Texto: DPA / Foto: Archivo Xinhua
La Habana, Cuba, 12 de marzo de 2018. Desde que Raúl Castro asumió de manera interina la presidencia de Cuba en 2006 y después fue elegido como mandatario en 2008 y 2013, una de sus principales preocupaciones ha sido la de garantizar en el poder un relevo sin sorpresas, para garantizar la transición interna dentro del propio socialismo.
“Prácticamente ya estamos en ese futuro del que tanto se hablaba, que tenía que llegar ese momento de una transición”, aseguró José Ramón Machado Ventura, segundo secretario del poderoso Partido Comunista de Cuba. “Ya se empieza a materializar y debe ser así”, aseguró a la televisión estatal.
En febrero pasado, el funcionario fue condecorado con el título honorífico de Héroe del Trabajo junto a otros dos históricos dirigentes de la Revolución, los comandantes Ramiro Valdés y Guillermo García Frías.
Raúl Castro les entregó la condecoración el domingo en los salones restaurados del Capitolio Nacional de La Habana “como justo reconocimiento a la obra de una vida entera”, dijo el mandatario en una ceremonia que sonaba a despedida para los veteranos guerrilleros.
“Hemos recorrido un largo camino y difícil, pero lo hemos recorrido honrosamente junto a nuestro pueblo”, dijo Raúl Castro al concluir un acto cultural, en sus únicas declaraciones públicas durante la jornada electoral.
“Algunos escuchan cantos de sirena y anuncian el fin de la ‘era Castro'”, escribió hoy el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba en su cuenta de Twitter.
La cancillería cubana aseguró que “el próximo presidente podrá no tener ese apellido; pero será, sin duda, un hijo de la Revolución, la de #FidelCastro, #RaúlCastro…formado en ella, y la seguirá llevando adelante junto al pueblo de #Cuba”.
El cambio presidencial se realizará el próximo 19 de abril, cuando se reúnan los diputados electos este domingo para la Asamblea Nacional y entre ellos elijan al nuevo presidente del Gobierno de Cuba.
Aunque el sucesor todavía no ha sido anunciado oficialmente, todas las miradas apuntan hacia el actual vicepresidente primero Miguel Díaz-Canel, un ingeniero de 57 años que este domingo votó pidiendo la participación del pueblo cubano en las elecciones como un signo de respaldo a la Revolución que está siendo “atacada y amenazada” por Estados Unidos.
La principal característica del cambio presidencial que se realizará será “pasar del liderazgo carismático de la generación histórica al liderazgo más institucional de las nuevas generaciones”, aseguró a DPA el ex embajador cubano Carlos Alzugaray.
Alzugaray ve como un reto para Díaz-Canel dirigirse a las actuales generaciones más jóvenes, que tras la caída del aliado soviético “hicieron la secundaria y el preuniversitario en épocas de crisis y con un socialismo en discusión”.
Con la previsible llegada de Díaz-Canel al relevo presidencial en abril se vivirá el momento en el que la denominada “dirección histórica”, que participó en la lucha guerrillera en la Sierra Maestra contra la dictadura de Fulgencio Batista, ceda el paso a la nueva generación nacida en Revolución.
Como buen estratega militar, Raúl Castro ha ido preparando su despedida. El pasado martes al concluir la XV Cumbre del ALBA en Caracas, cerró su discurso con un mensaje de adiós. “Hablo en nombre de nuestra Revolución y de nuestro pueblo, como lo hará mañana desde esta posición cualquier otro patriota cubano”, expresó.
Así, reiteraba en público lo que ya había anunciado en varias ocasiones: que no continuaría en la presidencia. Pero todavía en la isla esas palabras impactan a los cubanos que han estado acostumbrados a vivir durante décadas con la dirección de los hermanos Castro.
“Cada vez que uno oye eso en cierto modo lo impacta, pero esta especie de transición no traumática la llevan preparando Fidel y Raúl desde hace muchos años poniendo en puestos claves a gente muy joven”, aseguró a la televisión estatal Abel Prieto, ministro de Cultura de Cuba.
