13 junio,2020 5:22 am

Recuento de lo ambiental

Octavio Klimek Alcaraz

 

En los días pasados, he conocido de diversas expresiones respecto al quehacer del sector Medio Ambiente y Recursos Naturales de la administración pública federal, actual y de décadas pasadas.

El tema ambiental es una causa noble por su propia naturaleza, ya que finalmente tiene que ver con la propia existencia de la vida humana. Sin duda, está claro que la pandemia de coronavirus y su vinculación con el deterioro ambiental del planeta se encuentran relacionadas, así que mucha gente se ha tomado en serio los problemas ambientales, lo que es una buena noticia. El deterioro ambiental no es tan difuso como pensaban muchos, y tiene consecuencias evidentes en nuestra vida diaria.

Los jóvenes, infantes, mujeres, intelectuales, se encuentran preocupados por la cuestión ambiental. En fin, la diversidad de actores sociales que se pronuncian por la defensa del ambiente es enorme.

Sin embargo, el problema ahora son los matices, las formas en que se explican las causas y consecuencias de dichas preocupaciones ambientales. Por eso, el reto es tratar de explicar cómo llegamos a tal desastre en el planeta y en México. Quiénes son los responsables reales de ese desastre ambiental, tanto en México, como en el planeta. Esa responsabilidad, además, debe tener consecuencias, no debe existir impunidad alguna.

Por eso, existe una verdadera batalla ideológica en el país y en el planeta, entre los conservadores del viejo sistema económico y social, que se debe transformar, contra aquellos que pensamos en un nuevo modelo de izquierda, que lleva necesariamente a ser ecológico.

El modelo de mercado, que le apuesta solamente a la ganancia económica, ya no es sostenible ni para el planeta ni para el país. Los sacrificados han sido la mayoría de la población y la naturaleza en que vivimos.

Las resistencias de algunos actores que han sido beneficiarios de dicho modelo son de todas las formas posibles, incluso tratan de manera engañosa de disfrazarse de ecologistas, sin entrar a las causas reales del problema ecológico, que ellos de formas múltiples han propiciado durante años. Por ello, en el caso específico de México, se han tratado de mimetizar e infiltrar, como ovejas con piel de lobo, en las causas ambientales. En especial, han aprovechado las coyunturas, como los anunciados recortes presupuestales en el sector Medio Ambiente y Recursos Naturales, que son producto de las circunstancias económicas en torno a la pandemia. Es obvio que nadie puede estar a gusto con recortes presupuestales en materia ambiental, el propio titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales ha anunciado de manera pública, que se está trabajando con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, para que este recorte no sea de la magnitud anunciada. Pero, la conducta constructiva, muy propositiva y de defensa del sector del propio titular, ni siquiera merece su reconocimiento de muchos de estos actores contrarios al actual gobierno. Pero más allá de la falta de altura de miras. Eso no les interesa, ya que su verdadero problema, como opositores con el actual gobierno en lo ambiental es estructural.

De manera evidente, dicha oposición ha impulsado una verdadera campaña mediática y en redes sociales contra la política ambiental, que trata de cambiar el desastre ecológico heredado. Eso necesariamente les incomoda y los afecta. Muchos de los actores supuestamente denunciantes de dicha política ambiental son de memoria corta y muy autocomplacientes con su propio desempeño en materia ambiental, tanto en su vida profesional, como personal seguramente. Es obvio, que existe un enorme pasivo ambiental acumulado, causado desde hace décadas de malos gobiernos coludidos con los grandes poderes económicos en el país, lo que no se acuerdan o relativizan muchos en sus mensajes de supuesta preocupación.

Tienen preocupaciones serias ya que se va haciendo realidad la separación del poder económico del político. La primera batalla ganada por este gobierno fue la de parar, con el apoyo de las comunidades, la academia y el movimiento ambientalista, la construcción leonina del nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en medio del vaso del lago de Texcoco. Un gran ecocidio frenado. Se han parado las autorizaciones para la operación de mineras en donde no pueden operar, como son las áreas naturales protegidas, o donde las comunidades dueñas del territorio así lo han decidido. Se ha logrado contener en el entorno de los centros de población, con cambios concretos en la legislación forestal, los cambios anárquicos de uso de suelo sobre las tierras forestales que ahí todavía quedan. Se han parado aquellos proyectos que ponen en riesgo el derecho humano constitucional al agua, de manera demostrativa esta el caso de la gran cervecera en el norte del país que pretendía instalarse en una zona con problemas reales de agua para suministrar a ese tipo de industria. En general, se está acompañando de manera constante a lo largo y ancho del país a los pobladores de los llamados infiernos ambientales, así denominados por el doctor Toledo, titular de la Secretaría del Medio Ambiente, para convertirlos algún día en regiones de la esperanza.

No olvidar la prohibición de importar el herbicida glifosato, usado especialmente en la siembra de la agricultura transgénica, aplicando el principio precautorio por la Secretaría de Medio Ambiente, por sus graves riesgo para la salud humana y los seres vivos de los ecosistemas. Eso es un mensaje de transformación total en los próximos años para la alimentación saludable a la que tenemos derecho todos los mexicanos.

Estoy cierto de que vamos a ir a una transición energética para combatir el cambio climático, pero no va a ser la imaginada por los impulsores de la mal llamada reforma energética del 2013 al 2014, que fue esencialmente contra México y su gente. Además, se tiene el compromiso presidencial de prohibir la explotación de los hidrocarburos no convencionales a través del método de fracking, por sus impactos adversos al ambiente.

Seguramente, hay muchos asuntos por comunicar en materia ambiental, pero hay que comprender que se están haciendo cambios estructurales para bien en materia ambiental y recursos naturales. Habrá que reconocer, además, que todavía hay mucho por hacer, que la cuesta es pronunciada, que pueden existir errores, omisiones e incluso contradicciones en el quehacer de la actual administración ambiental. Recordemos que la crítica y la autocrítica es esencia de la izquierda, así que debemos debatir ideas e identificar quiénes se oponen en el fondo a cambiar el actual estado de las cosas. Buscar un llamado a la unidad de los ecologistas de este país, seguir señalando lo que se debe transformar, pero dejar en claro que no se puede ser aliado de aquellos que han destruido al país para su beneficio personal. Ellos privatizaron las ganancias y han sociabilizado las pérdidas.