8 agosto,2018 9:04 am

Recuerdan el búnker de 2012 para entregar la constancia a Peña

Efectivos del Estado Mayor Presidencial y granaderos de la policía de la Ciudad de México se encargaron restringir el acceso y garantizar que Enrique Peña Nieto pudiera ingresar a la Sala Superior para recibir el documento respectivo.

Texto: Zedryk Raziel / Agencia Reforma
Ciudad de México, 8 de agosto de 2018. Jorge Matus, de 60 años, recuerda que hace seis años Enrique Peña Nieto llegó al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Trife) en helicóptero a recoger la constancia que lo acreditaba como Presidente electo.
El 31 de agosto de 2012 –cuenta Matus–, el helicóptero de Peña aterrizó en un deportivo que entonces pertenecía a la Sagarpa, ubicado a 500 metros, y de allí el priista se fue en auto a la Sala Superior escoltado por camionetas, entre muros metálicos que mantenían a raya a los manifestantes que repudiaban el resultado de la elección de ese año.
“Habían dicho que iba a llegar en carro y fue mentira, porque Peña llegó en helicóptero y llegó por la parte de atrás, no entró por aquí enfrente”, relata.
“Peña Nieto nunca dio la cara aquí enfrente: vino, le dieron la constancia, se volvió a ir y se acabó; no salió”.
Matus tiene un puesto de periódicos y revistas en el cruce de Carlota Armero y Mariquita Sánchez, a escasos metros de la entrada principal del Tribunal, desde hace 14 años.
“Espero que esta vez no sea un búnker como ese año y sea una fiesta”, comenta delante de las vallas que el Estado Mayor Presidencial (EMP) dejó desde la tarde de ayer cerca de su establecimiento.
Esta vez, las autoridades no esperan la llegada de manifestantes, sino de seguidores de López Obrador.
“Cuando vino Peña Nieto (en 2012), cerraron aquí y lo convirtieron en un búnker, vinieron camiones de granaderos y los del Estado Mayor Presidencial(EMP); toda la parte de atrás del Tribunal estaba llena de camiones de granaderos”, dice Matus.
Hace seis años, agrega, desde el día anterior a la ceremonia en el Tribunal, se reforzó la vigilancia en los alrededores y se restringieron los accesos. Dos días sufrió por las bajas ventas.
“Estaba muy restringido el acceso; no vino mucha gente a apoyarlo (a Peña Nieto): vinieron los que estaban en contra de él”, recuerda.
A Matus también le tocó atestiguar la ocasión en que Felipe Calderón Hinojosa acudió a recoger su constancia de Presidente electo, igualmente, entre protestas.
Esa ocasión, cuenta, mucha gente estaba enojada por el supuesto fraude cometido contra López Obrador.
Aunque apoya al morenista y está convencido de que López Obrador debió ser Presidente desde 2006, Matus está en contra de las manifestaciones.
“Con violencia no se tienen que hacer las cosas; lo peor que nos puede pasar es pensar que con violencia podemos arreglar algo”, razona.
“Si empezamos con violencia, ¿qué va a suceder?: los únicos que vamos a pagar somos los jodidos, porque, el que tiene dinero, empieza a ver que el país tiene problemas, agarra sus cosas y se va, y cuando se arregle todo se regresa; pero, el que no se puede mover, aquí nos va a tocar”.
Matus estima que este miércoles la historia será distinta.
“Ahorita yo siento que esto va a ser distinto, porque la gente sí está de acuerdo en que haya quedado López Obrador”, prevé.
Pero, por si acaso, dice, va a dejar su puesto “entreabierto”, por si hay que cerrar velozmente las puertas y echarse a correr.