.
A lo anterior hay que agregar las ausencias de Alvin Kamara y Mark Ingram, ambos lesionados y claves en el ataque terrestre de Nueva Orleans, que ante los Bills desapareció.
Texto: Staff / Agencia Reforma
