11 julio,2020 5:26 am

La pandemia se sale de control; reculemos

Héctor Manuel Popoca Boone

 

No han salido las cosas como deseábamos. A sabiendas que no teníamos el mínimo puntaje requerido para el iniciar el descongelamiento económico general, tomamos la decisión de hacerlo. Un requisito importante era que el crecimiento de contagios y fallecimientos fuera a la baja; y no ha sido así. Durante la semana transcurrida hasta esta fecha, las dinámicas fueron in crescendo y no diminuendo. Los datos duros muestran un cotidiano incremento porcentual promedio de 51 por ciento para los contagios y 2.6 por ciento para los decesos. Al día de ayer, en Guerrero, los reportes oficiales de personas fallecidas desde el inicio de la epidemia sumaban mil 59 y las personas contagiadas a 6 mil 949. Con esas cifras, nada menores, queda ratificado que la decisión tomada fue más bien de carácter político y económico y no de salud pública. Se hizo lo obligadamente necesario, más no lo deseable.

Pero hoy, al no ser abatida la velocidad en que se suceden los muy prestos contagios y decesos, pertinente es darle un color SEMI ROJO al semáforo epidémico de Guerrero (ritornello); delimitando territorialmente el confinamiento, puesto que la pandemia se nos está saliendo de control. Y eso es gravissimo. Del periodo de las recomendaciones, tenemos que pasar, muy a nuestro pesar, a mayores medidas sanitarias, amonestaciones y sanciones; sin dejar de apelar continuamente a la conciencia cívica. Son tiempos de hacer valer la autoridad conferida para salvaguardar los intereses vitales de la mayoría de la población, por encima de todo.

En pocas palabras, el estado actual que guarda la situación de la pandemia es que “está viva y no para” (molto vivace). Eso nos impele acatar con mayor disciplina (rinforzante) las medidas sanitarias establecidas para ciudadanos y negocios; así como solicitarles a las autoridades gubernamentales aplicarse con más energía (risoluto) a la vigilancia y cumplimiento de ellas.

Territorialmente los focos de mortandad más agudos están localizados en las principales ciudades comerciales y turísticas de Guerrero que son, por orden de descendente, las siguientes: Acapulco (con Coyuca de Benítez como ciudad comunicante), Chilpancingo (con Zumpango como ciudad conurbada), Iguala, Taxco, Tlapa, Zihuatanejo, Ciudad Altamirano (con Coyuca de Catán como ciudad conurbada) y Chilapa. Al interior de éstas, lo fortissimo de los contagios está en los mercados, transportes públicos, entrada de bancos, ventanillas para recibir apoyos gubernamentales, playas y otros sitios de aglomeración social.

Recalco que, durante la semana transcurrida, los contagios y fallecimientos crecieron en forma allegrissima; y serán mayores debido a que el período de incubación del virus dura de 4 a 14 días y, por ende, los efectos reales de la apertura los conoceremos en el transcurso de las próximas dos semanas. Vamos de mal en peor. O sea, nos seguirá lloviendo fortissimo, sobre lo ya inundado.

Podemos incorporar algunas otras medidas sanitarias locales que están dando buenos resultados: La jefa de gobierno de la CDMX instruyó cerrar todo el centro histórico de la ciudad y dejarlo para uso peatonal exclusivamente. También incrementó el monto de multas por desacato y está aplicando clausuras temporales de negocios que han abierto sin precauciones. Algunas presidencias municipales en Guerrero han establecido permanentemente filtros sanitarios en las entradas y salidas de las cabeceras municipales. Así como en lugares nodales de la ciudad. En Zihuatanejo expiden un distintivo sanitario para colocarlo a vista, en los negocios que cumplen con las normas sanitarias.

Sin ambages, accedamos a la deuda pública estatal y municipal, enfocada exclusivamente a la entrega de subsidios económicos directos a los trabajadores sin trabajo, así como a los micronegocios y microcomerciantes ambulantes, para que no salgan de casa; sobre todo en las zonas-objetivo de mayor infestación y mortandad. Claro, con mucha supervisión ciudadana, porque la corrupción y el clientelismo electoral no se andan con miramientos.

Por último (last, but no least), necesario es que las autoridades, federal, estatal y (sobre todo ahora) las municipales, tengan los suficientes “tamaños” para asumir las responsabilidades conferidas y asumirlas en forma plena y llana en estos menesteres; publicando la implantación de las medidas sanitarias que les competen implementar en el Bando de Policía y Buen Gobierno para darles respaldo legal. Es hora de cuidar más al pueblo y no la imagen política; ya que en estos tiempos es más fácil morir por Covid-19, que por violencia o enfermedades tradicionales. Reculemos un poco y energicémonos más.

PD. ¿Es cierto que el ayuntamiento de Acapulco no da más de sí, por estar enmarañado en la corrupción y el nepotismo?