4 mayo,2018 7:50 am

Reclaman feministas en el Senado eliminar dependencia económica y exigen igualdad

Texto: Tatiana Maillard/ Foto: Cortesía del Senado de la República
Ciudad de México, 4 de mayo de 2018. Académicas, líderes sindicalistas y trabajadoras independientes hablaron, este jueves en el Senado de la República, acerca de los retos que enfrentan las mujeres en el ámbito laboral, a más de un siglo de que las primeras feministas mexicanas se manifestaran por ejercer su derecho a la independencia económica, el empleo, la igualdad y la abolición de los concursos de belleza y simpatía en sus centros de trabajo.
La colectiva Las Constituyentes Feministas Cdmx organizó el conversatorio La mujer en el ámbito laboral y sindical, el cual duró dos horas y fue parte de la conmemoración del Día del Trabajo.
Entre las participantes estuvo la periodista Judith Calderón, ex secretaria general del Sindicato Independiente de Trabajadores de La Jornada (Sitrajor), quien en agosto del año pasado fue despedida de su puesto en el diario después de la huelga realizada por la disminución de sueldo y prestaciones establecidas en el Contrato Colectivo de Trabajo de ese medio.
También se encontraba Hermelinda Hurtado Guzmán, ex secretaria general del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (Situam), quien encabezó una huelga de 66 días –la más larga en la historia del sindicato– en 1998 y es una de los fundadores del Frente Nacional de Periodistas (Frenap).
Además se contó con la presencia Mary Carmen Larralde Hurtado, secretaria de Acción para la Mujer del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (STUNAM).
Las sindicalistas estuvieron acompañadas por la trabajadora independiente Karina Carranza y la maestra en Ciencias Económicas de la UAM Azucena Juárez.
 
Disparidad laboral
Durante su ponencia, Azucena Juárez advirtió que las reformas laborales –que han permitido esquemas de subcontratación como el outsoursing– han llevado a la precarización del trabajo. Mencionó que, desde 2005, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) ya no registra la tasa de desempleo sino la de “desocupación”, bajo la lógica de que la población ocupada es aquella que realiza una actividad económica, sin contrato, prestaciones o seguridad social, por lo que estar ocupado no garantiza los derechos laborales de un trabajador.
La académica advirtió que, a pesar de que la tasa de desocupación en México es de 3.55 por ciento (menor al 5.6 por ciento a nivel mundial), al menos 60 por ciento de las mujeres se encuentran en la informalidad laboral. Asimismo, indicó que, lejos de la creencia de que a mayores estudios corresponde un mayor ingreso, 50 por ciento de las mujeres trabajadoras en México reciben un ingreso menor a dos salarios mínimos.
Juárez subrayó que la brecha salarial entre hombres y mujeres es de 15 por ciento, por lo que las trabajadoras no reciben un mejor salario por su preparación. Aunado a ello, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2016, 74 por ciento de las trabajadoras sufren violencia emocional, 68 por ciento padecen violencia sexual y 9.8 por ciento son violentadas físicamente, sin que se denuncie a jefes, gerentes o líderes sindicales en la inmensa mayoría de los casos.
 
Un siglo sin soluciones
Hermelinda Hurtado Guzmán recalcó que “las demandas de mujeres trabajadoras aún son las mismas que en 1917”. Recordó que desde entonces, las exigencias incluían, aparte de la abolición de concursos de simpatía y belleza en los trabajos, igualdad salarial, independencia económica, educación sexual y erradicación de prácticas de abuso y hostigamiento en los espacios de trabajo. Recordó también que cuando estuvo al frente de la huelga más larga del Situam ella misma padeció discriminación y hostilidad laboral.
En esto coincidió Mary Carmen Larralde Hurtado, quien indicó que, a pesar del impulso que brindaron las mujeres al STUNAM entre 1972 y 1979, este sindicato no ha sido encabezado por ninguna mujer; y por otra parte, dijo, se mantienen vigentes prácticas como la exclusión, invisibilización, y la revictimización de las mujeres que denuncian hostigamiento y acoso en contra de sus compañeros hombres.
A estas prácticas se suman otras, como las acciones contrarias a las que indica el contrato, las celebraciones diferenciadas y el registro de cuántas veces asiste una mujer al baño y cuánto tarda, para después exigirle que lo repare con tiempo extra.
Finalmente, Judith Calderón expresó, respecto a los despidos de huelguistas de La Jornada, que “no somos víctimas. Nos quisieron pisar y dijimos que no”. Relató que, después de la huelga, el diario hizo 18 despidos y cuatro denuncias penales contra disidentes; y que 40 trabajadores renunciaron de manera voluntaria cuando se recortaron salarios y prestaciones establecidos en el contrato colectivo. Calderón adelantó que la carta de apoyo para la reinstalación de trabajadores en el periódico cuenta con 20 mil firmas de alrededor de 20 países.
 
Trabajo precario
Karina Carranza compartió su experiencia como estilista y vendedora de cosméticos. Carranza señaló que la falta de derechos en este tipo de trabajos y el discurso de ser la propia jefa, trabajar desde casa o emprender en la venta por catálogo, únicamente beneficia a las empresas.
Debido a la vigencia de la disparidad laboral, aunado a la amenaza de derechos laborales que representan la ocupación sin contrato o prestaciones, la colectiva Constituyentes Feministas Cdmx se pronunció por el goce irrestricto y con perspectiva de género de todos los derechos laborales, la denuncia sin represalias de prácticas como el acoso, el hostigamiento y la invisibilización, el derecho al trabajo digno y la erradicación de la violencia en centros de trabajo.